Uso del transporte público se redujo hasta en un 80 por ciento debido al COVID-19
Derivado del confinamiento y la suspensión de diversas actividades económicas en el país, el uso del transporte público se redujo hasta en un 80 por ciento dando un duro golpe al sector por lo que urge una estrategia que permita mantener a flote la movilidad ciudadana, señaló Jesús Padilla Zenteno, presidente fundador de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM).
Subrayó que “uno de los principales retos que vive el sector transporte hoy es el de la sobrevivencia en las diferentes figuras de participación, pues quienes operan todavía con la figura hombre-camión, lo único que han podido hacer es guardar sus unidades o sacarlas eventualmente para que el chofer pueda tener algún ingreso”.
Durante su participación en el 12º Congreso Internacional del Transporte (CIT 12), que organiza la AMTM, resaltó que el gremio transportista se ha enfrentado con otro desafío: “obtener los flujos suficientes para pagar créditos y proveedores, además de mantener la operación del transporte y cumplir compromisos con sus socios”, pues dijo que no todas las entidades financieras han sido generosas en otorgar tiempos de gracia para alargar los periodos de cumplimiento.
En este sentido, Padilla Zenteno dijo que la emergencia sanitaria obliga a una reflexión y pone a prueba la capacidad de resiliencia del sector.
“La demanda cambió, el mundo cambió, las cosas no van a ser igual, nos tenemos que reorganizar, reestructurar los transportistas. Tener una mesa de diálogo donde proveedores, constructores, autoridades, transportistas y usuarios podamos converger en un debate amplio sobre qué hacer mejor para que la gente se movilice”, apuntó.
Durante la mesa de diálogo “La recuperación del sector transporte, retos y oportunidades”, destacó que la relación con el Gobierno tiene y debe cambiar pues se requiere de una gran inversión pública sin precedentes, así como una nueva alianza financiera para mantener la operación vigente del trasporte público.
“Convencer a los gobiernos de que de la mano de una bonita narrativa de cambio, venga también el esfuerzo de recursos para que esto sea posible en el entendido de que la movilidad es un derecho humano y por lo tanto requiere inversiones tan importantes como cualquier otra secretaría.
Generar nuevas alianzas con las entidades financieras, establecer mecanismos que nos permitan realmente hacer sustentable y sostenible los proyectos de transporte. Creo que en materia de retos, el principal será la sustentabilidad financiera y la capacidad de mantener nuestra operación vigente”, afirmó.
En tanto, el doctor Felipe Targa, especialista Senior de Transporte Urbano del Banco Mundial, indicó que “los momentos de crisis son buenos en el sentido que impulsan y ofrecen esa oportunidad de generar cambios estructurales en el sector, cambiar las políticas públicas o mejorarlas” por lo que se requiere de voluntad política para lograr esos cambios.
Añadió que las crisis son momentos de oportunidad y esta es la del transporte público. “Hay que acelerar y ser mucho más agresivos en las reformas estructurales que requiere el sector. Va desde la política pública hasta elementos que son claves sobre cómo se fondea o se fondearán estos sistemas y como invertir o modificar la progresividad, la inversión en infraestructura que hacemos en las ciudades”.
Finalmente, Eleonora Pazos, jefa de la Oficina de América Latina de la Unión internacional de Transporte Público, UITP, afirmó “que es muy importante que la sociedad y los gobiernos entiendan que el transporte público es fundamental para la economía de una ciudad, es fundamental para el desarrollo sostenible de una ciudad, para la calidad de vida de las y los ciudadanos. Entonces, invertir en transporte público no es simplemente estar ayudando al transportista, creo que es importante entender la prioridad que debe tener el transporte público”.
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