“No tienes por qué hacer un propósito el 1 de enero, no si tú tienes un proyecto de vida, en el cual tú dices yo quiero lograr esto y te pones metas y lo logras, es un proceso de la vida, es diferente un proyecto de vida para un universitario que para uno que ya es profesional”, dijo.
Expuso que siempre se tiene que revisar “cómo vas en tu vida, pero eso es muy distinto a fijar propósitos de Año Nuevo, yo creo que han de ser los propósitos de año nuevo como las ganas de todo ser humano de decir empieza un año nuevo, yo quiero ser mejor este año”.
Refirió que si se tiene un proyecto de vida “y te apasiona, pues lo cumples, si te haces un proyecto que no está adecuado a tu manera de ser y todos los días tienes que hacerte consciente de ello, pues algo está mal”.
Por su parte, el jefe del Departamento de Salud, Psicología y Comunidad del ITESO, Antonio Sánchez Antillón, planteó la importancia de priorizar la causa común sobre la personal, cuando se trata de fijar las metas de vida.
“Ojalá que lleguemos a acordarnos que los propósitos personales siempre sean sociales, o sea, pasar de una ética del individualismo a una ética social, si yo pienso quiero alcanzar tal cosa porque yo y los otros vamos a estar bien, si mi principio ético de reflexión de los ideales está ahí, podemos avanzar”, dijo.
Expuso que los propósitos de año deberían ser cada vez más sociales, “tenemos que comprometernos en lo grande, en limpiar las profesiones de la corrupción, ojalá que los propósitos del próximo año estén colocados en el campo de la vida social, no en el campo del individualismo absurdo o de la satisfacción inmediata”.
El psicólogo lamentó que a nivel personal, a muchas personas les falta disciplina y compromiso para cumplir con sus metas.
