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Promueve organización civil noviazgo libre de violencia

Ante la idea arraigada en la población de que el  “amor romántico” todo lo permite, y por tanto, las mujeres deben renunciar a sus planes de vida, ser sumisas y dependientes de sus parejas, la brigada de jóvenes de Católicas por el Derecho a Decidir llevaron a cabo la jornada #CúpidoInformado en el Hemiciclo a Juárez en la Ciudad de México y en Campeche, Chiapas, Estado de México, Guerrero, Oaxaca y Querétaro con el fin de resignificar el 14 de febrero, Día del Amor y la Amistad.

Bajo el lema, “la mayor prueba de amor, es que respete mi decisión”, las y los brigadistas compartieron información con los transeúntes sobre el uso del condón masculino y femenino y el mensaje de que todos y todas, pero sobretodo los jóvenes con relaciones de noviazgo tienen derecho a una vida libre de violencia de cualquier tipo, ya sea verbal, física, emocional, sicológica y sexual. Esto quiere decir que nadie puede pegar, humillar, celar, gritar, chantajear, lastimar, ni prohibirte ver a familiares y amigos.

De acuerdo con el pronunciamiento leído en la jornada informativa, la mayoría de fieles católicos ha aprendido esta violencia a través de los mandatos de esta religión, que enseña que “el amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta”.

Además de esta situación, el documento señala que existen obstáculos como la negativa a impartir Educación Sexual Integral en los planteles educativos, la dificultad para conseguir un método anticonceptivo en los centros públicos de salud, el silencio en los hogares para hablar de temas de sexualidad y la prohibición de la jerarquía católica al uso del condón así como su idea de tener relaciones sexuales únicamente dentro del matrimonio pueden provocar vulnerabilidad en el ejercicio de la sexualidad mediante situaciones como embarazos no deseados o infecciones de VIH o papiloma humano.

Por estas razones, las y los integrantes de CDD exhortaron a la sociedad, al poder legislativo, a los gobiernos locales, al federal y a la jerarquía de la Iglesia católica a generar espacios libres de violencia, a promocionar el uso del condón, a compartir nuevos conocimientos sobre igualdad de género, a garantizar una Educación Sexual Integral y mejores servicios integrales de salud para adolescentes y jóvenes, además de permitir vivir una sexualidad libre, consensuada y sin violencia.

También recordaron a los asistentes  que las y los jóvenes tienen derecho a  vivir y disfrutar plenamente su vida sexual; manifestar públicamente sus afectos; recibir información sexual basada en la evidencia científica; acceder a servicios de salud sexual y reproductiva de manera gratuita y tener relaciones de pareja sin violencia.

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