La diversidad de género en el quehacer científico permite tomar mejores decisiones y obtener mejores evidencias, además del manejo óptimo de los recursos humanos para alcanzar la excelencia, de acuerdo con información del Instituto Nacional de Geriatría (Inger), de la Secretaría de Salud.
En la conferencia “Las mujeres en la ciencia: barreras para la igualdad”, se señaló que en el Sistema Institucional de Investigadoras e Investigadores de la Secretaría de Salud el número de personas que se identifican como hombres y mujeres que se dedican a esta tarea es prácticamente igual, pero esa proporción cambia en las categorías más altas.
En el Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores (SNII) del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencia y Tecnología (Conahcyt) la situación es similar, hay números semejantes de hombres y mujeres en el nivel candidato y nivel I, especialmente en el área de Medicina y Salud y Humanidades, pero esa similitud se pierde en los niveles II, III y emérito, donde el número de hombres es mayor.
Los estereotipos de género en la ciencia inician en la infancia, porque las niñas y los niños asocian la alta capacidad intelectual con los hombres y esto las disuade de participar en actividades científicas.
Al respecto, el Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen) precisó que la ciencia necesita que más mujeres se arriesguen, crean en ellas y en sus ideas para eliminar el mito de que este campo es solo para hombres.
En el Inmegen, 60 por ciento de las personas que desempeñan labores de investigación son mujeres y lideran 63 por ciento de los proyectos.
Es necesario eliminar el síndrome de la persona impostora, que es un fenómeno psicológico en el cual la persona que se identifica como mujer cree que no es inteligente o capaz para desempeñar puestos de liderazgo. Entonces, aun cuando reúne todos los requisitos para esos cargos, prefiere rechazarlo.
“Se ha observado que, si en una estructura empresarial más de 20 por ciento de los puestos de liderazgo son ocupados por mujeres, las empresas crecen hasta 45 por ciento debido a la diversidad de opiniones.”
La investigadora forma parte del programa Mentoras en la Ciencia, que consiste en que las integrantes del Sistema de Investigadoras e Investigadores de la Secretaría de Salud asesoren a mujeres en formación en esta área, para que puedan obtener puestos de liderazgo y financiamiento para sus protocolos.
En esta primera edición participan nueve científicas como mentoras y cada una de ellas brinda asesoramiento a tres estudiantes durante seis meses.
Este proyecto fomenta la participación de mujeres en el ámbito científico y las impulsa a publicar sus investigaciones.
Las líneas de investigación de la especialista del Inmegen se enfocan en envejecimiento y microbiota, y desnutrición crónica y microbiota.
