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La enfermedad de Parkinson en las mujeres

Se acerca el Día Internacional de la Mujer, lo que me da la oportunidad de reconocer en todos los sentidos la grandeza de las mujeres mexicanas que destacan cotidianamente en forma personal y en cualquier ámbito de nuestra cultura, a pesar de las grandes dificultades que significa ser mujer en México.

Las diferencias sociales entre género me permiten abordar un tema neurológico degenerativo ampliamente estudiado en la actualidad, que consiste en definir si la enfermedad de Parkinson se comporta diferente en mujeres que en hombres. La enfermedad de Parkinson es una entidad neuropsiquiátrica de origen multifactorial no completamente entendido que provoca la muerte de las neuronas productoras de dopamina en el mesencéfalo, lo que explica un conjunto de síntomas que afectan el Movimiento y la Conducta.

El Parkinson es incurable, progresivo y necesita atención especializada para mantener la calidad de vida del sujeto. Actualmente existen opciones médicas variadas que mejoran los síntomas, pero que no evitan su progresión, por lo cual en pacientes mal tratados se afecta Gravemente la calidad de vida en todos los aspectos. Cuando el padecimiento inicia antes de los 50 años se sugiere realizar estudios genéticos ya que el 15% de los casos tiene un factor hereditario.

 A pesar de estos datos poco alentadores, la enfermedad de Parkinson es una de las entidades que más se han beneficiado de los avances científicos y en la actualidad se cuenta con estrategias que incluyen los procedimientos médicos y quirúrgicos que logran mantener los aspectos más importantes de la vida cotidiana.

Existen factores que al parecer evitan la enfermedad, el más conocido es la ingesta de café y otros que deben continuar en estudio, como las concentraciones normales o altas de acido úrico. Los antecedentes de estreñimiento, alteración en el sentido del olfato  o desordenes del sueño y depresión son factores que al parecer predisponen a la enfermedad.

Epidemiológicamente los hombres son más frecuentemente afectados que las mujeres guardando una relación epidemiológica de dos a uno. Las descripciones clásicas de la enfermedad no definen diferencias entre género, sin embargo, se han publicado datos que pueden cambiar esta concepción.

En el año 2007 Haaxma y colaboradores encontraron diferencias en la presentación de la enfermedad, siendo las mujeres afectadas un poco más tarde que los hombres, en promedio dos años, y con una presentación de temblor; en comparación a los hombres que mostraron  rigidez y lentificación del movimiento. (1)

La forma en la que los pacientes viven su enfermedad también ha sido diferente, según lo publicado por Scott en el año 2000, quien contrastó los síntomas que referían los pacientes conforme el tiempo paso. Los hombres mostraron un número mayor de síntomas, a pesar de que las escalas de evaluación ubicaban a las mujeres con síntomas más graves, situación que en este estudio se explico por las dificultades que las mujeres mostraron en comunicar sus molestias. (2)

La evolución de la enfermedad y el uso de medicamentos provocan complicaciones conocidas como fluctuaciones clínicas, que consisten en que un paciente durante el día tiene periodos de bienestar alternados con periodos de empeoramiento, además de discinesias, situaciones que incluyen movimientos involuntarios acelerados e incapacitantes.

En un estudio publicado en 2002 por Zappia se encontró una tendencia a la disminución de peso en mujeres, que asociada al medicamento, provocó más discinesias que en los hombres. (3) En términos generales las mujeres muestran más depresión durante la enfermedad y más efectos secundarios graves que los hombres, pero lo comunican menos o lo toleran más.

Estas situaciones han propuesto que los estrógenos tienen un carácter modificador e incluso neuroprotector, lo que explicaría por qué las mujeres sufren menos la enfermedad, pero cuando la tienen evolucionan con más alteración de la conducta y del movimiento

Dr. Ulises Rodríguez Ortiz. Neurólogo especialista en desordenes del movimiento. Instituto Nacional de Neurología. Maestro en ciencias en investigación clínica. Ex coordinador nacional grupo estudio Parkinson Academia Mexicana de Neurología. Coordinador del comité de Parkinson y cirugía. Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía De México Manuel Velasco Suárez.

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 Referencias

1.- Haaxma CA, Bloem BR, Borm GF, et al. Gender differences in Parkinson’s disease. J Neurol Neurosurg Psychiatry. 2007; 78(8):819–824. [PubMed: 17098842]

2.- Scott B, Borgman A, Engler H, Johnels B, Aquilonius SM. Gender differences in Parkinson’s disease symptom profile. Acta Neurologica Scandinavica. 2000; 102(1):37–43. [PubMed: 10893061]

3.- Zappia M, Crescibene L, Arabia G, et al. Body weight influences pharmacokinetics of levodopa in Parkinson’s disease. Clinical neuropharmacology. 2002; 25(2):79–82. [PubMed: 11981233]

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