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Manejo integral de la dislipidemia.

Por: Dr. Melchor Alpizar Salazar, Director General del Centro Especializado en Diabetes, Obesidad y Prevención de Enfermedades Cardiovasculares (CEDOPEC)

DeTodoCorazon.mx.- Los cambios en el estilo de vida y la alimentación han incrementado la prevalencia de factores de riesgo de mortalidad cardiovascular, de una forma sin precedente a nivel global.

La evaluación del riesgo cardiovascular, determinando la probabilidad de padecer una enfermedad del corazón en un determinado período, debe formar parte del abordaje integral de la población, específicamente en los grupos de riesgo.

La dislipidemia, se caracteriza por alteraciones en los valores de lípidos en sangre. Los sujetos con diabetes mellitus, una de las enfermedades asociadas a la dislipidemia, tienen un riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular de 2 a 4 veces superior al observado en la población general de similar edad y sexo. 

Las complicaciones cardiovasculares son responsables del 80 por ciento de la mortalidad y del 75 por ciento de la morbilidad en la diabetes mellitus tipo 2, siendo el 70 por ciento de las muertes de causas cardiovasculares por enfermedad de las arterias coronarias, cuya base son las alteraciones metabólicas relacionadas con la ateroesclerosis y la dislipidemia.

El abordaje del paciente con dislipidemia debe iniciarse con la evaluación de riesgo, teniendo en cuenta las enfermedades asociadas, el modo y estilo de vida individual, que a nivel comunitario son indispensables. Las modificaciones de estos factores hacia una vida saludable, unida al manejo de los factores asociados y el control de los mismos desde la perspectiva de la educación en salud, serán determinantes para el logro de los objetivos de prevención.

El manejo farmacológico está encaminado a lograr una reducción en los valores de las alteraciones de los lípidos; entre los beneficios podemos señalar la disminución del riesgo de muerte por todas las causas y sobre todo por cardiovasculares, así como de las complicaciones no fatales.

Se ha demostrado eficacia con el tratamiento basado principalmente en el uso de estatinas, constatándose en diferentes estudios mejoría de la placa de ateroma, de la enfermedad arterial periférica, así como del perfil inflamatorio, estrés oxidativo y función endotelial que constituyen la base del desarrollo de la ateroesclerosis. 

La combinación de nuevos fármacos para el manejo del riesgo residual -existente a pesar de mantener un tratamiento estándar de los factores de riesgo y valores óptimos de algunos componentes de los lípidos-, principalmente en diabéticos, ha demostrado reducción de las complicaciones.

Los pacientes con enfermedad renal crónica en estadios avanzados igualmente deben ser considerados de alto riesgo cardiovascular y el manejo con estos fármacos está indicado de acuerdo al momento de la enfermedad.

El abordaje integral de las alteraciones de los lípidos es indispensable en el logro de los objetivos de prevención de las enfermedades crónicas asociadas, donde la evaluación y seguimiento médico debe añadirse a las acciones individuales para su control.

 

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