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Habitat III y los retos para México

Arquitectura Hoy

Por: Mónica Del Castillo Arias


Mundodehoy.com.- Todo está listo en Quito, Ecuador, para que a partir del próximo lunes 17 dé inicio la reunión Hábitat III, que determinará una Nueva Agenda Urbana Internacional para el 2030, que permita lograr ciudades y asentamientos humanos inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles, señalando metas relacionadas al ordenamiento de las ciudades, a la calidad de las viviendas, a los sistemas de transporte, infraestructura, y con perspectiva de igualdad de género.

México ha venido preparándose para este evento para llegar con propuestas que permitan lograr los propósitos trazados.

En Abril pasado, en el Senado de la República, se llevó a cabo el Foro Nacional de Mujeres Arquitectas-Rumbo a Hábitat III, donde se identificó una serie de desafíos que van desde la sobrepoblación urbana que ha llevado a implicaciones en las sociedades, las economías, la protección del medio ambiente y el cambio climático, así como en la planeación territorial y urbana, con un impacto diferenciado en mujeres y hombres y en las poblaciones en situación de vulnerabilidad. 

La urbanización del siglo XXI impone retos en distintos niveles y direcciones, ya sea a escala global, como nacional y local. México cuenta con diversas zonas metropolitanas donde la tendencia es replicar los desafíos de la Ciudad de México, la tercera urbe más grande del mundo en términos de tamaño y población, por lo que debe generar soluciones integrales de los futuros asentamientos humanos, incluir usos y costumbres que aceleren el ritmo hacia la igualdad de oportunidades a las diferentes regiones fisiográficas, climáticas y culturales, y reducir el caos y la desigualdad social provocados por el dinamismo y evolución de las megalópolis.

Por lo tanto México propondrá en Hábitat III contribuir al ordenamiento de las ciudades con desarrollos de vivienda integrales, con equipamiento e infraestructura sensible, adecuada y suficiente que responda a la nueva cultura de la educación ambiental; crear reservas territoriales especiales para fortalecer y fomentar la producción de vivienda colectiva y barrios integrales; desarrollar un sistema de indicadores que orienten la toma de decisiones en términos de la elección de suelo y polígonos de vivienda, que respondan a las necesidades de suministro de agua, acceso a productos alimenticios, servicios básicos, desplazamiento y seguridad de las mujeres, los menores de edad, así como de las personas mayores y las que tienen algún tipo de discapacidad; desarrollar políticas de gentrificación para beneficiar la transformación de las ciudades y abonar a la eliminación de las desigualdades sociales, haciendo un análisis de prototipos de vivienda basados en evidencia de cada grupo con la finalidad de responder a las necesidades de cada uno de ellos y promover procesos participativos donde el tema de vivienda se analice, implemente y ejecute desde todos los sectores, creando sinergias entre sociedad, gobierno, academia y sector privado, a fin de formular e implementar una política de vivienda transformadora, multidisciplinaria e inclusiva, que asegure a todos los grupos sociales el acceso a una vivienda digna como un derecho humano; considerar el desarrollo de nuevos modelos y prototipos de vivienda, adaptando la arquitectura al entorno y al clima donde se desarrolle el proyecto, creando elementos de identidad que promuevan arraigo a la zona, debiendo estar acorde a las necesidades de la población, posibilidades económicas, los usos y costumbres. Deberán tomar en consideración variables poblacionales como género, condición física, el nivel socioeconómico y la diversidad de hogares y considerar la vivienda temporal para trabajadores y trabajadoras agrícolas migrantes (internos y externos), con el objetivo de evitar el hacinamiento y otorgar a este sector una vivienda digna respondiendo a sus necesidades.

Todo ello ha influido sobre la memoria de actividades y la ruta de seguimiento para Hábitat III, reconociendo la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el esfuerzo de México al otorgarle la tarea de co-facilitador del texto de la declaratoria, actividad que compartirá con Filipinas.

Con el apoyo de la Secretaría de Relaciones exteriores, la conducción de la SEDATU, y la participación de los representantes del Comité Nacional Preparatorio rumbo a Hábitat III, la postura de México cuenta con varias líneas de interés que se enmarcan en un discurso que representa nuestra propia problemática y que puede coincidir también con los rezagos de otros países menos favorecidos, entre ellos el derecho a la ciudad y la visión de género.

Como postura destacada, México intenta impulsar el Derecho a la Ciudad, propuesta construida desde el año 2005 por la Coalición Internacional del Hábitat  (Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad), documento que integra toda la diversidad de derechos humanos reconocidos bajo un paraguas de carácter territorial predominantemente urbano y que tiene por objetivo mayor el que el Derecho a la Ciudad sea por sí mismo, un derecho humano.

Así veremos un papel destacado de México en Hábitat III ante los retos de las ciudades del siglo XXI, en un entorno globalizado.

Hasta la próxima con más historias detrás de los ladrillos y el concreto.

 

 

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