Salud

Más allá del VIH / Sida

MundoDeHoy.com / LaSalud.mx .- 100% Positivo e Impulse Group organizaron el evento Ted X Polanco Salón, “Más allá del VIH”, actividad que marca el lanzamiento de una campaña de concientización, encaminada a la prevención del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).

En esta reunión que tuvo como marco el Museo de la Memoria y Tolerancia, se contó con la participación de tres ponentes que hablaron sobre sus experiencias como activistas y comunicadores expertos en esta enfermedad.

El primero en tomar la palabra fue Ricardo Baruch, médico y maestro en salud pública, quien hizo referencia a su experiencia, primero como voluntario y actualmente como comunicador especializado en VIH.

Recordó que la primera vez que escuchó hablar del virus fue en 1993, con la película Filadelfia. En su adolescencia tenía muchas dudas sobre la sexualidad y como en la escuela no recibió suficiente información, se acercó a Mexfam, la Fundación Mexicana para la Planificación Familiar, donde se volvió voluntario.

En la universidad además hablaba a otros adolescentes sobre VIH y salud reproductiva, descubriendo que existían muchos mitos con información errónea. En esos comunicados se hacía referencia a que la única manera de evitarlo era mediante la fidelidad, también recordó a los médicos que mostraban galerías del terror sobre lo monstruosas que podían ser las enfermedades de transmisión sexual.

Comentó que en ese tiempo había información errónea, como que el sida se podía transmitir por el piquete de un mosquito, o las albercas contaminadas por personas que padecían VIH. “Hoy en día, con el uso de las redes sociales podemos encontrar la población específica a la que queremos llegar con mensajes más claros y aún más agresivos”, señaló el doctor Baruch.

En su intervención dio a conocer que a partir del año 2009 inició su actividad en redes sociales con el objetivo de llegar a más gente con sus mensajes. Reconoció que, aunque estas herramientas de comunicación son muy positivas, también pueden ser muy negativas como ocurre con las “fake news”, que transmiten noticias falsas, como aquella en que se dice que el condón no sirve para prevenir el sida porque el virus es más pequeño que los poros del látex, o que el virus no existe y sólo es un invento de las farmacéuticas, y aquel que proclama que en los cines y en los antros hay gente con jeringas llenas de sangre que están contaminadas.

De ahí destacó la importancia de contar con información fidedigna. Reconoció que también entre el personal dedicado a la salud también hay personas mal informadas que dicen que las mujeres con VIH no deberían embarazarse, aunque se ha demostrado que aquellas que tienen una carga viral indetectable lo pueden hacer. Y también médicos que a pesar de disponer de pruebas y referencias científicas no aceptan la información.

El doctor Baruch subrayó la excelente noticia que significa “indetectable e igual a intransmisible”. Señaló que “los medicamentos antiretrovirales desde los años 90 sirven para que las personas con VIH controlen la replicación del virus y aunque no se elimina del cuerpo, está escondido, y personas que tienen una buena adherencia o usan el medicamento de forma constante, pueden llegar a un estado de indetectabilidad, es decir, “la cantidad de virus es tan chiquita que no se puede transmitir, incluso si se llega a tener relaciones sexuales sin condón”, añadió el doctor.

En otro aspecto de su charla, subrayó la importancia de los comunicadores, quienes pueden contribuir a que se perpetúen los estigmas y la discriminación relacionada con el VIH. En México, de acuerdo con la Encuesta Nacional de la Discriminación de CONAPRED, vemos que el VIH está entre las tres primeras causas de discriminación en México, a nivel de la familia y el trabajo. Afortunadamente, reconoció que muchos comunicadores y en muchos medios se ha usado un lenguaje adecuado, que es clave para eliminar el estigma y la discriminación.

Como divulgador del conocimiento habló sobre dos métodos de prevención relativamente nuevos: la profilaxis pre exposición y la profilaxis post exposición (PEP y PREP, respectivamente), basados en medicamentos antiretrovirales.

La PEP es una pastilla que debe usarse dentro de las 72 horas posteriores a haber tenido una relación sexual de riesgo o contacto con material infectado. Se emplea durante un mes y reduce significativamente el riesgo de contraer VIH.

Por otro lado, la PREP en algunos países ha provocado cambios enormes en la epidemia. Se puede usar por la gente que está en mayor riesgo o pertenece a poblaciones clave y se usa por tiempo indefinido por meses o años, y crea una especie de barrera que impide que el virus entre al organismo, aunque en México es caro y no está ampliamente disponible, sólo en algunos protocolos de investigación.

Puntualizó que la PEP y la PREP no funcionan por sí solas. “Deben existir medidas estructurales que permitan tomar decisiones sobre nuestro cuerpo. No olvidar que el gran campeón son los condones, que han ayudado evitar millones de casos, pero en los últimos diez años no hemos subido ni bajado en nuevas infecciones.  Tenemos un promedio de 12 y 15 mil casos nuevos de VIH al año, lo que implica que no debemos seguir haciendo lo mismo, confiar en los condones, sino además en el tratamiento como prevención, la indetectabilidad, las nuevas tecnologías como la PEP y la PREP, la educación integral en sexualidad para adolescentes y niños y disminuir la violencia de género y homotransfobia que nos hace más vulnerables”.

Dentro de algunos años es probable que tengamos alguna vacuna o hasta una cura, mientras tanto, dijo que “debemos seguir confiando en información basada en medidas científicas”, por lo que invitó a los asistentes a compartir información en redes sociales y hablar de estos temas a la comunidad, a seguirse protegiendo, a hacerse periódicamente la prueba de detección del VIH si se tiene una vida sexual activa, y a seguir adhiriéndose al tratamiento “para que en México en 2030, se detenga la epidemia y no haya más casos de VIH, muertes relacionadas con el VIH y acabemos con el estigma y la discriminación”.

La siguiente participante en el foro “Más allá del VIH”, fue Silvia Carmona, defensora de derechos humanos y de personas que padecen esta enfermedad, quien además de ser madre, enfermera, abogada y activista, reconoció que en su adolescencia fue víctima de violencia familiar y vivió en la ignorancia.

A los 17 años se embarazó y decidió seguir adelante. Sin embargo, en su vida de pareja también sufrió violencia, hasta que un médico le enseñó sobre los anticonceptivos. Después de que nació su tercer hijo, descubrieron que su esposo padecía VIH y luego de un mes de gran angustia, recibió su diagnóstico positivo pero como indeterminable. En ese tiempo hacia el año de 1995, no había información y un activista, Adrián Gómez, fue un ángel para ella, la animó a involucrarse en esta cruzada.

“El VIH en mi vida, en lo económico, nos dejó sin nada”, dijo. Eso la obligó a quitarse el miedo y a tener otros aprendizajes con el activismo, a la par que atendía a su esposo, de quien se separó hace 15 años, pero sigue con vida. La frase “tengo sida”, fue su salvación y el motor que la impulsó para atreverse a hacer muchas cosas, a pulirse en equidad de género, temas de sexualidad y a ayudar a otras personas.

“Si este se salvó” –dijo aludiendo a su esposo-, se pueden salvar otros”. Y ese hecho la motivó a negociar con las autoridades del hospital, la Clínica 32 del Seguro Social y donde hizo una incidencia política a favor de las personas que viven con VIH, y también a aprender a administrar medicamentos y a ayudar a los pacientes.

Silvia Carmona tuvo un sueño. En la sala de su casa recibía personas que necesitaban tratamiento, que llegaban desde provincia para ayudarlas. “¿Cuántos más van a pasar?”, le preguntaban sus hijos, quienes se acostumbraron a que al despertar, en la sala encontraban siempre gente en la casa. Y finalmente, logró su sueño y creó Casa David a partir de una persona a la que ayudó, atendió y murió de VIH y le heredó la casa. Y reveló que, con apoyo de HF, Impulse y Casa de la Sal dispone de recursos para ayudar a la gente.

En Casa David llega a recibir hasta 15 o 20 personas simultáneamente y también da orientación para que las mujeres no se queden calladas. A la fecha, en una “libretita” Silvia Carmona tiene registradas a cerca de 100 mil personas a nivel nacional, a las que ha ayudado, y luego de 26 años de vivir con VIH, para ella eso no es lo importante, ya que aún le faltan muchas cosas por hacer.

“El VIH se llevó 26 años de mi vida, pero me enseñó a vivir con dignidad y la cara muy en alto. Que las mujeres no vivan con ignorancia y alcen la voz porque somos minimizadas. Y a ver si llego, ya tengo 26 años, pero mi suelo es ver la casa más grande, es verla ampliada y más llena”.

El último participante en el foro fue Pavel Gaona, periodista, comunicador y activista que salió dos veces del clóset y que ofreció un testimonio de fuerza y convicción. La primera vez que salió del clóset ocurrió a los 17 años, cuando reveló sus preferencias sexuales a su madre, “ya que se considera que ser heterosexual es lo bueno, lo normal y lo saludable”, comentó.

Afortunadamente, la actitud ejemplar de su madre fue de protección. Sus amigos lo tomaron a chiste, lo quisieron y abrazaron, pero más adelante, conoció la palabra “sidoso”, que lo llenó de miedo porque en ese tiempo los medios sentenciaban que el sida mataba a la comunidad LGTB, hasta que dejó de asumir al VIH como un castigo, sino como una infección.

Años después de haber tenido una pareja, el VIH se reveló y en ese momento no tuvo las palabras para salir del segundo closet, ya que los médicos dijeron a su familia que tenía la enfermedad. Postrado por una neumonía fulminante, estuvo en coma inducido, intubado, en terapia intensiva por cerca de un mes, fue de las experiencias más terribles. La probabilidad de morir era de 85 por ciento y sobrevivió.

Para Pavel Gaona, “el estar en esa sala de hospital, en el pabellón de infectología, rodeado de desahuciado, veía morir una o dos personas al día, y se se los llevaban como basura, y se escuchaban los gritos desgarradores de las familias, era una especie de ruleta rusa macabra. Gracias a que logré salir del hospital, me apegué a mi tratamiento antirretroviral, en pocos meses ocurrió el milagro, mi carga viral era indetectable, y de haber sido una persona que salí con un generador de oxígeno y no podía respirar, empecé a tener otra vez vida sentimental y sexual, aunque sentía mucha culpa.

“Indetectable igual a intransmisible, pero yo sentía que no debía ocultarlo, y por fortuna ninguna de mis parejas tuvo problema conmigo por el virus”, continuó el periodista. Narró que después conoció al “correcto” y reveló que apenas hace un par de meses contrajo matrimonio con una persona que no padece el VIH y que está incondicionalmente, con él porque sigue “siendo la misma persona de la cual yo me enamoré”.

Para terminar su mensaje, invito a las personas a que se empoderen y salgan del segundo closet y no reciban ni rechazo, ni burlas ni discriminación, y que los arrope la familia y los amigos. Y a quienes no portan el virus, se informen, conozcan conceptos sencillos, hablen sin carga moral para lograr que el día de mañana las personas lo puedan comentar, salgan a hacerse una prueba sin culpa y ahorrarles el miedo de detectarlo.

“Hablen del VIH y sin ninguna clase de juicio moral. Solo entonces cuando le quitemos esa carga de juicio moral al VIH, podremos decir que hemos superado una de las más grandes pruebas y recordar cuando le teníamos miedo a algo que literalmente es tan chiquito como un virus dentro de nuestro organismo, y entonces todos juntos podamos vivir en armonía y muy felices”.

Al concluir el foro y reconocer el apoyo de los patrocinadores y al Museo de Memoria y Tolerancia, sede del evento; se anunció que se encuentran disponibles en internet cápsulas que difunde 100 por ciento positivo (www.100x100positivo.com) cuyo objetivo consiste en orientar, informar y concientizar sobre el tema del VIH

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