Papel picado; tradición milenaria mexicana
La técnica es considerada Patrimonio Cultural de la Humanidad
Hablar de México, es adentrarse en un mundo de tradiciones y costumbres que distinguen a su pueblo y región, ejemplo de ello es el papel picado, utilizado hoy en día como elemento decorativo en las principales festividades del país, cuyo origen se remonta a las antiguas culturas de Mesoamérica, en donde se utilizaba el papel amate para la escritura de los códices y para las ofrendas religiosas a los dioses en los templos. Es por ello que el papel picado, además de ser un producto artesanal ornamental es un símbolo de tradición.
Sin embargo, con la llegada de los españoles, y con ellos nuevos y diversos materiales, el papel utilizado para dar tributo a las deidades dejó de ser el amate, supliéndolo por el llamado papel de china y siendo los artesanos quienes con su imaginación realizaban verdaderas obras de arte.
Originario de México y especializado en San Salvador Huixcolotla, municipio del Estado de Puebla, la técnica del papel picado ha sido transmitida de padres a hijos impidiendo su desaparición.
El producto milenario se caracteriza principalmente por las figuras recortadas dentro de él, de allí que un buen papel picado dependerá del grado de densidad que posea, es decir, el número de huecos dejados en el, ya que éstos son los que forman las esfinges que se pueden apreciar cuando el papel se extiende.
Los dibujos y las figuras que se plasman en el papel picado tienen una gran diversidad dependiendo de contexto a celebrar, ya que a pesar de su utilización en las ofrendas del Día de Muertos el 2 de noviembre, en donde dotan a los altares de color, alegría y paradójicamente vida; el papel es implementado también en las fiestas patrias, navideñas, bodas, XV años y bautizos. Es por ello que se le considera la mejor artesanía de todas las fiestas, pues que sería de una celebración sin esas banderas de papel con vivos colores colgadas y movidas por el viento.
Actualmente el papel picado tiene un gran uso en la región central de la República Mexicana, pero el proceso fue más largo de lo que parece, pues fueron los artesanos quienes empezaron a vender sus trabajos en los pueblos vecinos y entre la gente de las haciendas. Tiempo después, alrededor de 1930, se difundió a otras partes como Puebla y Tlaxcala. Y a partir de los años sesenta se dio a conocer en la ciudad de México, convirtiéndose así en una artesanía reconocida no sólo a nivel nacional sino internacional (montándose exposiciones en Estados Unidos y en Europa).
La difusión hecha por los artesanos se ha llevado a cabo en casas de artesanías, fiestas populares, decoraciones de restaurantes y medios de comunicación masivos, de hecho recientemente los artesanos trabajan para grandes empresas picando sus logotipos; lo que convierte al papel picado en un nuevo medio de comunicación.
En cuanto a diseño, tamaños y colores hay de ellos tantos como uno se pueda imaginar, pues a pesar de que su fabricación es 100% manual, a través del tiempo se han implementado nuevas técnicas que facilitan su elaboración, pasando de las tijeras al uso de los cinceles de hierro forjado, logrando así un trabajo más detallado y elegante.
El proceso comienza con un dibujo original realizado en papel manila que posteriormente servirá de guía una vez puesto sobre las hojas de papel de china, al que se le protegerá con plástico transparente ya que el trabajo se realiza con fajos de 50 a 100 hojas engrapadas y sobrepuestas. Realmente no se necesitan muchas herramientas: cinceles ó gubias, martillo, plancha de plomo y, más que nada, ingenio y habilidad son los principales objetos utilizados por los artesanos.
Es tal la identidad y gusto por su fabricación que los artistas han dado nombres a sus cinceles ó gubias (las cuales son de formas y tamaños diferentes, según las necesidades); así, los curvos se llaman media caña ó semicurvas, uñetas, sacabocados o escuadras. En cuanto a la plancha de plomo ésta impide que se maltrate el filo del papel. Y es así, con golpeteos manuales directos sobre el paquete de hojas a cortar, que aparecen en el papel calado verdaderas obras de arte. Hoy en día Salvador Huixcolotla es considerado como la cuna del papel picado, pues cuenta con un gran número de habilidosos artesanos que trabajan el papel china logrando obras maestras.
Para este oficio se necesitan muchas cualidades: hay que ser paciente, ingenioso, dedicado y tener mucha fe en él. Esta atención se nota, se siente en la obra. Al tocar el papel se pone de manifiesto la sensibilidad y cuidado del artista. El papel picado es frágil, delicado y ligero.
Frente a los éxitos del papel picado, la artesanía ha sido reconocida y apoyada por las secretarías de Turismo y de Cultura. Fue así como el 22 de septiembre en 1998, con la finalidad de editar un decreto para preservar esta manifestación cultural, el Ejecutivo del estado de Puebla lanzó un mandato que declara Patrimonio Cultural del Estado de Puebla la artesanía del papel picado a mano que se elabora en el Municipio de San Salvador Huixcolotla, Puebla, ubicado en la carretera federal núm. 150, dirección Tepeaca y Tehuacán. A siete kilómetros antes de llegar a Tecamachalco.
La técnica ha emigrado a otros materiales como son el plástico o metal, con los que se pueden hacer banderas pegadas en palito, manteles, frisos, caminos de mesa, blondas, etcétera. Con lo que esta artesanía afianza su permanecía y genera fuentes de empleo en el mundo moderno, sin perder su carácter tradicional.