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¿Qué es blefaroespasmo?

LaSalud.mx.- El blefaroespasmo esencial benigno (BEB) es una distonía focal craneal, caracterizada por las contracciones excesivas e  involuntarias de los músculos del párpado, la cual es usualmente bilateral (aunque puede ser unilateral al inicio de los síntomas)1. El BEB puede considerarse como una enfermedad discapacitante debido a la progresión de los síntomas que puede llevar a la ceguera funcional, reduciendo la calidad de vida y el funcionamiento psicológico1.

El Dr. Salvador José Santamaría Molina, Neurólogo Clínico encargado de la Clínica de Movimientos Anormales y Aplicación de Toxina Botulínica del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional La Raza, mencionó que debido al constante e involuntario cierre de los párpados, los pacientes recurren a trucos sensoriales para tratar de abrir los ojos, tales como el uso de  bandas alrededor de la frente o al tocamiento de los músculos orbiculares de dicha región, los cuales con el avance del padecimiento se tornan ineficientes.

Los síntomas iniciales del blefaroespasmo incluyen sensaciones desagradables, aleteo de los párpados o aumento de la frecuencia de parpadeo a los estímulos, que progresan a espasmos involuntarios, crónicos y bilaterales de los ojos. Puede ir acompañado de otros movimientos distónicos en algunos pacientes, incluyendo la progresión de las cejas, paranasales, labial, masticatoria, lingual, faríngea y los músculos cervicales, es entonces cuando la condición se conoce como distonía craneal o cráneo-cervical1.

El blefaroespasmo es un padecimiento muy poco común, estudios actuales han demostrado que el rango de prevalencia del blefaroespasmo es desde 16 a 133 por cada millón de individuos, asimismo, los estudios demuestran que la prevalencia más alta se observa en mujeres y adultos mayores1. En este contexto, el Dr. Santamaría agregó que el padecimiento suele presentarse alrededor de la séptima década de la vida (60-70 años de edad), sin embargo no hay estadísticas en México, debido la baja incidencia y a la dificultad del diagnóstico.

Asimismo el especialista aclaró que el blefaroespasmo suele ser confundido con un “tic”; las diferencias entre ambos padecimientos es que el “tic” afecta a personas más jóvenes y es muy variable en en su manera de presentarse, es decir, puede afectar diferentes partes del cuerpo como cara, cuello y extremidades; mientras que el blefaroespasmo es un fenómeno focal, limitado exclusivamente a los músculos orbiculares con un movimiento repetitivo, sostenido y casi incontrolable. 

Con respecto al control del padecimiento, el Dr. Santamaría resaltó que la terapia más accesible es la aplicación de Toxina Botulínica tipo A de 500U, el extracto de una bacteria que se inyecta en los músculos orbiculares de los párpados y que actúa mediante el bloqueo de la terminal nerviosa hacia el músculo, lo cual genera debilidad muscular; lo anterior permite que el parpadeo disminuya y adquiera una función normal, con ello literalmente el paciente podrá abrir los ojos. La durabilidad del tratamiento clínicamente comprobado es de hasta 5 meses.

El especialista afirmó que una ventaja de la toxina de 500U con respecto a otras toxinas es que presenta un perfil con un mayor nivel de potencia, es decir, con una menor cantidad de unidades se podrían obtener beneficios terapéuticos más sostenidos en el paciente, lo que representa un costo beneficio para el aplicador y por consiguiente para el paciente. Agregó que también se utilizan algunos medicamentos orales, pero la mayoría no generan un beneficio real. Otra opción es la miomectomía, una cirugía que consiste en cortar pequeños fragmentos del músculo contraído para tratar de debilitarlo, sin embargo, tampoco suele ser exitosa.

“La mayoría de las veces el blefaroespasmo se considera un padecimiento idiopático (no hay una causa bien definida), sin embargo, sí existe una relación con ciertas enfermedades en los ojos, como son: síndrome de ojo seco, traumatismos oculares o alguna lesión en la córnea, por mencionar algunas. El diagnóstico está basado en la evaluación clínica y del movimiento, sus características, sitios afectados, frecuencia, factores que los atenúan y estudios agregados para indagar si existe otra posible alteración que explique dicha anomalía; los especialistas que intervienen en él son Neurólogos y Oftalmólogos” concluyó el Dr. Santamaría.

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