Reflexión III, “Gracias…”
Gracias, gracias, muchas gracias
Por permitirme saber que estás ahí
Por saber que existes conmigo
Por tu presencia y esencia en lo que veo e intuyo
Gracias, gracias; pero…, bien sabes que no soy listo
Explícame más despacio, porque sufro, lloro y río
Porque me das cargas arduas e incomprensibles de llevar
Y no obstante, siempre te evoco con entusiasta gratitud
Ahora mismo, no sé qué decirte ni como hablarte
No sé si me escuchas, ni sé siquiera si me ves
No obstante, si sé que existes, no sé porque
Ni sé porqué me trajiste, ni de dónde llegué
¿Tengo algo que hacer por ti?
¿Soy acaso parte de tu existencia?
¡Dime! ¿Por qué creo conocerte?
Anda dime pues, entenderte en mi incertidumbre ¿es un esfuerzo inútil?
Hazme saber si soy causa de tu albedrio o de tu voluntad
Cuéntame, si saberlo es necesario
¿Soy una parte de ti o de tu ánimo de creación?
O sólo soy un motivo de ser, sin causa ni razón
¿Soy acaso, la explicación de tu existencia?
O tal vez ¿eres tan grande que no te vislumbras?
Pero dime, si soy tan pequeño ¿porqué mis dudas son tan grandes?
Será acaso, porque me hiciste a tu imagen y semejanza
Aclárame, si estoy ya hecho ¿porqué tu voluntad me sigue transformado?
Hacia dónde me llevan tus designios ¿Seré capaz de descifrarlos?
Dime tan sólo hacia dónde voy, si tengo un destino cierto y si podré cumplirlo
¡Cuéntame! eres tu mi propósito de vida, o he de seguir buscando
Como siempre, sé que tus respuestas serán calladas
Y tan bien, que solo yo seré quien las descubra
Y tú invariablemente estarás ahí, advirtiendo indulgente mis imprudentes contradicciones
Motivo por el que ahora te digo, gracias, gracias, muchas gracias
M. en C. Héctor Lugo Salazar
Sección Cultural de Mundo de Hoy