Si dejas a tu bebé en la andadera puedes ocasionarle daños irreparables
Los niños y niñas cuando están en la andadera para aprender a caminar por largos periodos –más de treinta minutos- provocan que el cansancio llegue al cuerpo del menor y lo obligue a reposar sobre el asiento, con los pies cruzados y la espalda curveada, ocasionando así problemas posturales futuros.
Al dejar su cuerpo descansado en esa posición las piernas están completamente arqueadas, lo que producirá en el niño que su parado sea amorfo, es decir, que sus rodillas se mantengan separadas más de lo normal, además de deformar la cadera y el estómago.
Este tipo de lesiones originan que al momento de caminar por sí mismo, el pequeño entrelace sus pies provocando tropiezos, o bien, que mueva la cadera de una manera anormal, causando daños que pueden ser irreversibles.
El terapista Edgar López, especialistas en Medicina Física y Rehabilitación del Hospital General Regional No. 251 del Instituto Mexicano del Seguro Social Delegación Estado de México Poniente, asegura la mejor alternativa en esta edad es a través de uso de corrales o cunas que cuentan con barras protectoras altas y dejarlo rodeado de sus juguetes, para que en ese espacio el bebé se ejercite gateando, levantándose, ruede, tome objetos, dé sus primeros pasos, aprenda a sentarse y sobre todo a caer, sin hacerse daño.
La mejor contribución como padre en el desarrollo de los hijos, es previniendo problemas futuros al enseñarlos a gatear y desarrollar en ellos la confianza necesaria para dar sus primeros pasos y explorar su entorno de manera segura.
Ante cualquier anormalidad que se detecte en la postura de sus hijos o en la fisionomía de su cuerpo, es necesario acudir a su Unidad de Medicina Familiar para corregir en tiempo y forma cualquier problema postural y, de ser necesario, canalizarlos con un especialista.