Nacional

Políticas Públicas necesarias para eliminar las Grasas Trans

Por: Mtro. Erick Antonio Ochoa, Director de Salud Justa Mx y Adherente de la Coalición México SaludHable.

LaSalud.mx.- En un estudio de 2017,1 la Organización Mundial de Salud (OMS)   estimó   que cada   año   más   de 260 mil defunciones por enfermedades cardiovasculares se atribuyeron a la ingesta excesiva de ácidos grasos trans de producción industrial, de las cuales 160 mil ocurrieron en la región de las Américas, 45% de ellas prematuramente.2

Reducir la ingesta de los ácidos grasos trans para prevenir enfermedades no transmisibles es un proceso factible mediante la introducción de regulaciones que limitan el contenido de los ácidos grasos trans de producción industrial en alimentos o prohíben el uso de aceites parcialmente hidrogenados. A septiembre de 2020, 58 países han avanzado con la adopción de políticas públicas que protegerán a 3.2 mil millones de personas hacia fines del 2021.3

Sin embargo, de los 15 países que registran el 75% del total de muertes por consumo de esos componentes, solo Canadá, Letonia, Eslovenia y Estados Unidos han implementado políticas vinculantes para limitar las grasas trans industrialmente producidas. La mayoría – Azerbaiyán, Bangladesh, Bután, Ecuador, Egipto, Irán, México, Paquistán y la República de Corea – siguen sin implementar medidas efectivas para eliminarlas de la producción industrial.4 India está en ruta de aplicar una regulación conforme a las mejores prácticas, especialmente por el activismo de su Autoridad de Normas y Seguridad Alimentaria, preocupada por la relación entre la COVID-19, con las enfermedades cardiovasculares y las grasas trans como factor de riesgo.5

El 14 de mayo de 2018, la OMS publicó un conjunto de medidas para eliminar los ácidos grasos trans de producción industrial (AGTPI) del suministro mundial de alimentos. Estas recomendaciones de política pública, llamado REPLACE por sus siglas en inglés, forma parte de las 16 intervenciones prácticas y costo-efectivas que, si son implementadas globalmente, pueden

salvar 10 millones de vidas hacia el 2025 y prevenir 17 millones de accidentes cerebrovasculares e infartos hacia el 2030.6

Las seis áreas de acción estratégica del REPLACE son:

  • REview: examinar el panorama de fuentes dietéticas de los AGT, así como el contexto normativo existente y las partes interesadas que son clave para cambiar las políticas.
  • Promote: fomentar la sustitución de los AGTPI, por ácidos grasos poliinsaturados (preferiblemente) o ácidos grasos monoinsaturados, con asistencia técnica a las pequeñas y medianas empresas y respaldo a las empresas agrícolas.
  • Legislate: legislación o aprobación de medidas regulatorias para eliminar los AGTPI.
  • Assess: evaluación y seguimiento del contenido en AGT de los alimentos, así como los cambios del consumo de AGT en la población.
  • Assess: evaluación y seguimiento del contenido en AGT de los alimentos, así como los cambios del consumo de AGT en la población.
  • Create: concienciación sobre los efectos de los AGT en la salud y los niveles de exposición de la población a los AGT, para motivar cambios normativos y respaldar la aplicación de medidas regulatorias.
  • Enforce: cumplimiento obligatorio de las políticas y los reglamentos, con previsión de sanciones.7

La OMS propone como opciones de política pública: la prohibición de aceites parcialmente hidrogenados (APH), la restricción del contenido de AGTPI a no más de 2 gramos por cada 100 gramos del total de grasas o aceites en todos los alimentos, o la combinación de ambas. De 58 países que han adoptado regulaciones hasta septiembre de 2020, 33 son países de ingresos altos y 7 son países de ingresos medios-altos.8 Al considerar que las enfermedades del corazón son la primera causa de muerte en México (con 101,346 muertes en 2018, según estimaciones de la Red de colaboración mundial sobre

la carga de morbilidad)9 y que el 5.82% de los casos fatales por cardiopatía coronaria se deben al consumo de productos con ácidos grasos trans10, podemos decir que podrían prevenirse 5,898 muertes cada año causadas por los AGTPI si tuviéramos mejores políticas públicas.

Con la modificación a la Norma Oficial Mexicana NOM-051SCFI/SSA1-2010, que comenzó a ser obligatoria en octubre de 2020, el país avanzó en sus políticas de combate a la obesidad con la integración de etiquetados claros en los empaques y envases de alimentos y bebidas ultraprocesados, que incluyen sellos de advertencia por exceso de calorías, azúcares, grasas saturadas, grasas trans y sodio, lo cual coadyuva sobremanera a la implementación y al monitoreo de la política hacia los AGTPI y abona a su regulación deseable. Sin embargo, México dista de cumplir el conjunto de políticas considerados en REPLACE, especialmente porque el gobierno no ha regulado su eliminación. Es claro que hay compromiso, porque el país firmó el Plan de Acción promovido el año pasado por la OPS, pero falta avanzar en la regulación nacional.

Tanto el Congreso de la Unión, como las dependencias del Ejecutivo federal, deberían definir si nuestro país se suma a la prohibición de los ácidos parcialmente hidrogenados, vigente en Estados Unidos y Canadá, nuestros dos socios comerciales más cercanos, o se decide por la limitación de las grasas trans al 2% del total de grasas contenidas en todos los alimentos del mercado, que ya son una realidad en Chile y Uruguay.

Queda poco tiempo para México. Las cláusulas voluntarias, asumidas por nuestro país ante la OMS y la OPS, tienen fecha límite al 2023. No es empezar de cero, porque las empresas han iniciado ya sus procesos de reformulación y tanto el Congreso como el Ejecutivo han dado muestras de colaboración en aras de proteger los intereses de salud pública, como sucedió con la reformulación de la NOM-051, en la cual se dispuso la inclusión de octágonos de advertencia, que son un ejemplo global y regional.

De igual manera, la academia y la sociedad civil mantienen fuertes vínculos para alentar la incidencia política con base en evidencia científica. Todo eso, suma. Ahora el paso fundamental será lograr la eliminación de los ácidos grasos trans de producción industrial, con una regulación que se instrumente para el beneficio de millones de mexicanas y mexicanos.

Este y otros interesantes artículos, acompañados de reportajes, entrevistas y colaboraciones especiales con algunos de los más connotados especialistas, los podrás encontrar en nuestra Edición Especial Multimedia de LaSalud.mx  junio 2021, la cuál puede consultar en el siguiente link https://issuu.com/grupo-mundodehoy/docs/lasalud.mx_junio_julio_2021

  1. Afshin, Ashkan, et al. Health effects of dietary risks in 195 countries, 1990–2017: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2017, Supplementary appendix, The Lancet 393.10184 (2019): 1958-1972.
  2. OPS, Plan de acción para eliminar los ácidos grasos trans de producción industrial 2020-2025, Washington, 2020, p. 4.
  3. WHO, More than 3 billion people protected from harmful trans fat in their food, Ginebra, 9 de septiembre de 2020, disponible en https://www.who.int/news/item/09-09-2020-more-than-3-billionpeopleprotected-from-harmful-trans-fat-in-their-food
  4. Ibídem.
  5. Mint, Government to finalize regulation to limit trans fats during covid-19 pandemic, 20 de agosto de 2020, disponible en https://www.livemint.com/news/india/government-to-finalize-regula- tion-to-limit-trans-fats-during-covid-19-pandemic-11597930616865.html
  6. WHO. Noncommunicable diseases. Progress monitor 2020, Geneve: World Health Organization; 2020.
  7. OMS. REPLACE: Un conjunto de medidas para eliminar del suministro mundial de alimentos las grasas trans de producción industrial, Ginebra, 2018, 8 pp.
  8. WHO, More than 3 billion people protected from harmful trans fat in their food, ibid.
  9. Red de colaboración mundial sobre la carga de morbilidad. Estudio de la carga mundial de enfermedad 2019 (GBD 2019) Mortalidad de menores de 5 años y mortalidad de adultos 1950-2019. Seattle, Estados Unidos de América: Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME), 2020.
  10. WHO, Countdown to 2023…, op. cit, p. 32.

Artículos relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button