LaSalud.mx.– La sensibilidad o hipersensibilidad dental es un padecimiento que puede afectar a las personas en algún momento de su vida. En México, el 47% de la población sufre de sensibilidad dental, aproximadamente
24.9M de adultos (18+) en zonas urbanas, y muchos de ellos no lo saben.
De acuerdo con expertos, la sensibilidad dental se puede describir como una sensación dolorosa, aguda y breve, que se produce en respuesta a diversos estímulos externos. Es causada por el adelgazamiento de la
capa que recubre al diente, conocida como dentina, cuyo desgaste puede ser resultado de una mala técnica de cepillado, acidez de los alimentos que se consumen o la retracción de las encías.
Asimismo, señalan que la sensibilidad dental impacta de forma directa en el modo de vida de quien la padece; si esta no es tratada puede conducir a cambios de comportamiento como el descuido de la higiene
bucal, evitar citas con el odontólogo, cambiar hábitos alimenticios o incluso cambios en el estilo de vida como dejar de tomar una buena taza de café con los amigos, hacer ejercicio en exteriores, como correr por
el impacto del aire frío directo en los dientes, morder una paleta helada, entre otros.
Es recomendable el uso diario de productos que ayuden a disminuirla, una de las formas más adecuadas es el uso de pastas para dientes sensibles, como Sensodyne®, marca recomendada por los expertos desde hace más de 30 años, que alivia la sensibilidad dental, y cuenta con una amplia gama de productos desarrollados para las necesidades de cada persona.
Gracias a la más reciente innovación de Sensodyne® hoy es posible ayudar a reparar*, fortalecer y proteger continuamente las áreas sensibles de los dientes con Sensodyne® Repara & Protege que contiene
NovaMin™, un compuesto que recubre los túbulos dentinarios y, después de sólo cinco días de aplicación, crea una capa reparadora hasta 50% más resistente que la dentina original.”
Para evitar cambios en tu estilo de vida, es recomendable tratar la sensibilidad dental, visita a tu odontólogo, por lo menos 2 veces al año, para la detección y tratamiento oportuno de alteraciones en la
salud bucal y la prevención de posibles complicaciones.
