Carta abierta del Club de Periodistas de México A.C y delegaciones Nacionales e Internacionales condenan
El brutal homicidio de las periodistas Ana María Marcela Yarce Viveros de la revista Contralínea y de Rocío González Trápaga, quién laboraba de forma independiente, ocurrido este jueves en Ixtapalapa DF, constituye un hecho alarmante que no puede ser tolerado ya que revela el grado en que se ha hecho virtualmente imposible llevar a cabo las tareas del periodismo independiente y de denuncia en nuestro país. El crimen no puede inscribirse simplemente en el marco de la inseguridad nacional propiciada por la llamada Guerra contra el Narcotráfico, que ha sumido al país en un baño de sangre, ya que la participación laboral de Marcela Yarce en las ravistas Contralínea y Fortuna, en donde se rebasa por mucho la investigación del ámbito de las actividades de los grupos delictivos y se centra principalmente en la denuncia de gravísimos actos de corrupción de muchos gobernantes de este país, así como el quehacer independiente en el que se desenvolvía la periodista Rocío González Trápaga, deja, por lo pronto, una lectura pendiente: el que éste sea un acto ejemplarizante e intimidatorio.
El Club de Periodistas de México condena el crimen y exige de todas las autoridades policiacas relevantes su inmediato esclarecimiento y la detención de los culpables de todo nivel y se manifiesta solidario con la revista Contralínea y con los familiares de las víctimas de este proditorio crimen que nos exhibe ante el mundo como una nación sin ley ni respeto a los más elementales derechos de los seres humanos.
