Desde niña he querido tocar a todos los animales que me pasan por enfrente, me transmiten mucha energía y felicidad. No pude tenerlos como mascotas en la niñez debido a las alergias que mis hermanos tenían y el asco de mi madre hacia su fétido olor.
Hoy, ya independiente busco la manera de tener cuanto animal veo, gatos, roedores, pájaros, tortugas, los domésticos por supuesto, pero quien verdaderamente me ha dejado con una sonrisa diaria, a pesar de sus cochinadas, es mi perro.
Los perros realmente sí son fieles, te agarran un cariño sorprendentemente rebosante, que sin tener hijos, muchas veces los he comparado.
Estos caninos necesitan mucha atención, desde su baño y limpieza del lugar donde habitan, su alimentación, diversión, bueno todo; aunque muchas personas no lo ven así y los tienen totalmente desolados y mal cuidados.
Ello, aparte de ser inhumano y egoísta, trae consigo distintas enfermedades que no sólo afectan al perro, sino al ser humano cercano a él.
Por lo tanto, el dueño debe cuidar, alimentar, asear y sacar a pasear a su perro con dedicación. Llévalo seguido al veterinario y ten al tanto la calendarización de sus vacunas y conócelas bien; infórmate.
Es importante que su ración de comida se la repartas en dos tiempos a adultos y tres a cachorros con agua suficiente. Dale a veces huesos para roer.
Asimismo, hay que tener mucho cuidado cuando hay niños pequeños. Mejor gasta en tener sano a tu perrito para que la familia también lo esté. Hay gente conviviendo con animales y que tiene afecciones en la piel, por ejemplo.
Ahora voy aprendiendo a tratar mejor a los perros y a convivir con ellos gracias a la llegada de Fito, no los abandones y cuídalos como te cuidas a ti mismo.
