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Factores de riego para desarrollar complicaciones circulatorias cerebrales

Dra. Lilia Núñez Orozco

El aumento en la esperanza de vida ha traído consigo enfermedades que anteriormente no daba tiempo de desarrollar: diabetes mellitus, hipertensión arterial, aumento de peso, trastornos de los lípidos, que todos constituyen factores de riego para desarrollar complicaciones circulatorias cerebrales, que si bien pueden ocurrir a cualquier edad (desde el recién nacido), son más frecuentes en edades medias y avanzadas de la vida. Además del aumento en la esperanza de vida, nuestra “civilización” ha cambiado las costumbres y hábitos: las personas hacen menos actividad física, consumen muchos carbohidratos (comida chatarra, refrescos) y sal excesiva, lo cual conduce a los padecimientos con los que empezamos esta comunicación, y a la presentación de padecimientos vasculares cerebrales

El padecimiento o enfermedad vascular cerebral se define como cualquier lesión cerebral aguda que se origina por trastornos de los vasos sanguíneos cerebrales o su contenido, lo cual ocurre porque se tapa una arteria y se produce un infarto cerebral, o bien porque se rompe una arteria y se produce una hemorragia cerebral.  Cualquiera de las dos situaciones significa una catástrofe en la que la persona  pierde una o varias funciones. Lo que más frecuentemente ocurre es la presentación de parálisis en una mitad del cuerpo e incapacidad para hablar.  Este cuadro clínico se instala  súbitamente, a veces con pérdida de conciencia y si la magnitud de la lesión es amplia,  la persona puede encontrarse en  estado de gravedad con riesgo de morir. Sobrepasando el periodo difícil de los primeros 3-5 días, la evolución suele ser a una mejoría parcial,  una estabilización y la permanencia de secuelas muchas veces invalidantes que hacen dependiente a la persona que ha sufrido este tipo de lesiones.

La enfermedad vascular cerebral es la tercera causa de muerte en nuestro país y la primera de invalidez en adultos mayores. Una vez que ha ocurrido un evento de esta naturaleza, el riego de desarrollar otro es muy alto y de esta manera se pueden acumular lesiones que conducen a deterioro global de las funciones intelectuales, a lo que se le llama demencia vascular que incrementa la invalidez.

Dado que las lesiones de esta naturaleza dañan permanentemente el cerebro y no se puede regenerar el tejido afectado, la acción más efectiva es la prevención primaria, a través de mejorar el estilo de vida desde edades tempranas, con una alimentación balanceada, que mantenga el peso corporal ideal para cada persona, hacer ejercicio y evitar de esta menara los padecimientos que constituyen factores de riesgo para el desarrollo de estos trastornos circulatorios. Pueden aplicarse medidas de prevención secundaria que consisten en la detección temprana y el tratamiento adecuado de la hipertensión  arterial, la diabetes y los trastornos de los lípidos, sin embargo  esta prevención es menos efectiva y se mantiene un cierto riesgo de desarrollar eventos vasculares cerebrales, por lo que siempre es preferible prevenir que lamentar.

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Dra. Lilia Núñez Orozco

Jefe del Servicio de Neurología

 

CMN 20 de Noviembre

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