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¿Qué celebramos?

Códices y estelas; hombres y mujeres revolucionarios;
sitios emblemáticos, convergen en la memoria histórica de millones de
mexicanos, elementos necesarios para la construcción oficial de nuestra historia,
cuyo objetivo es,  generar identidad
social.

“El pipila”, el acto valeroso de los llamados
niños héroes, etc., son referencias indispensables para la contextualización de
un acontecimiento, reconoce el doctor en historia, Ricardo Pérez Montfort: “México está lleno de mitos, de principios heroicos
y notables; pensar que el país surge gracias al cura Hidalgo, es sin lugar a
dudas, un recurso para recordar e identificar un contexto”.

El apego a las tradiciones, la valoración de
individuos y entidades, han propiciado la conmemoración de fechas simbólicas,
conformadas por factores reales e irreales, precisa el doctor. Asimismo, se les
ha atribuido a los movimientos y a los procesos la peculiaridad del estallido
de guerra, como sucedió con el grito de Independencia.

En el siglo XX, da inicio la educación oficial,
con lineamientos específicos, tangibles en los libros de texto, y por ende, una
historia reconocida por el estado y la población.

Por otro lado, existe una “no oficial”, en la
cual, encontramos personajes que no gozan del mérito o el reconocimiento de su
obra. Entre ellos destacan: Francisco J. Mujica, estadista y figura importante para
la Constitución de 1917, se opuso al caciquismo; Ignacio García Téllez y su interés
en la conformación de un estado viable; Leopoldo Salazar Viniegra, quien vivió
fuera del país tras plantear la legalización de las drogas como solución para
erradicar el problema.  En el mundo del
arte: Fernández Ledesma, Amado Chávez. Mujeres como Dolores Jiménez y Muro, Rosario
la de Acuña, etcétera.

Desde otro punto no menos importante, las
expresiones culturales nos permiten observar en la pintura, el baile, el cine,
etc., la situación política y económica de un país; mientras que las leyendas
fungen como ejemplificadoras de historias que convergen dentro de un mismo
territorio.

“La
historia nos sirve para generar consciencia, para transformar la apatía  en intolerancia  a la corrupción”.
Ricardo
Pérez Montfort.

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