Resistencia a exámenes aumenta el riesgo de padecer cáncer de próstata: Dr. Jesús Torres Aguilar, presidente de la Sociedad Mexicana de Urología
“Esta nueva terapia ofrece un significativo y alentador para muchos pacientes que viven con cáncer de próstata metastásico resistente a la castración, ya que demuestra beneficios en la supervivencia global, tiene un impacto positivo en la calidad de vida y ha demostrado ser bien tolerado”. Dr. Juan Pablo Sade
El cáncer de próstata es la segunda causa de muerte en los hombres
CancerEnProstata.mx.- En México, el cáncer de próstata es la segunda causa de muerte por tumores malignos en hombres de 65 años o más, con cerca de 5 mil defunciones anuales. Los datos más recientes publicados por el INCan, indican una tasa de mortalidad de 13 defunciones por cada 100,000 hombres.
A pesar de estas cifras, los hombres no están acostumbrados a hacerse el tacto rectal por lo que se hace un llamado a hacerse la revisión a partir de los 45 años, cuando no existen antecedentes de cáncer, o a partir de los 40 años si hay antecedentes de cáncer de próstata en familiares, señaló el doctor Jesús Torres Aguilar, Presidente de la Sociedad Mexicana de Urología (SMU).
En muchos casos, como resultado de la resistencia de los hombres a realizarse el tacto rectal, no se ha tomado conciencia de la relevancia de la prevención y la detección oportuna, señaló.
Por ello, los hombres debemos entender que hay dos importantes razones y justificaciones: “la detección oportuna del cáncer de próstata permite la curación; recordemos que esta es una enfermedad situada dentro de las tres primeras causas de muerte por cáncer en el hombre y, finalmente, por mejorar la calidad de vida de los hombres que presentan crecimiento o inflamación de esta glándula, pues puede verse deteriorada de manera importante por la presencia de síntomas urinarios secundarios al crecimiento de este órgano y estos síntomas pueden corregirse con un manejo adecuado, lo que nos regresa la posibilidad de tener una buena calidad de vida”.
El recién nombrado Presidente de la Sociedad Mexicana de Urología (SMU) Dr. Jesús Torres Aguilar, con amplia experiencia en el manejo del Cáncer de Próstata, y participante en varios foros internacionales insistió en que el tacto rectal es básico para el especialista, ya que de esta forma se detecta un alto porcentaje de los cánceres que se encuentran en la próstata. Destacó que el tacto rectal no es sustituible por ninguna otra prueba de detección el cáncer y se tiene que hacer en conjunto con otra prueba que se llama Antígeno Prostático Específico (APE).
Se ha difundido que el análisis del Antígeno Prostático Específico (APE) puede sustituir el tacto rectal, pero esto no es verdad, es un mensaje erróneo. Normalmente se tienen que hacer los dos estudios para aumentar la capacidad de detección del cáncer de próstata y hacer el diagnóstico tempranamente”. Cuando hay sospecha de tener cáncer de próstata, ya sea por antígeno prostático o por tacto rectal, se deben tomar biopsias para confirmar el diagnóstico final.
El presidente de la Sociedad Mexicana de Urología y también Jefe del Servicio de Urología del Hospital Juárez de México, subrayó que los hombres después de los 40 años, deben tomar conciencia de revisarse, sobre todo si hay antecedentes de cáncer en su familia. “Entre más temprano se haga la detección, el tratamiento a seguir será más efectivo”.
En general, el cáncer de próstata no presenta síntomas en sus inicios y comúnmente se manifiesta con síntomas de otras enfermedades, como el crecimiento benigno de la próstata y/o prostatitis, por lo que a veces se confunden los diagnósticos. De ahí la importancia en la interpretación y revisión del médico para que el paciente tenga la atención adecuada.
En etapa temprana, el tratamiento es cirugía radical o radioterapia y cuando el cáncer está avanzado se trata con fármacos. En este marco, destaca la trayectoria de Asofarma, empresa líder en la investigación y el desarrollo de medicamentos contra el cáncer de próstata, que ofrece una amplia experiencia y tratamientos para las distintas etapas de esta enfermedad.
Ahora, Asofarma introduce al mercado mexicano Xtandi (Enzalutamida), medicamento anticanceroso utilizado para tratar a hombres con cáncer de próstata que se ha extendido a otras partes del cuerpo (metastásico) y es resistente a la castración (empeora pese a los tratamientos destinados a suprimir la producción de testosterona o después de la extirpación quirúrgica de los testículos).
Con un innovador mecanismo de acción Xtandi (Enzalutamida) permite atacar a la célula cancerígena desde su interior, inhibiendo la replicación de más células de este tipo; por lo que frenará el crecimiento del tumor.
Este tipo de medicamento es denominado de Terapia Blanco porque actúa a nivel intracelular y solo dentro de las células cancerígenas.
Durante la presentación del producto, el Dr. Juan Pablo Sade, Oncólogo Clínico del Instituto Alexander Fleming, Argentina y especialista en Cáncer de Próstata del Dana Farber Cancer Institute, de Boston, Estados Unidos, dijo que Enzalutamida supone un paso significativo y alentador para muchos pacientes que viven con cáncer de próstata metastásico resistente a la castración, ya que demuestra beneficios en la supervivencia global, tiene un impacto positivo en la calidad de vida y ha demostrado ser bien tolerado.
Al tiempo que presenta una clara eficacia y beneficios de seguridad frente al placebo, Enzalutamida tiene la ventaja adicional de que no requiere la toma de esteroides de forma concomitante y sólo requiere un seguimiento básico, lo que le convierte en una opción sencilla tanto para los profesionales de la salud, como para los pacientes.
El Dr. Juan Pablo Sade explicó que Enzalutamida se comparó con un placebo (un tratamiento ficticio) en un estudio principal con 1,199 pacientes con cáncer de próstata resistente a la castración anteriormente tratados con quimioterapia. El estudio mostró que Enzalutamida era más eficaz que el placebo para prolongar la vida de los pacientes: los pacientes tratados con Enzalutamida vivieron, por término medio, 18,4 meses, frente a los 13,6 meses de los pacientes tratados con un placebo.