CNIB alerta sobre las consecuencias de blindajes de mala calidad
En los últimos años, la industria del blindaje en México, se ha visto afectada por la práctica desleal de empresas que sacrifican la calidad de sus productos a cambio de ofrecer precios “competitivos”, sin importar que se ponga en riesgo la vida del usuario.
El blindaje corporal, vehicular, táctico y arquitectónico tienen un solo objetivo: salvar vidas y, para que un chaleco antibalas, un automóvil o una puerta que han sido blindados, cumplan con su función en un evento balístico, deben estar hechos con materiales de calidad, certificados y probados, que realmente garanticen la seguridad de los usuarios, pero eso tiene un costo.
Alma Díaz, Representante de la Comisión de Blindaje Táctico, señala que no hay blindajes caros, ni baratos, lo que hay son blindajes buenos y blindajes malos. Indica que si una persona va a adquirir un producto blindado debe verificar los materiales de fabricación, que sean balísticos, que estén certificados por laboratorios internacionales y que haya una garantía de que resguardará su seguridad.
En el caso del blindaje vehicular Alma Díaz indica que el usuario debe fijarse muy bien en la configuración de blindaje, porque hay empresas que en el momento de pegar el material al vehículo hacen ajuste al paño y eso es un hueco balístico, y si el proyectil pega en esa unión, el material se abre y la bala penetra. De igual manera, señala que el usuario debe cerciorarse de que haya traslape de entre cinco y ocho centímetros, lo cual va a garantizar que el proyectil no despegará el material y no podrá penetrar.
“Este trabajo implica más horas, mayor cantidad de material colocado, y muchas empresas que no son éticas, no invierten tanto material, ahorran mucha mano de obra y por eso dan un servicio más barato”, asegura. Añade que otro punto que debe tener en cuenta el usuario es que un vehículo blindado debe llevar runflats, que es la protección que se coloca dentro de las llantas y que es esencial para cuando la persona tenga un evento balístico, pueda seguir adelante y no se quede varado.
“Lo peor que puede pasar es quedar totalmente varado porque entonces puedes ser objeto de un ataque más severo. El runflat te ayuda a salir de ese evento, aunque tenga pinchados los neumáticos, el estar en movimiento es lo que salva la vida. El vehículo blindado no es un bunker, es un elemento evasivo que te ayuda a salir con vida de un evento balístico, pero la idea es que te de tiempo extra para salir avante”, advierte Alma Díaz.
Por otra parte, Ignacio Baca, Presidente de la Comisión de Comunicación y Difusión, indica que si un producto no cumple con los estándares internacionales de calidad, tanto en la fabricación, como en los materiales, pone en riesgo la vida del usuario, y reitera que hay muchas cosas que el usuario debería de conocer a la hora de adquirir un producto blindado, comenzando por conocer la empresa, pues cada día aparecen empresas nuevas, aunque también desaparecen.
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Comenta que no vale la pena exponer la vida para ahorrarse alguna cantidad de dinero, pues algunos productos pueden ser accesibles, teniendo en cuenta que se protegerá la vida. Por ejemplo, el precio aproximado de un chaleco exterior nivel III-A, cuesta unos 8 mil 400 pesos, con un seguro de responsabilidad civil por 20 millones de dólares, que expide una empresa aseguradora mexicana.
“El seguro cubre una mala fabricación del producto, si el chaleco es traspasado por una bala para la cual estuvo configurado, el seguro cubre la parte individual de la persona que usó ese producto y responde en automático en este tipo de situaciones”.
Baca aclara que difícilmente, una empresa que no cumple con todos los estándares de seguridad, puede ofrecer un seguro de estas características porque hay empresas que dan seguro, pero de otro país, y eso no funciona aquí, si hay alguna situación lamentable, el seguro de otro país no podrá aplicarse en México, comenta además que es exigible que el cliente solicite a la empresa que demuestre que cuenta y cumple con un sistema de gestión de calidad como lo es ISO 9000.
Respecto al tema de la calidad en el blindaje, John Valbuena, Presidente de la Comisión de Blindaje Corporal, asegura que “como Consejo Nacional de la Industria del Blindaje lo que se ha buscado es tener asociados y compañías altamente calificadas y, lo más importante, de primera calidad. Hemos visto en el mercado mexicano y latinoamericano que las compañías por ofrecer un precio bajo no ofrecen calidad”.
Apunta que el problema es que, si fuera un perfume, pues no hay problema, pero en el blindaje se trata de la vida de la persona. Destaca que “las compañías que están con nosotros son compañías de calidad, legalmente establecidas en México, con presencia en varios países, y tiene diferentes tipos de certificaciones”.
Valbuena recomienda al consumidor que, cuando necesite de algún producto blindado, antes de adquirirlo verifique muy bien a la empresa, que las certificaciones sean reales y la póliza de seguro de 20 millones de dólares es un plus de las compañías fuertes.
Por otra parte, René Fausto Rivera Arózqueta, Presidente de la Comisión Ejecutiva del CNIB, asegura que la diferencia entre un buen trabajo y un mal trabajo, puede ser la vida y la muerte. Experto en el blindaje arquitectónico, Rivera señala que en esta modalidad también hay empresas que hacen trabajos que no cumplen con los estándares internacionales, ni tampoco cuentan con certificaciones, y se pueden encontrar puertas “blindadas”, que son dos láminas rellenas de cemento, que tal vez detenga las balas, probablemente, pero no es material balístico, ni está certificado y tampoco cumple con los requerimientos de seguridad. “Hay empresas y personas que lo que buscan es calidad y no reparan en el precio porque el precio se olvida, pero la calidad perdura”, concluye René.
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