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Explican “abecedario” maya

A pesar de que fray Diego de Landa mandó quemar innumerables códices mayas en su célebre auto de fe, ejecutado en Maní, Yucatán, el religioso franciscano concibió una obra que en el siglo XX fue fundamental para leer en fuentes directas la historia y el pensamiento de la civilización maya: Relación de las Cosas de Yucatán, en la que asentó un “abecedario” de la escritura maya, cuyos signos, centurias después, se descubrió que representan sílabas con los que ha sido posible descifrar los jeroglíficos.

La historia del desciframiento de los textos que escribieron los mayas prehispánicos es muy larga, advirtió el arqueólogo Guillermo Kantún Rivera, egresado de la Universidad Autónoma de Yucatán, quien consideró que esa complicada tarea, emprendida en el siglo XVI, justo con el franciscano Diego de Landa, “lo ubicó como la primera persona no maya que trató de entender los textos glíficos”.

Al participar en el ciclo de conferencias que desarrolla el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), en el Museo Regional de Antropología “Palacio Cantón”, en Mérida, y que finalizará este jueves 28 de junio, el investigador con especialidad en epigrafía comentó que “el fraile pidió a un informante maya —que ya había sido educado dentro del sistema de escritura español e incluso sabía redactar en latín— que le ayudara a integrar un equivalente para el entendimiento de la lengua indígena que nadie podía descifrar.

Él, abundó, le iba diciendo las letras del alfabeto español: A (‘a), B (be), C (se)… mientras el escribano dibujaba los signos que más se aproximaban al sonido de las letras que repetía el religioso.

“Es decir, se trata de un silabario, en tanto que quedaron las equivalencias fonéticas de las letras españolas en signos mayas. Esto es muy importante porque durante años fue imposible descifrar esta escritura prehispánica debido a que los estudiosos pensaban que De Landa había dejado un abecedario e incluso que los jeroglíficos eran ideogramas sin sonido.

“Por muchos años los epigrafistas pensaron que el trabajo de fray Diego de Landa había falseado la escritura maya, hasta que el lingüista ruso Yuri Valentinovich Knórosov, en 1952, se dio cuenta de la naturaleza fonética del sistema y propuso que el fraile recopiló un silabario y no un abecedario”.

El primer grupo de once desciframientos de Knórosov, quien fue soldado del Ejército Rojo y encontró la Relación de las Cosas de Yucatán durante la toma de Berlín, mientras los soldados vaciaban la Biblioteca Nacional Alemana, marcó un hito en la historia de la investigación de la escritura maya.

Al dictar la conferencia La escritura jeroglífica maya: fundamentos para su lectura, Kantún explicó que para ese momento los epigrafistas no entendían que el sistema maya utiliza sílabas para su escritura; fue hasta que Yuri Knórosov le dio valor a éstas y así descifraron varios aspectos de su estructura.

El especialista en epigrafía resaltó que un solo sonido o una sola sílaba puede tener 5, 12 o 13 variaciones de símbolos, en tanto que los escribas mayas crearon ingeniosas combinaciones gráficas en busca de lograr obras más bellas y completas sin repetirse a sí mismas; es decir, que en el sistema de escritura maya existen muchas formas de escribir una sola cosa.

Guillermo Kantún recordó que aún existe polémica sobre el origen de esta escritura jeroglífica; las evidencias físicas tangibles más antiguas en el área maya datan de entre 150 a.C. – 200 d.C., en el periodo Preclásico Tardío, aunque algunos aluden una temporalidad inclusive más temprana.

Los jeroglíficos que datan de finales de los periodos Clásico Temprano (200 – 600 d.C.) y Clásico Tardío (600 – 900 d.C.), ahora son más claros o de más fácil lectura para los epigrafistas.

Kantún explicó que existen dos tipos de signos: las imágenes que representan sílabas y las que representan palabra completas; dijo que éstas pueden combinarse de manera distinta para crear variación visual dentro de un texto.

El ciclo de conferencias terminará el jueves 28 de junio a las 18:00 horas, con el tema El desarrollo de la astronomía maya, que presentará Orlando Casares Contreras, arqueólogo del Centro INAH-Yucatán.

 

 

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