Tabaquismo y cáncer pulmonar, una relación histórica
Por: Mtro. Erick Antonio Ochoa, Director General De Salud Justa Mx.
Oncologia.mx.– Tabaquismo y Cáncer de Pulmón, una relación histórica
El consumo de tabaco es la principal causa de cáncer de pulmón. En 2018, se estimaron más de dos millones de nuevos casos de cáncer de pulmón (el 14% de los nuevos casos de cáncer) y 1.7 millones de muertes (el 20% de las muertes por cáncer), en todo el mundo. Más de la mitad de la carga global de incidencia y mortalidad ocurre en países de ingresos medios y bajos. Fumar es responsable de las dos terceras partes de las muertes globales por dicha enfermedad.
Esta relación no siempre estuvo clara. Con la industrialización de los cigarrillos a fines del siglo XIX, de los indicios sobre los daños se pasó a la asociación y después a la causalidad. En principio llamó la atención el aumento súbito de casos. En Alemania, con base en información del Instituto de Patología de la Universidad de Dresden, en 1878 los tumores malignos de pulmón solo representaban el 1% del total de casos de cáncer, que para 1918 había subido a casi 10% y en 1927 implicaba el 14% de los casos. En Inglaterra, los casos de cáncer de pulmón aumentaron de 612 en 1922 a 9,287e en 1947. En Estados Unidos, las defunciones por tumor maligno de pulmón pasaron de menos de 3,000 en 1930, a 18,000 en 1950 y a 41,000 en 1962.
El primer estudio prospectivo que estableció la correlación entre fumar y la mortalidad por cáncer de pulmón se conoce como el British Doctors Study. El 31 de octubre de 1951, un grupo de investigadores de la Universidad de Oxford encabezados por Richard Doll y Austin Bradford Hill enviaron 59,600 cuestionarios a galenos del Registro Médico Británico para conocer sus hábitos tabáquicos. Luego de descartar a los menores de treinta y cinco años, así como a las mujeres, porque entonces el cáncer de pulmón era raro en dichas cohortes, recolectaron 34,440 cuestionarios de médicos hombres nacidos antes de 1930.Los primeros resultados, publicados en 1954, mostraron que “mientras no hubo mortalidad en el grupo de no fumadores, ésta fue de 1.14 por mil entre los fumadores pesados”. Una actualización del cuestionario publicada en 1980, sumada a investigación que incluyó por primera vez a 6,194 mujeres médicas, encontró que, además del cáncer de pulmón, la cardiopatía isquémica y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica se relacionaban significativamente con el tabaquismo.
En los Estados Unidos, el parteaguas en cuanto a sistematización de evidencia científica sobre los daños a la salud ocasionados por fumar, vino con la publicación del primer Informe del Cirujano General de los Estados Unidos publicado en 1964, cuyo comité asesor sobre tabaquismo y salud, revisó más de 7 mil artículos publicados desde 1958, así como 7 estudios prospectivos donde intervinieron más de 1.1 millones de hombres que proporcionaron sus hábitos de consumo de tabaco, entre otras características. Según el estudio, ninguna causa de muerte implícita más clara que el tumor maligno de pulmón, que elevó casi 11 veces la relación entre muertes esperadas y muertes observadas. Los datos relativos a mujeres apuntan hacia la misma dirección. En respuesta, en 1965 el Congreso de los Estados Unidos exigió advertencias sanitarias en los empaques de cigarrillos y en 1969 se prohibió la propaganda en radio y televisión.
Hoy, a la evidencia concluyente que relaciona el cáncer de pulmón con el tabaquismo, además de un reconocido efecto sobre las personas expuestas no fumadoras que también pueden contraer dicha enfermedad, se han sumado otras enfermedades como la bronquitis crónica, el enfisema pulmonar, la enfermedad arterial coronaria, la diabetes, la degeneración macular, el cáncer en el hígado, el cáncer colorrectal, la tuberculosis, la disfunción eréctil, los embarazos ectópicos, las hendiduras orofaciales en lactantes, la artritis reumatoide, entre otras enfermedades.
¿Qué esperan entonces los legisladores mexicanos para fortalecer las políticas contra el tabaquismo?
Primer punto. Desde hace al menos 60 años, como quedó demostrado en el apartado anterior, se conoce la relación causal directa entre fumar y el cáncer de pulmón.
Segundo punto. Ninguna respuesta, en cuanto al diseño de políticas públicas para reducir la prevalencia del tabaquismo, más sistemática que el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco, el primer tratado negociado bajo los auspicios de la Organización Mundial de la Salud. Dicho tratado, firmado por México en 2003 y ratificado por el Senado de la República un año después, tiene fuerza legal vinculante para establecer políticas públicas como:
- Protección contra la exposición al humo de tabaco.
- Reglamentación de contenidos en los productos de tabaco.
- Reglamentación de información divulgada por los productos de tabaco.
- Empaquetado y etiquetado de los productos de tabaco, con pictogramas superiores al 50% y/o diseño estandarizado.
- Educación, comunicación, formación y sensibilización pública.
- Prohibición de publicidad, promoción y patrocinio de los productos de tabaco.
- Medias de reducción de la demanda concernientes a la dependencia y cese del tabaco.
Tercer punto. De todas esas políticas, en México la regulación nacional tiene fallas como:
- Se admite que haya áreas reservadas para fumadores en espacios públicos cerrados, como restaurantes y bares, lo cual detallaremos más adelante
- Los pictogramas solamente ocupan el 30% de una de las superficies principales del empaquetado
- No hay una prohibición total de la publicidad, promoción y patrocinio de los productos de tabaco; porque se admite publicidad y promoción de productos de tabaco dirigida a mayores de edad a través de revistas para adultos, comunicación personal por correo o dentro de establecimientos de acceso exclusivo para aquéllos
- Los impuestos totales a los productos de tabaco representan 69.2% para una cajetilla promedio.
Cuarto punto. Hacia el 2025, México no reducirá en 30% la prevalencia de consumo de tabaco, una meta establecida en la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible. Es más, en los últimos años hay un ligero aumento en la prevalencia global, del 16.5% en 2009 al 19% en 2016. En las tendencias a mediano plazo, es claro cómo la prevalencia de tabaquismo diario disminuyó considerablemente – un 50% entre 2002 y 2016, de 13.5% al 7%, especialmente por la diminución que se produjo en 2009 – aunque aumentó la prevalencia de consumo ocasional un 35% durante el mismo periodo.
Quinto punto. El mayor obstáculo para el avance de las políticas públicas es el Congreso de la Unión. Si bien de septiembre de 2009 al 20 de octubre de 2020 se han presentado 75 iniciativas para reformar la Ley General para el Control del Tabaco, ninguna ha tocado artículos clave para el avance de la instrumentación del MPOWER, el paquete de políticas e intervenciones promovido por la Organización Mundial de la Salud.
¿Cuándo entenderán los legisladores del Congreso de la Unión la importancia de legislar a favor del control del tabaco para reducir los casos de enfermedad y muerte por cáncer de pulmón?
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