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Sin agua ¡al carajo la Ciudad de México!

Por: M. en C. Héctor Lugo Salazar

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Mundodehoy.com.– A decir del ingeniero RAMÓN AGUIRRE DÍAZ, director general del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex), a la Ciudad de México se la cargará el carajo(1); lo anterior, a consecuencia de la sobreexplotación del acuífero y por la falta de impulso a un proyecto sustentable por el que se pueda reducir el consumo de agua en los hogares, se eliminen las fugas en redes y se lleve a cabo, la captación y reúso del agua de lluvia. Pues bien, para evitar este escenario del carajo, se hace necesaria una inversión de 8 mil millones de pesos durante 25 años (2); esto es, un total de 200 mil millones de pesos.

Con esta prospectiva en verdad que no solo a la Ciudad de México se la cargará el carajo, pues también ocurrirá lo mismo con toda la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM).

Mire usted, le explico: en la ZMCM se localizan 16 delegaciones que conforman la Ciudad de México, a la que se agregan 59 municipios del Estado de México y uno de Hidalgo; los cuales en conjunto, integran un espacio físico que concentra una población de 22 millones de habitantes.

Es así como la Ciudad de México y su zona conurbada se ha convertido en una extraordinaria megalópolis en la que habita una quinta parte de la población del país y advierta usted, a esta gran concentración poblacional hay que abastecerle de agua potable; además de aquella que le es necesaria y le demanda el uso industrial, la agricultura y el turismo.

Por ello, de considerar admisible que a la Ciudad de México se le mande al carajo por falta de agua, habría que aceptar también, que igual suerte experimentaría su zona conurbada.

Pero mire usted, como expresara ese admirable cantautor “¿Pero qué necesidad? ¿Para qué tanto problema?”, y todo a causa de una inadecuada percepción del problema. 

Permítame ejemplificarle: es como aquella parábola budista, en la que se cuenta que un grupo de ciegos tocaban cada uno de ellos una parte diferente de un elefante, así que al que le tocaba la oreja, afirmaba con pleno discernimiento que el elefante era una oreja, a causa de no conocer la totalidad del paquidermo.

Esto es lo que puede ocurrir cuando una institución no aprecia la realidad en su justa dimensión, como pudiera ser el caso de Sacmex (3), que pareciera no advertir que en el conjunto institucional, es sólo una parte administrativa que no tiene las facultades ni la competencia legislativa para lograr por ella misma, la sustentabilidad del recurso hídrico en la Ciudad de México y todavía más, porque cuando a esta gran Ciudad se le incorpora su zona conurbada se convierte en una gran Metrópoli, la cual se encuentra enclavada en el sistema hidrológico regional del Valle de México.

 

Para una mayor explicación, Sacmex como Organismo Operador de la Ciudad de México, sólo tiene la responsabilidad de administrar el agua en bloque (cuota de agua) que le asigna CONAGUA, así como la de operar los sistemas de agua potable, alcantarillado y el saneamiento del agua.

Como podrá observar en este acotamiento de atribuciones, Sacmex no puede ser la solución para lograr la sustentabilidad del recurso hídrico en la Ciudad de México, como tampoco lo puede ser de la zona metropolitana ni en el Valle de México.

En esta perspectiva, hay que volver los ojos hacia la CONAGUA, que es una dependencia subordinada directamente al Ejecutivo Federal y asignada a SEMARNAT, quién con fundamento en su Ley de Aguas Naciones (LAN) es la responsable de administrar, cuidar y preservar las aguas nacionales por tanto, es a quien se le debe demandar resolver la sustentabilidad del agua en la Metrópoli; naturalmente, en el contexto regional del sistema hidrológico del Valle de México.

En esta tesitura, es el director general de la CONAGUA quien debe informar en el contexto metropolitano, los niveles de disponibilidad y destino del recurso hídrico, tanto de las aguas superficiales como subterráneas; así como también, lo relativo a la calidad de agua potable que se entrega a la población y los volúmenes que por ineficiencias se desperdicia y como institución rectora de la política hídrica del país, la explicación de las medidas y programas que la Dependencia lleva a cabo para resolverlos.

Por lo que usted podrá valorar, los problemas de la hídrica en la Metrópoli deben ser un motivo de importancia mayor, para que con sinergias institucionales en el más alto nivel se lleve a cabo una gestión integral del agua.

Es de aclarar, que no se trata de minimizar la importancia de Sacmex y porque no es así, es que me parece incomprensible que haya la pretensión de reducirle su presupuesto en 68.75%; esto es, de 989 millones de pesos que se le entregaron en 2016, reducirlo a 309 millones en 2017.

En mi opinión, llevar a cabo esta fuerte reducción presupuestal es de un alto riesgo social, debido a las imprevisibles reacciones ciudadanas, que pudiera ocasionar el que se limitara o suspendiera la entrega de un recurso que es esencial y vital a toda forma de vida.

Bajo estas circunstancias, es necesario situar a Sacmex en la justa  dimensión institucional que le corresponde, para atender las demandas de agua en la Ciudad de México.

Trato de explicar lo anterior con el siguiente argumento: en declaraciones al Diario Reforma en 2008, funcionarios del entonces Sistema de Aguas del Distrito Federal (ahora Sacmex) informaron que el consumo de agua potable en el Valle de México era de 65 mil litros por segundo. De este volumen, 45 mil eran extraídos de pozos, 15 mil provenían del Cutzamala y 5 mil del Lerma y que para una suficiencia del vital líquido faltarían 6 mil litros por segundo por abastecer.

Como usted podrá observar, había ya en ese momento un reconocimiento oficial de la carencia y creciente escasez del recurso hídrico; ejemplo de esta situación, es el caso de la delegación de Iztapalapa, la cual registra más de un millón ochocientos mil habitantes (la más poblada del país), en la que se presentan recurrentes suspensiones en el suministro del recurso; específicamente, en las colonias ubicadas en las zonas altas de la delegación, en las que pareciera que por falta del agua suficiente hay un permanente conflicto social entre la Autoridad y la ciudadanía.

Este atolladero es un ejemplo de complicada solución en tanto no se acepte, que la problemática del agua es un fenómeno que debe ser resuelto a través de sinergias interinstitucionales del Gobierno Federal y las correspondientes de las entidades estatales involucradas.

Pero permítame aclararle porque es tan importante la colaboración institucional. Investigadores de la Universidad de Iztapalapa de la UAM encontraron que el bosque del Nevado de Toluca es una zona de recarga natural para los mantos conectados al sistema hidrológico del río Cutzamala, el cual abastece significativamente de agua a la Ciudad de México y no obstante, apenas en el pasado mes de octubre, se autorizó la tala de 17 mil hectáreas que representan el 33% de esa reserva nacional.

Esta situación bien merece la reconsideración e intervención de la SEMARNAT y sus dependencia adscritas CONAFORT, CONAGUA y CONANP, para determinar lo conducente y evitar en lo posible, un siniestro ambiental que pudiera afectar las aguas subterráneas con las que se abastece la Ciudad de México.

En otro contexto dentro de la misma prospectiva para el cuidado del acuífero en el Valle de México, es la de llevar a cabo por la Autoridad competente, la prevención de siniestros geológicos. En específico, la de aquellos hundimientos que se producen por la sedimentación de los estratos pétreos, como consecuencia de la excesiva extracción del agua en la zona metropolitana.

Lo anterior hace recomendable, el establecimiento de un ordenamiento territorial urbano, que sea congruente con la protección de las áreas de recarga del acuífero en toda la Cuenca Hidrológica del Valle de México.

Especial mención demandan los mega proyectos hidráulicos; los que por su magnitud, afectan a grandes núcleos poblacionales de la Metrópoli. En consecuencia, en todos ellos debe aplicar la colaboración interinstitucional.

Mire usted porqué, en la Planta de Tratamiento de Atotonilco en el estado de Hidalgo el político JOSÉ LUIS LUEGE TAMARGO ex director de la CONAGUA, se ufanaba de la construcción de la planta más grande en América Latina, en la que se tratarían 23 m3 por segundo de las aguas residuales provenientes del Túnel Emisor Oriente (TEO).

Pues bien, este político no discernió o no consideró que el agua tratada es importante sí y solo sí, se reúsa en otras actividades y se libera agua potable para su destino al consumo humano.

Una consulta interinstitucional con la autoridad competente hubiera aconsejado otras alternativas de solución; como pudiera haber sido el establecimiento de plantas de menor tamaño y equipadas con trenes de tratamiento especializados, permitiendo con ello su reúso a otros destinos como el industrial, favoreciendo con ello, la localización o relocalización de empresas. Lo anterior, en congruencia con los criterios de ordenamiento territorial y de preservación ecológica que dictaran las autoridades correspondientes.

Pero todavía más, el TEO, como es usual en los grandes proyectos hidráulicos que se consideran como emblemáticos por su tamaño e inversión, fue asignado a un fideicomiso para su gestión administrativa.

Pues bien, este proyecto que inició con un presupuesto de 15 mil millones de pesos en agosto de 2008 para terminarse en 2012; a febrero de 2016 tiene un avance del 60% y su inversión se duplicó a 32 mil 911 millones y además, es incierto su periodo de terminación (4). Por lo que cabría preguntarse ¿son los fideicomisos el instrumento idóneo para realizar estos grandes proyectos?

No obstante los citados desaciertos, es de hacer notar que el país cuenta con una excelente legislación ambiental contenida fundamentalmente, en su Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA) y mire Usted, un ejemplo de porqué le comento esto:

La LGEEPA en su artículo 90 dispone que la SEMARNAT en coordinación con la Secretaría de Salud (SS), expedirán las normas oficiales mexicanas para el establecimiento y manejo de zonas de protección de ríos, manantiales, depósitos y en general, fuentes de abastecimiento de agua para el servicio de las poblaciones e industrias, y promoverá el establecimiento de reservas de agua para consumo humano.

¿No le parece a usted, que este es un excelente fundamento legislativo por el que se demuestra que es posible el aprovechamiento de sinergias interinstitucionales?

En esta perspectiva de colaboración interinstitucional, creo que usted coincidirá conmigo en la bondad de esta ordenanza jurídica, que sólo requiere de voluntad política para que las autoridades se colaboren en los temas ambientales, del agua y de la salud, y decidan en consecuencia, hacer lo que haya que hacer y lo hagan ya. 

Pero mire usted también, ¿porque no aprovechar las sinergias institucionales para resolver otras problemáticas del agua? Tal es el caso de la sobreexplotación y contaminación del agua subterránea del Valle de México.

Permítame comentarle porqué, la degradación del agua subterránea se ha convertido en una peligrosa “Espada de Damocles”, la cual amenaza a la ciudadanía de toda la Metrópoli; por ello, la conveniencia de que se realice el inventario del agua subterránea en calidad y cantidad, sobre todo la de los pozos que integran el Plan de Acción Inmediata (PAI), debido a que se trata de una batería de pozos que suministran el mayor volumen de agua potable y porque su monitoreo, darían las explicaciones de la magnitud del deterioro que presenta actualmente el acuífero en el Valle de México.

Aunado a lo anterior, también se hace apremiante la identificación y regulación del sobre concesionamiento del agua, con el fin de dar una mayor congruencia y racionalidad al destino de los usos del agua, priorizando el agua potable asignado al consumo humano y para ello, la CONAGUA es la dependencia indicada de informar sobre los volúmenes y destinos del agua, a través de su Registro Público de Derechos de Agua (REPDA).

Para las soluciones de resiliencia en los cuerpos de agua subterráneas y superficiales del Valle de México, es pertinente establecer los programas de forestación y reforestación en las zonas de recarga del acuífero, los cuales deben ser congruentes con los planes reguladores del crecimiento urbano que pudieran convenir en su conformidad con los gobiernos de la Ciudad de México, Estado de México e Hidalgo.

En esta prospectiva regional, deben dictarse las medidas de prevención del riesgo ambiental en los mega proyectos de la Metrópoli, tal es el caso del monumental proyecto de infraestructura, denominado “Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México” (NAICM), que se ubicará en la Zona Federal del ex Vaso de Texcoco; el cual es de esperar que modificará los patrones de vialidad e impulsará el fortalecimiento urbano de toda la Metrópoli.

Para este mega proyecto es de hacer notar que la CONAGUA transfirió la Zona Federal del ex Vaso de Texcoco bajo su administración a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), con el propósito de facilitar los proyectos de infraestructura inmobiliaria a que hubiera lugar, como es el caso de la barda perimetral que circundará el complejo aeroportuario.

Desde este momento es de advertir que habrá afectaciones ambientales a la zona del Lago de Texcoco, debido a que se trata del área de un sistema hidrológico por el que se evitan inundaciones y se recargan los mantos freáticos del acuífero. También es de esperarse la afectación del lago en su flora y en la fauna endémica de la zona. 

Ante estas contingencias, es aconsejable que la SEMARNAT en su Dirección de Riesgo de Impacto Ambiental (Degira), cuide la exigencia de que se lleven a cabo las Manifestaciones de Impacto Ambiental (MIAs); en específico, las que se relacionan con la prevención de los daños al acuífero, y los relativos a las vialidades que vayan a construirse para dar fluidez a la conectividad de las áreas.

Sin duda, estas obras fortalecerán el crecimiento urbano y se incrementará el parque vehicular (estimado actualmente en 5 millones de vehículos), con lo cual se acentuará también el fenómeno de inmersión ambiental.

En estas circunstancias y en favor del bien común de la ciudadanía de la Metrópoli, las MIAs que se generen deberán calificarse con la mayor competencia y exigencia institucional, en virtud de que estamos hablando de la región más densamente poblada del país y cualesquier error, irregularidad u omisión, sería de consecuencias catastróficas. Por ello, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) debe de constituirse en una organización imprescindible en el tratamiento y calificación de estos temas.

Como verá usted en los argumentos expuestos, se hace evidente que la sustentabilidad del recurso agua en la Ciudad de México no debe ser un asunto de la sola incumbencia de un Organismo Operador como Sacmex; es una tarea que debe ser atendida con el aprovechamiento de sinergias institucionales, a través de una gestión integral con visión metropolitana y en el contexto del sistema hidrológico regional del Valle de México.

Para ello se hace necesario:

A.- Que Sacmex en lo principal:

1.- Resuelva las ineficiencias por fugas de agua y falta de mantenimientos a la red.

2.- Resuelva su autosuficiencia financiera.

3.- Resuelva el suministro de agua en zonas en que se practica el tandeo.

4.- Participe en el ordenamiento territorial urbano de la zona metropolitana.

5.- Participe en los convenios interinstitucionales, que permitan la protección a los cuerpos de agua y áreas naturales protegidas del Valle de México.

B.- Que la CONAGUA en lo principal:

1.- Garantice el agua potable al consumo humano en el nivel metropolitano

2.- Corrija la sobre explotación del acuífero por sobre concesionamientos.

3.- Impulse la protección de las zonas de recarga del acuífero.

C.- Que la SHCP, SEMARNAT y CONAGUA, determinen en lo principal:

1.- Que los mega proyectos formulados para resolver los problemas del agua en la Metrópoli sean evaluados como socialmente necesarios y técnicamente viables.

2.- Que las inversiones de los mega proyectos se realicen de conformidad con la Ley de Adquisiciones Arrendamientos y Servicios del Sector Público; evitando con ello la discrecionalidad de los fideicomisos.

3.- Que las Autoridades del Gobierno Federal y la de los estados involucrados, realicen a través de convenios interinstitucionales la ejecución y supervisión de los mega proyectos; así como de la protección de los cuerpos de agua subterránea y superficiales del Valle de México.

Por ello, para que haya agua en la Ciudad de México y su zona conurbada, se propone:

El aprovechamiento de sinergias interinstitucionales e interdisciplinarias para lograr una racional administración del agua en sus diferentes usos; privilegiando el del consumo humano y llevar a cabo las acciones correspondientes para el cuidado y la preservación de los cuerpos de agua superficiales y subterráneas en la cuenca hidrológica en el Valle de México”.

Finalmente he de comentarle, que las aguas nacionales son por mandato constitucional de la rectoría del Gobierno Federal, por lo que sería un desacierto administrativo que ante la carencia de recursos financieros, a Sacmex se le consintiera privatizar el agua potable y al respecto, no haya ningún pronunciamiento de CONAGUA.

1.Carajo.- Punto de observación en el mástil de un barco antiguo, el cual era considerado como castigo por las incomodidades que la actividad exigía, “váyase al carajo”.

2.Foro: “Funcionamiento del agua subterránea, en la cuenca de México, mitos y realidades”, realizado por la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT); La Jornada del viernes 9 de 2016

3.Directorio de Organismos Operadores de agua potable y alcantarillado registró en el país, más de 2300 de estas organizaciones en 2015.

4.Fuente: Excélsior. Comunidad. 21 de julio 2016 – relevante.

 

 

 

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