“Dave Brubeck, es el único artista que está permanentemente invitado a Montreal; él puede ofrecer sus conciertos cuando guste” expresó Alan Simmard, presidente y fundador del festival de jazz de Montreal, previo a la presentación de Brubeck en la sala Maissoneuve, del complejo de las artes.
Ayudado por su hijo Matheu para sentarse en la silla frente a su piano; tan pronto el célebre autor de “Toma cinco” deslizó sus dedos sobre las teclas y todo el se tornó agilidad; y con temblorosa voz expresó: “Empezare con el primer blues jamás escrito; de W.C. Handy: San Luis Blues” .
Su cuarteto se convirtió en quinteto gracias a la presencia del chelo de hijo Matheu, y el concierto adquirió gran emotividad según lo expresaron los aplausos.
Interpretó mas tarde “Diálogos para jazz, con orquesta sinfónica y recordó: “Esta composición de mi hermano Howard la grabé en 1959, con la filarmónica de Nueva York, dirigida por Leonard Bernstein” , lo que motivó aún más a la extasiada audiencia.
Con más de setenta años de carrera, Brubek es acaso la más grande leyenda viviente del jazz; quien para finalizar el concierto obsequió su clásico “Toma cinco”; interpretación que le valió más de diez minutos de aplausos. Montreal despidió con una merecida ovación al maestro del piano y del jazz.
