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Disminución de la mortalidad por VIH en México

El acceso universal y gratuito al tratamiento antirretroviral en México ha logrado disminuir la mortalidad por VIH en la última década.

Antecedentes

Hace 37 años se reportaron, en junio de 1981, los primeros casos de lo que hoy se conoce como el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA). En esa época, los sistemas de salud no disponían de los medicamentos adecuados para hacer frente a esta nueva enfermedad. Incluso después de que el VIH fuera reconocido como el agente causal del SIDA, la terapia realmente efectiva no estaría disponible por más de una década.

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Por ello, el SIDA se consideraba prácticamente una sentencia de muerte al no existir tratamientos eficaces, por lo que el manejo clínico se limitaba a la atención de los síntomas y otras comorbilidades asociadas. En los primeros años de la epidemia en México, la mortalidad crecía en forma exponencial y la letalidad era casi del cien por ciento.

En 1996, fue desarrollado el Tratamiento Antirretroviral de Alta Actividad (TARAA), basado en un grupo de antirretrovirales conocidos como inhibidores de proteasa (IP), el cual cambiaría radicalmente el pronóstico de los pacientes con VIH, logrando retrasar el daño a nivel del sistema inmunológico, disminuir las infecciones oportunistas y evitar la muerte de las personas con VIH. De inmediato, esta nueva terapia se empezó a utilizar masivamente en los Estados Unidos, y como resultado, el número de muertes por VIH/Sida se redujo en casi 50% en 1997, seguido de una reducción adicional del 20% en 1998. En algunos países europeos el impacto fue similar, ya que el número de muertes por VIH/Sida disminuyó casi en 80%, en los tres primeros años de su utilización. En América Latina, Brasil y Argentina lograron reducir sus tasas de mortalidad por Sida en 50% y 20%, respectivamente.

El acceso al TARAA es la política de salud pública que ha permitido disminuir la mortalidad por VIH en el mundo. Debido a su eficacia, actualmente la infección por VIH puede ser considerada una condición crónica tratable que ha permitido a las personas infectadas mejorar su calidad de vida y aumentar su esperanza de vida.

Desde el 2003, la Secretaría de Salud consolidó la política púbica de acceso universal y gratuito a los medicamentos antirretrovirales a todas las personas con VIH que carecían de seguridad social.

Las cifras de mortalidad en México

De 1990 al 2017, un total de 119,429 personas fallecieron en México a causa del VIH, lo que representa alrededor de poco menos de una de cada cien defunciones ocurridas en el país.

El número de defunciones por VIH se incrementó en forma continua en el período 1990-2008, al iniciar con 1,493 defunciones en 1990 y llegar a 5,183 en el 2008, año en que se registró la cifra más alta en la historia del país. Esto ocasionó el aumento de la tasa cruda de mortalidad de 1.7 a 4.7 defunciones por cada 100 mil habitantes (Tabla 1).

Tabla 1. Defunciones por VIH en México según año de registro, 1990-2017

*Tasa de mortalidad por 100,000 habitantes. Nota: No se incluyen las defunciones de personas que residían en el extranjero o cuyo sitio de residencia se desconoce. Fuente: INEGI. Bases de datos de defunciones 1990-2017.

En 2008, año en que se consolidó la política pública de acceso gratuito y universal a los medicamentos antirretrovirales en todo el país, fue el inicio de la disminución de la mortalidad por VIH en México. La tasa de mortalidad disminuyo de 4.7 a 3.8 defunciones por 100 mil habitantes, en el período 2008-2017, lo que significa en términos porcentuales una reducción del 17% en una década (Figura 1). Como consecuencia, la mortalidad por VIH también disminuyó 18% en los hombres durante el período de 2008 a 2017 (Figura 2), y 23% en las mujeres, a partir del año 2009 (Figura 3). Las cifras anteriores muestran el impacto que ha tenido el acceso universal al tratamiento antirretroviral sobre la mortalidad por VIH en México.

Figura 1. Mortalidad por Sida según año de registro. México, 1990-2017.

Figura 2. Mortalidad por Sida en hombres, según año de registro. México, 1990-2017.

Figura 3. Mortalidad por Sida en mujeres, según año de registro. México, 1990-2017.

Sin embargo, como sucede en otras enfermedades, la distribución geográfica de la mortalidad presenta diferencias muy importantes. Considerando el quinquenio más reciente (2013-2017), Tabasco tiene la tasa de mortalidad más elevada del país (9.7 defunciones por 100 mil habitantes); en segundo sitio, está Quintana Roo (9.7 defunciones por 100 mil habitantes); y a continuación aparecen Campeche y Veracruz (8.5 y 8.4 defunciones por 100 mil habitantes, respectivamente). Estas cuatro entidades tuvieron tasas que cuando menos duplican la mortalidad nacional (Figura 4).

En contraste, las entidades que registran menor mortalidad fueron: Zacatecas (1.2 defunciones por 100 mil habitantes), Guanajuato (1.6 defunciones por 100 mil habitantes), Hidalgo (1.7 defunciones por 100 mil habitantes) y Tlaxcala y Michoacán (1.8 defunciones por 100 mil habitantes). Estas cinco entidades registraron tasas de menos de la mitad de la mortalidad nacional (Figura 4).

Figura 4. Mortalidad por VIH según entidad federativa, 2013-2017

Reflexiones finales

La política pública de acceso universal y gratuito a los medicamentos antirretrovirales en México, ha conseguido disminuir significativamente la mortalidad por VIH a partir del 2008 en hombres y 2009 en mujeres. Estas cifras muestran que se está caminando en la dirección correcta.

Sin embargo, existen diferencias importantes entre las entidades federativas. Por ejemplo, en el período 2013-2017, la mortalidad por VIH en Tabasco (9.7 defunciones por 100 mil habitantes) fue ocho veces superior a la de Zacatecas (1.2 defunciones por 1,000 habitantes). Estos diferenciales constituyen un enorme reto para el sistema de salud, los cuales deben reducirse en los próximos años.

Para que la tendencia descendente de la mortalidad continúe es los próximos años, es necesario incrementar la cobertura de la detección oportuna de las personas con VIH; vincular lo más rápido posible a las personas detectadas con VIH al tratamiento antirretroviral y lograr que éstas alcancen la supresión viral de manera sostenida.


Este artículo se publicó en la versión impresa de la Revista LaSalud.mx en Milenio Diario e Instituciones de Salud, puede consultar la Edición Digitalizada en https://issuu.com/grupo-mundodehoy/docs/diciembre_2018


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