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Real de Catorce, lugar del fruto místico

 

  • El Desierto Wirikuta, en Real de Catorce, conocida como Estación de Catorce, forma parte de la cosmovisión de los Huicholes.

 

Real de Catorce, San Luis Potosí, es uno de los actualmente denominados Pueblo Mágicos de México. Su importancia ha radicado en ser un lugar con auge minero, además de las ceremonias religiosas que ahí se realizan. Sin embargo, una parte importante es la que viene de los nativos; Los Huicholes llegan al Bajío de Catorce para recolectar peyote y ofrendarlos en el Cerro Quemado a sus dioses.

Los Huicholes ven al desierto de Real de Catorce como lugar donde los dioses realizaron sus hazañas creadoras en origen de los tiempos. En este pueblo coexisten tres principales elementos; el peyote relacionado con la deidad de los pueblos recolectores; el venado, relacionado con la deidad de los pueblos cazadores y el maíz, relacionado con los pueblos agricultores.

 Esta ciudad se hizo famosa por el peyote, cactus que tiene efectos alucinógenos. Sin embargo se trivializó su consumo por jóvenes y aventureros mexicanos además de visitantes gente  extranjeros -principalmente Estados Unidos- poniéndolo en riesgo y transgrediendo su uso tradicional.

Los Huicholes, son un pueblo nativo mexicano que ha rendido homenajes a este vegetal debido a que, cuentan las leyendas, les proporcionó lo indispensable para vivir, agua y alimento. Además se considera a este cactus como un ser que otorga conocimiento y revela secretos de la naturaleza a este grupo étnico a través de las alucinaciones que logran al consumirlo. El componente alcalino llamado mezcalina es el que otorga al ser humano la experiencia de alucinación.

El peyote cuando se consume debe ser cortado al ras del suelo, con el objetivo de no arrancar también la raíz y esto permita el crecimiento de nuevos peyotes. Su forma es redonda, pareciendo botones en el suelo. Suelen tener un promedio de seis gajos, sin embargo, esto depende de su tamaño o tipo, el cual hace variar también su coloración. La depredación de este alimento sagrado ha llevado a las autoridades de San Luis Potosí a prohibir la comercialización del peyote, permitiendo su uso sólo en el lugar en que son cortados o bien en rituales de los Huicholes, quienes rinden veneración a esta planta.

El efecto depende de las piezas que se coman y el nivel de mezcalina que contengan éstas, pero a pesar de ello, se sabe que para alcanzar un grado de alucinación se deben consumir desde 5 botones de peyote, hasta comer esta planta sin parar por varios días. La sensación que provoca este alimento mágico la han descrito: “Se produce un juego caleidoscópico de visiones coloridas de indescriptible belleza. Se perciben destellos y centelleos de colores, cuya intensidad y pureza desafían cualquier descripción. Frecuentemente las visiones son una secuencia que va de figuras geométricas a objetos extraños y grotescos cuyas características varían de un individuo a otro”, mencionan Albert Hofmann y Richard Schultes, en una obra que versa sobre la admiración sobre a este fruto de la tierra.

Además los habitantes de la Sierra acostumbran consumir esta planta como fuente de energía, así, durante sus caminatas consumen 1 o 2 gajos que les permitan seguir su recorrido, y cuando se encuentran un botón verde durante el, acostumbran rezar antes de tomarlo. Según estas personas, el peyote hace daño a quien se niega a sus efectos (a través de síntomas como ganas de vomitar), sin embargo cuando alguien está abierto a probarlo y disfrutar de las experiencias que brinda al ser humano, llegando incluso a un punto místico, el peyote no le hace ningún daño.

 

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