Mexicanos, reto para “Abel”: Diego Luna
Tener éxito en Cannes podría parecer pan comido para Diego Luna, quien acaba de presentar en ese prestigioso festival su primera cinta de ficción, “Abel”, con una buena recepción de la crítica. Lo complicado ahora será batallar para que la película, que se estrena el viernes en México, no desvanezca demasiado pronto de la cartelera ante los monstruos hollywoodenses de gran presupuesto.
“Vienes de un festival en el que todo es por el cine y hay un gran respeto por los creadores, los intérpretes, y luego entras a la realidad del mercado”, que es totalmente distinta, dijo Luna el lunes en una rueda de prensa en la capital mexicana, por lo que pidió al público que salga a consumir cine hecho en México, porque los largometrajes “acaban cuando el público los ve”.
Con un costo de 30 millones de pesos (2,5 millones de dólares), “Abel” sigue a un niño que ante la ausencia de su padre sufre unos problemas psicológicos considerables y deja de hablar. Su madre tiene que lidiar con la partida del marido, con los cambios propios de la adolescencia de su hija mayor, el silencio del hijo del mediano y las travesuras del más pequeño, todo aunado a una difícil situación económica.
Para tratar que “Abel” recupere el habla lo internan en un hospital y es sólo cuando vuelve a su casa que recupera la voz. Y comienza a comportarse como el hombre de la casa. Cuando un buen día reaparece el padre, surgen una serie de problemas.
No se trata de una cinta autobiográfica, pero Luna resaltó que el filme refleja mucho de su vida porque creció en un hogar tan sólo con su padre, ya que cuando todavía era un niño su mamá murió.