POLÍTICA PÚBLICA PARA LA SUSTENTABILIDAD AMBIENTAL AGUA-CLIMA
Es importante advertir que se avizora en el corto plazo un agravamiento de la problemática ambiental global, caracterizada en lo fundamental, por un creciente cambio climático que está transformando el orden atmosférico mundial.
Se trata de una gran alteración climática difusa que perturba los ecosistemas continentales, la cual, aunada al aumento de las actividades antropogénicas(1) en las grandes urbes industriales y metropolitanas, así como de los excesos en la sobre explotación de los recursos naturales, logran rebasar la resiliencia(2) ambiental regional, por lo que pareciera que el cambio climático se acrecienta lenta pero inexorablemente.
Aún ahora, es incierto y de difícil diagnóstico precisar la evolución y las consecuencias que tendrá el cambio climático en el ámbito espacial y ambiental, por lo cual se requiere de una permanente investigación preventiva que considere principalmente sus impactos ambientales, toda vez que la magnitud de las externalidades negativas del fenómeno, pueden derivar en catástrofes que pudieran poner en riesgo a la biósfera del planeta Tierra, del que naturalmente nuestro país no es ajeno a sus consecuencias.
Esta problemática ambiental advierte la necesidad de un mayor fortalecimiento en la solidaridad de la comunidad internacional, con el fin de establecer las medidas precautorias urgentes que permitan evitar o atenuar la ocurrencia de los siniestros meteorológicos, los cuales cada vez se presentan con más frecuencia y violencia.
Pero ¿somos y seguimos siendo los responsables de este caballo apocalíptico climático? que tal vez se originó metafóricamente como lo relató Edward Lorenz, a causa de un antiguo y sutil “efecto mariposa”(3) ; el que ahora al paso del tiempo y con el impulso de los efectos antropogénicos , ha dado como resultado la pérdida constante de la biota en el nivel mundial.
Esta degradación ambiental se puede constatar a nivel continental o regional, como ocurre en nuestra Zona Metropolitana, en donde se hace extremadamente evidente el creciente y dramático deterioro de los ecosistemas en la Cuenca Hidrológica del Valle de México, en la que se manifiestan diversos fenómenos como son: “los crecientes y desordenados asentamientos urbanos”; “las referidas emisiones antropogénicas(4) de efecto invernadero provenientes de la actividad industrial”; “la desforestación que se ocasiona por usos de la tierra más rentables”, “la sobreexplotación de acuíferos”; así como, “la contaminación a los cuerpos de agua por descargas urbanas e industriales”; todas estas, entre otras múltiples causas negativas que ocasiona principalmente la actividad del hombre, quien imprudentemente progresa a través de modelos de crecimiento económico que ponen en riesgo la sustentabilidad ambiental en los tres niveles espaciales: local, regional y global.
En nuestro país, el ordenamiento de las Garantías Individuales Constitucionales(5) prescribe que: “Toda persona tiene derecho a un medio ambiente adecuado para su desarrollo y bienestar”, precepto que precisa a la Autoridad a ejercer su rectoría para lograr un estado de sustentabilidad ambiental, procurando prioritariamente, entregar agua sana para el consumo humano y una atmósfera limpia en favor del bien común ciudadano.
Sin embargo, si lo anterior no estuviera legislado en nuestra Carta Magna, se trata de un reclamo que por su alto contenido social, debe ser observado con estricta obligatoriedad institucional, porque simplemente, es inconcebible imaginar ya no solo un estado de bienestar sino la vida misma sin estos bienes vitales.
Por todas estas circunstancias, es ineludible y apremiante una más actual y eficiente rectoría legislativa y de administración económica en los aprovechamientos y usos de los recursos naturales, de tal suerte que la Autoridad Ambiental se constituya en un factor imprescindible en el propósito de alcanzar el desarrollo del país, a través de lograr el diseño de políticas, planes y programas que integren sinergias institucionales para lograr la sustentabilidad ambiental agua-clima.
Se trata en lo fundamental, de administrar, cuidar y preservar nuestros recursos naturales que como el agua, por su carácter vital y estratégico, se considere como un gran eje vinculante para promover el desarrollo social, económico y ambiental del país.
La consecución de este magno propósito es el gran reto que tiene la próxima Administración de Gobierno, como respuesta de una demanda ciudadana que también es común a la de otros países. Pues bien, su importancia alcanza niveles supranacionales(6) ya que a todos nos involucra y no puede ser diferida ni por nuestro país ni por ningún otro, a riesgo de propiciar un siniestro global de consecuencias ahora imprevisibles.
- Actividad antropogénica.- Entendida como el resultado del impacto ambiental producido por la acción del hombre.
- Resiliencia.- Entendida como la capacidad que tienen los ecosistemas de regresar al estado original después de que se ha producido una alteración por un siniestro natural o debido también, a las actividades que realiza el hombre.
- Al parecer es un proverbio chino: “el aleteo de una mariposa puede que ocasione un impacto al otro lado del mundo”, que podría traducirse como: “un cambio mínimo en el medio ambiente, puede ser causa de un crecimiento desmesurado e incontrolado en la dimensión espacio tiempo”. El meteorólogo Edward Lorenz lo describió como “efecto mariposa”, en lo que se conoce como Modelo de Lorenz.
- El término antropogénico se refiere a los efectos producidos al ambiente, resultado de la actividad humana.
- Artículo 4° constitucional, párrafo cuarto: “Toda persona tiene derecho a un medio ambiente adecuado para su desarrollo y bienestar”.
- Interés supranacional.- Entendido, como un beneficio que es del interés que demanda el bien común global, sin que por ello se afecte la soberanía de los países.