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Cuenta la leyenda que…

Mundodehoy.com.– Nuestra cultura es una de las más ricas en leyendas; esas narraciones transmitidas de generación en generación, que cuentan pasajes de ficción, muchas veces sobrenaturales, y que viven en el imaginario colectivo de una sociedad. Como tributo a esta legendaria tradición, Chocolate Abuelita presenta la colección Leyendas Mexicanas, ilustrada con litografías de alumnos de la Escuela Mexicana de Arte Down.  Aquí, las seis historias de la serie:  

El origen del cacao

Quetzalcóatl, quien amaba a los Toltecas, les obsequió una planta que había robado a los dioses. La sembró y pidió a Tláloc que la alimentara con lluvia, y a Xochiquetzal que la adornara con flores. Los Toltecas fueron ricos y sabios, y gozaban del rico chocolate, eso despertó la envidia de los dioses quienes juraron venganza contra el dios azteca.

La luna y el conejo

“Tal vez eres sólo un pequeño conejo, pero a partir de este día todos te recordarán”. Tras enunciar esta frase, Quetzalcóatl levantó aquél conejo al cielo y su figura quedó plasmada en la luna para siempre.

La fundación de Tenochtitlan

Cuenta la leyenda, que el pueblo que antecedió a los aztecas recibió la orden del Huitzilopochtli –dios de la guerra y del sol- a emprender una búsqueda de un lugar muy especial para asentarse.  En un islote en medio del lago de Texcoco, divisaron a un águila posada sobre un nopal devorando una serpiente; fue ahí donde comenzó la fundación de la gran ciudad de Tenochtitlan, que se convertiría en la capital del imperio azteca.

El callejón del beso

La bella joven Carmen y el caballero Luis, estaban perdidamente enamorados. Sin embargo, el padre de Carmen no lo aceptaba y decidió comprometerla con un hombre mayor de gran riqueza… Luis, al ver a su amada partir, le dio un último beso en el balcón de un hermoso y nostálgico callejón. Desde entonces las parejas se reúnen en Guanajuato para rendir tributo al amor verdadero.

La mujer dormida

Popocatépetl fue elegido para ir a la guerra, pero le juró a su amada Iztaccíhuatl que volvería por ella. La joven esperaba impaciente, cuando un hombre malvado la engañó diciéndole que él había muerto; aprovechándose de su dolor, la obligó a casarse con él. Los dioses, conmovidos por tan gran amor, convirtieron a los amantes en dos montes para que estuvieran juntos por toda la eternidad.

Quetzalcóatl

Quetzalcóatl decidió bajar al mundo de los humanos para enseñarles a cosechar y muchos otros conocimientos que sólo eran dignos de los Dioses. El hermano de Quetzalcóatl al enterarse, se puso furioso, bajó al mundo disfrazado y le entregó un espejo.  Quetzalcóatl vio su reflejo y deprimido por su apariencia, decidió irse de la ciudad prometiendo que algún día regresaría. 

Chocolate Abuelita te invita a conocer más de estos seis relatos que puedes disfrutar en familia con su nueva colección de latas litografiadas “Leyendas Mexicanas”.

 

 

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