Avanza en el IPN investigación sobre Parkinson.
Del 15 al 20 por ciento de la población mundial mayor de 65 años es afectada por el Parkinson, la incidencia de esta enfermedad neurodegenerativa tiene forzosamente que ser analizada para detectar sus causas y proponer nuevas terapias, consideró el doctor Enrique Querejeta Villagómez, profesor e investigador de Electrofisiología Humana en la Escuela Superior de Medicina (ESM) del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
El especialista manifestó que constituye la segunda enfermedad neurodegenerativa después del Alzheimer, sin embargo se tienen muy pocos datos sobre su origen, pues aún cuando se encontraron antiguos escritos griegos y egipcios que contemplan el estudio del cerebro, la Enfermedad de Parkinson no fue descrita sino hasta hace sólo 200 años, lo que hace pensar que no existía antes o que la expectativa de vida era muy corta.
Indicó que el control de la actividad motora es un fenómeno complejo en el que actúan diversas estructuras como la corteza cerebral, el cerebelo, los ganglios basales, el núcleo rojo, la sustancia negra, algunos núcleos del tallo cerebral y la medula espinal. Para ejercer sus funciones estos centros tienen dos vías: la piramidal (neuronas piramidales de la corteza cerebral y el lóbulo frontal) y extrapiramidal, denominada así por ser un conjunto de conexiones diferentes de la vía piramidal, donde se encuentran los ganglios basales (cuerpo estriado y el globo pálido) , así como la sustancia negra, entre otros.
Mencionó que de forma clásica se dijo que en la Enfermedad de Parkinson ocurría la destrucción de las neuronas contenidas en la sustancia negra, que es la que surte de dopamina a todo el sistema motor extrapiramidal y que ocasiona las alteraciones más evidentes: temblor de alrededor de 4 hertz, bradicinesia o movimiento lento y rigidez; sin embargo, algunos estudios realizados han demostrado que esto sólo es cierto en parte, porque en el parkinsónico se destruyen muchos otros tejidos cerebrales como aquel en el que se produce la serotonina.
El investigador politécnico recordó que hace unos diez años, cuando realizaba su tesis doctoral en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (CINVESTAV) del IPN, con el tema “Relación entre la dopamina y ganglios de la base”, advirtió que el núcleo que más receptores para serotonina expresa en el cerebro es el globo pálido.
“Lo cual es muy relevante porque las investigaciones apuntan que mueren todas las neuronas que producen serotonina y que existe una estrecha relación entre la expresión de receptores de serotonina y globo pálido, afectando con ello el movimiento y el control muscular”, dijo.
La pregunta que marcó su pauta de investigación para la Enfermedad de Parkinson fue: ¿qué hace la serotonina en el globo pálido? Así que reunió elementos suficientes para instalar un Laboratorio de Electrofisiología, que ahora se encuentra en la Escuela Superior de Medicina (ESM), donde se ha dado a la tarea de analizar la actividad eléctrica de las neuronas del globo pálido en modelos animales (ratas), pues forman parte importante de los núcleos que regulan el movimiento del sistema motor extrapiramidal.
“Lo que hacemos en el laboratorio es colocar una microcánula en una de las dos sustancias negras del cerebro de cada rata, a las cuales les inyectamos un neurotóxico para eliminar las neuronas de la sustancia negra de esa región, como quien dice las parkinsonizamos, pues se suprimen las vías dopaminérgicas al cuerpo estriado y al globo pálido, núcleo regulador de toda la actividad motora”, externó.
En este proceso se dañan muchos otros núcleos, entre ellos, los llamados núcleos del Rafé, que producen serotonina en todo el cerebro, que sin duda tienen vías directas que descargan en el globo pálido, lugar con mayor cantidad de serotonina en el cerebro. Pero si se destruye el cuerpo estriado dejando intacto al globo pálido disminuyen o desaparecen los receptores para serotonina en el globo pálido, de lo que se puede inferir que los receptores para serotonina no están en el globo pálido propiamente dicho sino en las terminales del cuerpo estriado que llegan a este núcleo cerebral.
“Hasta este momento nadie en el mundo había registrado un experimento de electrofisiología para ver cómo afecta la serotonina en el globo pálido; aunque se ha comentado la presencia de serotonina, nadie sabe a ciencia cierta cuál es su influencia sobre la actividad de las neuronas del globo pálido en términos eléctricos, cuestión muy relevante porque en la Enfermedad de Parkinson se apagan las neuronas del globo pálido, pero si en un futuro encontramos la forma de crear un fármaco que incremente de manera espontánea la actividad eléctrica de dichas neuronas, automáticamente se correlacionará con una mejoría espectacular en la actividad motora del parkinsónico”, advirtió.
El investigador Nivel 1 del Sistema Nacional de Investigadores, trabaja con los jóvenes Erick Gómez Miranda, quien realiza su maestría; Alberto Alatorre, su doctorado, y los estudiantes de licenciatura Rafael Barrientos y Alain Ríos Dávila, en la aplicación de cierto tipo de flavonoides en sus ratas parkinsonizadas, con lo que están estudiando cómo mejora la actividad motora de un parkinsónico a través del aumento de la actividad eléctrica de las neuronas palidades.
Reconoció que todavía falta mucho camino por andar, “porque sobre la Enfermedad de Parkinson realmente no se sabe nada y aunque la mayor parte de la investigación que hacemos en ciencia básica difícilmente tiene aplicaciones directas en la práctica clínica, creo que de granito en granito podemos construir sobre bases sólidas algo muy importante y benéfico para el futuro”, concluyó.