Salud

El médico mexicano que llegó a la Casa Blanca

¿Qué experiencia deja la Ciudad de Nueva York a México en el abordaje de la pandemia de COVID-19?. En entrevista con el Vicealcalde de Salud y Servicios Humanos de NY que enfrentó la pandemia COVID-19

  • La Tercera Ola: “Van a seguir surgiendo (nuevas cepas), unas van a ser más resistentes a todo lo que ya hemos desarrollado en cuanto a vacunas e incluso a tratamientos, mientras que otras sí las vamos a poder contener”
  • “Lo que se hace primero es proteger a las instituciones de salud, al personal médico, porque son los que van a salvar a la comunidad, trabajadores de los hospitales, doctores, enfermeras, mantenimiento y limpieza… los servicios de policía, emergencias, ellos tenían prioridad. Tienes que proteger a todos los que están tratando a las personas contagiadas”.
  • En las comunidades más pobres es donde se encuentra gente con más riesgo a causa de enfermedades crónicas
  • Las personas con sobrepeso son más propensas a terminar en una situación clínica crítica que podría ser fatal

Dr. Perea-Henze es médico de salud global, funcionario gubernamental, ejecutivo corporativo y filántropo que se desempeñó más recientemente como Vicealcalde de Salud y Servicios Sociales (Health & Human Services) para la ciudad de Nueva York. Quien desde el inicio de la pandemia COVID-19, fue responsable de respuesta en toda la ciudad, preparación para recurrencias y esfuerzos de recuperación. Fue presidente del Consejo Asesor del Sector de Servicios Sociales y de Salud de la Ciudad de Nueva York, Copresidente del Grupo de Trabajo sobre Inclusión y Equidad Raciales, supervisó 14 agencias y alcaldías con 70,000 empleados con un presupuesto de cercano a los  30,000 millones de dólares, incluidos los departamentos de salud e higiene mental, servicios sociales y para personas sin hogar, niños, tercera edad, el sistema de hospitales públicos, violencia doméstica, LGBTQ, informática de datos y política alimentaria.

Por: Carlos Henze

LaSalud.mx.- En entrevista exclusiva con el Dr. Raúl Perea-Henze, médico de origen mexicano que trabaja en el equipo de la Casa Blanca que combate a la pandemia de COVID-19  en Estados Unidos, nos relata cómo se ha venido manejado la pandemia en una de las ciudades más importantes de Estados Unidos, primer país en muertes por COVID-19.

LaSalud.mx.- Doctor nos podría explicar ¿Cuáles eran sus actividades principales como Vicealcalde de Salud y Servicios Sociales en Nueva York, sobre todo en el contexto de la pandemia?

Dr. Raúl Perea-Henze.- Nueva York funciona similar a la Ciudad de México,  está compuesto por cinco delegaciones (Manhattan, Brooklyn, Queens, Bronx y Staten Island) y cada una de ellas tiene un Presidente que le reporta al Alcalde. En términos generales la Vicealcaldía de Salud cuenta con 70 mil empleados y recibe la tercera parte del presupuesto total de la ciudad de Nueva York, cercano a los 30 mil millones de dólares.

Mi equipo tenía que estar al pendiente de todo lo que corresponde a salud pública como: brotes epidemiológicos, los casos en los hospitales, ver en el sistema de morgues los casos de quienes desgraciadamente fallecieron. Lo que hicimos, desde el principio de la pandemia de COVID-19, fue empezar a coordinar todo lo que teníamos que hacer con los otros departamentos, con las otras agencias; en conjunto con el Alcalde y mis compañeros éramos 35 comisionados, yo estaba al mando de todos los servicios de salud de las cinco delegaciones que conforman Nueva York.

Nueva York tiene 40 hospitales y de esos la mitad están al servicio del Estado y los otros 20 son privados, cuando se declaró la emergencia; se cerraron los hospitales, sacamos todas las cirugías que no eran de emergencia y convertimos casi los 40 hospitales para cuidados de COVID-19.

En el momento en el que llegó la pandemia aseguramos a las personas en riesgo (mayores de 60 años y otros que estaban inmunocomprometidos), las casi 60 mil personas en situación de calle que están en albergues (igualmente dependen del comisionado de salud que reporta al Vicealcalde), las tuvimos que mover a hoteles. También la agencia que se dedica a la infancia, a los casos de niños con problemas que han sido llevados a la corte o a detención juvenil, hubo que tomar medidas preventivas, no sólo hacer todo lo de la limpieza y desinfección, sino encontrar la manera de proteger a esos jóvenes y niños.

Lo mismo pasó con la agencia que se dedica al cuidado de los adultos de la tercera edad. Hay casi un millón de beneficiarios que reciben despensas o que van a lugares donde se congregan y tuvimos que cerrar todo eso y asegurarnos que tuvieran cuidados médicos domiciliados y acceso a las despensas regularmente.

LaSalud.mx ¿Por qué considera que en Estados Unidos impacto tan fuerte la pandemia?

Dr. Raúl Perea-Henze.- Cabe recordar que hubo dos lugares muy afectados al principio, California y Nueva York, dos áreas con ciudades grandes. En California, Los Ángeles tiene mucha población migrante de Asia. En tanto Nueva York por naturaleza es muy cosmopolita y también tiene una población bastante grande de personas que vienen de China, -coincidió en que se celebró el año nuevo chino-, muchos de ellos fueron a China (enero-febrero) a pasar esas festividades con sus familias, ya de regreso muchos venían infectados y no había manera de detenerles.

Fue a mediados de enero que recibimos información de lo que estaba sucediendo y empezamos a suspender vuelos y revisar a los que llegaban, no sólo del epicentro (Wuhan), sino también de las provincias de China que estaban empezando a hacer cuarentenas. Por otro lado, también vimos que las personas con más posibilidades económicas para viajar, estaban pasando tiempo en Europa -principalmente en Italia- en el momento que nos dimos cuenta, empezamos a hacer pruebas para ver lo qué estaba pasando, resultando en que a California le estaban llegando más casos directos de China y a Nueva York de Europa.

Como parte de los principios de salud pública, cada vez que se empieza a detectar una epidemia, se echan andar mecanismos muy tradicionales de detección primaria para ver cuántos casos hay con cierta sintomatología en los hospitales; muchas veces se tienen los síntomas y ni siquiera se sabe qué enfermedad es, no hay manera de clasificarla, pero hay maneras y sistemas de detección epidemiológica que casi todos las secretarías de salud en el mundo tienen y que permiten no sólo detectar los casos, sobre todo cuando hay más de lo ordinario, ya después se les puede dar seguimiento uno por uno, hasta que ya son demasiados. Por ejemplo, esto pasa cada determinado tiempo con el Sarampión, con el Ébola y con otros tipos de virus que tienen un ritmo estacionario, que resurgen cada dos o tres años. Y lo que empezamos a ver en enero es que las enfermedades respiratorias estaban muy aumentadas y que muchos casos estaban terminando en terapia intensiva, conectados a respiradores. En ese momento la comunidad científica del mundo empezó a hablar de lo que pasaba, no solo nos dimos cuenta en Nueva York, sino en todo el mundo, nadie esperaba que fuera algo tan contagioso, tal letal, tan rápido. Hemos visto otros virus y se han contenido, no fue el caso.

LaSalud.mx.- ¿Cuándo se da la propagación ya fue más difícil darle seguimiento a cada uno de los casos?

Dr. Raúl Perea-Henze.-  Lo que hicimos fue seguir principios de salud pública muy bien establecidos para cuando un brote epidémico se sale de control de detección. Lo que se hace primero es proteger a las instituciones de salud, al personal médico, porque son los que van a salvar a la comunidad, entonces lo primero fue dar material de protección a todos los trabajadores de los hospitales, doctores, enfermeras, a los que trabajan en mantenimiento y limpieza ellos tenían prioridad. Tienes que proteger a todos los que están tratando a las personas contagiadas.

Después, debes mantener el orden a nivel comunitario a través de los servicios de policía, emergencias, etc., -que también fueron de los primeros en recibir material de protección- porque eso ayuda a calmar la situación a nivel comunitario y que no haya crisis de seguridad pública, al mismo tiempo nos dimos cuenta que había poblaciones con mayor riesgo como los ancianos, las personas con enfermedades crónicas como hipertensión, enfermedades cardiovasculares, diabetes y sobre todo obesidad. Comenzamos a ver que muy rápidamente las personas con enfermedades crónicas terminaban en una situación mucho más crítica, en terapia intensiva con ventiladores y desgraciadamente también nos dimos cuenta que en este mismo contexto había gente que vivía hacinada en lugares muy pequeños y vimos muy claramente como el virus empezó a transmitirse en las comunidades más pobres, porque es donde encuentras gente con más riesgo de enfermedades crónicas.

LaSalud.mx.- ¿Considera que la obesidad fue uno de los factores principales para que la pandemia afectará más a Estados Unidos?

Dr. Raúl Perea-Henze.- Sí. Hay estudios que se hicieron de manera muy temprana, por ejemplo, para febrero-marzo de 2020 algunos indicaban el tipo de población más vulnerable y la conclusión rápida fue que las personas con sobrepeso estaban más propensas a terminar en una situación clínica crítica que podría ser fatal.

LaSalud.mx.- ¿El uso de la mascarilla fue un factor que influyó para contener esta situación?

Dr. Raúl Perea-Henze.- Lo interesante de las mascarillas es que protegen más de alguien que está infectado y no al revés.

Si hubiéramos empezado con la medida preventiva del uso de mascarillas nos habría ido mejor, pero vamos a recordar que a principios de la epidemia primero teníamos que clasificar las mascarillas y se llegó a la conclusión de que se necesitaban de tipo hospitalario, no era cualquier tapabocas (como después lo pudimos hacer), aunque si hubiéramos dicho que la mascarilla era buena no había las suficientes del tipo que se necesitaban (N95), que son las más idóneas para protegernos de virus tan pequeños como el SARS COV 2. Las mascarillas o cubrebocas sí protegen, pero sirven más para no infectar a otros.

LaSalud.mx.-  ¿Es real que al principio no se le quiso decir a la población del uso de estas mascarillas o cubrebocas, porque se iban a agotar este tipo de mascarillas hospitalarias?

Dr. Raúl Perea-Henze.- Eso fue lo que pasó en Nueva York. Al principio nosotros estábamos comprando millones de mascarillas que venían de China, Europa y de otras partes del mundo y se agotaron en un periodo de días, no nos dábamos abasto al distribuirlas en diferentes niveles como prioridad al personal hospitalario, de seguridad pública, etc., después a las personas y grupos vulnerables.

Aunque al principio pensábamos que este virus no se transmitía por superficies o más allá de la saliva, después nos dimos cuenta que mientras más personas estén contagiadas el volumen del virus en el medio ambiente y superficies crece, claro que si uno viaja en metro o está en lugares cerrados con muchas personas es la cantidad de virus circulando lo que tiene consecuencias en el contagio.

LaSalud.mx- ¿Por qué hoy en día existen diversas cepas del coronavirus?

Dr. Raúl Perea-Henze.- En general todos los virus van mutando y se van adaptando a su medio ambiente, mientras más personas se infectan, más se van adaptando, van cambiando y se van haciendo más resistentes a las defensas que nuestros organismos están creando en contra de ellos. Son microorganismos increíblemente adaptables, el único propósito que tienen es sobrevivir y reproducirse en lo más posible, entonces las nuevas cepas empezaron a salir desde el principio. La que venía de China era diferente a la que venía de Italia y luego empezamos a ver las variantes en Inglaterra y van a seguir saliendo más, unas van a ser más resistentes a todo lo que ya hemos desarrollado en cuanto a vacunas e incluso a tratamientos, mientras que otras sí las vamos a poder contener.

Hasta el momento, gran parte de las vacunas parece ser que protegen contra todas las variantes, pero lo que pasa con lo que ahora se le llama la “tercera ola” sucede siempre con todos los virus, el primer año es muy difícil, el segundo es menos porque contamos con la vacuna o ya hemos contraído la enfermedad y hemos generado inmunidad; entonces cada ola que se viene debe ser menos fuerte. Lo que nos sorprendió fue que la segunda ola en Nueva York resultó ser tan letal como la primera, porque entraron en juego otros factores como los que mencioné del hacinamiento en las comunidades. Los grupos vulnerables, desgraciadamente, tienen las consecuencias más severas y fue donde se reportaron más fallecimientos.

Cuando pasó la primera etapa, los que no enfermaron tenían más tiempo de llegar a las vacunas y cuando llegó la segunda ola se empezó a ver dónde estaban las poblaciones más vulnerables; primero fueron las personas con enfermedades crónicas, los ancianos y en segunda fueron las comunidades pobres, porque no había manera de que se atendieran y ahora que se viene la tercera ola nos enfocaremos en la gente joven.

Los niños han probado ser muy resistentes a toda clase de cepas, así como los adolescentes, ahora estamos viendo que en todos los países están empezando a tener más vacunación, hay mucha gente que ya ha sido expuesta, que ha tenido la enfermedad, pero la ha manifestado muy poco, lo que significa que hay menos personas vulnerables para que se infecten.

Lo que sí ha pasado es que se han estado dando casos de migración, por ejemplo, India y Alemania estaban bien y ahora están tratando de superar la segunda ola.

En México la pandemia ha sido muy severa, lo que veo desde afuera es que la gente está tratando de volver a la normalidad y tratando de contener el riesgo de que no se quiebre una ciudad completamente, porque muchas veces no se puede detener la economía, los mecanismos de subsistencia, entonces sabes que habrá un cierto nivel de contagios.

El mensaje para la Ciudad de México, si es que hay algo que aprender de lo que nos pasó en Nueva York y de cómo se desarrolló todo esto; es que uno tiene que respetar a las personas, tener responsabilidad propia de protegerse, no me voy a esperar a que el gobierno me diga que tengo que aislarme; usar el cubrebocas si voy a estar en lugares cerrados con mucha gente o pasar tiempo con mi familia (si se puede en espacios abiertos), así como tener buena ventilación; si hay alguien que está presentando síntomas, pues tratar de no tener mucho contacto con esa persona, hacerse una prueba regular para saber si soy o no un riesgo. Por ejemplo, en mi caso yo estaba preocupado de contagiar a mi mamá de 85 años, no tanto por mí, porque tengo buena alimentación y mi sistema inmune está bien y si me contagió lo más probable es que tenga una reacción mediana. Mientras no haya otras enfermedades el riesgo es mucho menor, pero podemos contagiar a nuestros seres queridos, tenemos que tomar precauciones en la vida cotidiana, sobre todo cuando estamos teniendo actividades en espacios cerrados con mucha gente.

LaSalud.mx.- ¿La tercera ola tiene qué ver con la nueva cepa conocida como Delta?

Dr. Raúl Perea-Henze.- La tercera ola no sólo puede venir por esta variante, sino por otras, desde que empezó la pandemia el virus ha ido mutando constantemente, la cepa que se generó y pegó mucho a Inglaterra fue un antecesor de esta nueva cepa. El virus se hace fuerte a través de adaptarse en diferentes poblaciones.

No se sabe aún, pero en un mundo tan global uno puede ser portador de un país a otro. Lo que pasó con esta cepa es que la gente empezó a moverse; por ejemplo, si en Inglaterra la gente tenía familia en India pues lo que hizo fue moverse y viceversa, fueron llevando cepas del virus y cada vez se hicieron más fuertes y predominantes; entonces en este momento no podemos decir que no nos va afectar porque de alguna u otra manera estamos conectados.  Lo más importante es que cada uno de nosotros seamos responsables de cuidarnos, tratar de usar cubrebocas en lugares cerrados, lavarnos las manos y tener un sistema de higiene personal que nos enseñaron desde primaria.

Ninguna parte del mundo está libre de poder contagiarse de COVID, por ejemplo, Corea del Sur aguanto mucho sin casos porque tienen un sistema de detección increíblemente novedoso, hasta que se abrieron clubes nocturnos e inmediatamente empezaron a tener casos. Todavía no estamos listos para bajar la guardia y que se abran los clubes nocturnos, los estadios y que se junte mucha gente, lo único que va a pasar es que se contagie más gente y que no salgamos de la tercera ola, porque el virus cada vez se hace más fuerte.

LaSalud.mx.- ¿Podremos volver a lo que antes se conocía como normalidad?

Dr. Raúl Perea-Henze.- Tenemos que adaptarnos a que lo normal va a ser diferente. Siempre me ha llamado mucho la atención cuando he viajado a Asia,  lugares como Vietnam, China y Hong Kong donde la contaminación es tan alta que desde hace muchos años usan mascarilla; en Vietnam puede ser que todos anden en bicicleta, pero también usan cubrebocas porque la contaminación ambiental es muy seria; en Beijing es imposible respirar a ciertas horas como en la Ciudad de México, cuando toda la contaminación está densa; puede ser que nos adaptemos mucho más a usar el cubrebocas en situaciones donde haya más aglomeraciones o en el transporte público.

LaSalud.mx.- La pandemia tomó por sorpresa a Nueva York y en general a todo el mundo; sin embargo, la política que llevaban en cuanto a salud contrastaba con el gobierno del ex presidente Trump ¿Cómo lograron tener ese equilibrio entre tantas opiniones públicas?

Dr. Raúl Perea-Henze.- Esta es una de las lecciones más importantes de la pandemia, ya que muchas veces la situación nos puede forzar a tomar decisiones aunque no tengamos toda la información que necesitamos.

Esto fue una situación que se presentó totalmente nueva, aunque teníamos idea de lo que podían hacer este tipo de virus, no teníamos idea de su fuerza de propagación. Cuando nos dimos cuenta de que no teníamos ni siquiera a quién preguntarle empezamos a aprender de lo que nos estaba pasando. Ahí mismo, en  Nueva York, junte a un grupo de científicos, entre ellos, personas que han ganado el Premio Nobel en medicina y que saben sobre este tipo de virus, y ellos nos estaban dando la pauta de lo que podría pasar, hasta los científicos más renombrados se quedaron cortos en poder entender la magnitud del problema y aun así teníamos que comunicar un mensaje que mantuviera tranquila a la población, de una u otra manera los líderes sabíamos que no contábamos con toda la información, pero estábamos seguros de lo que debíamos hacer para protegerlos.

Por un lado, el ex presidente Trump y algunas personas que trabajaban para él decían una cosa y nosotros veíamos otra; entonces del Dr. Anthony Fauci tomamos su experiencia y prestigio, sabíamos que podíamos creerle, sin embargo, también estábamos muy conscientes de que teníamos que creer lo que estamos viviendo y algo interesante de Nueva York como la Ciudad de México, es que cuenta con personas preparadas, por lo que no es fácil embaucar a los neoyorkinos, son personas que trabajan muy duro para sobrevivir igual que los mexicanos y no se les puede engañar tan fácilmente y lo que estaba pasando ellos lo estaban viviendo, entonces la gente dejó de subirse al metro y empezó a caminar a sus trabajos, ellos mismos tomaron conciencia de lo que podían hacer.

En cuanto empezamos a ver qué los ancianos debían quedarse en su casa, inmediatamente hubo movimiento y a los taxistas que se habían quedado sin clientes los contrató el municipio para que tuvieran entradas de dinero y al mismo tiempo llevaran despensas a los ancianos. Hicimos contratos con restaurantes para que hicieran las despensas y las personas no sé quedaran sin comer.

Las lecciones a nivel de ciudad fueron muy grandes y creo que son las mismas en todo el mundo. Debe haber confianza en los líderes y cada persona tiene que tomar responsabilidad personal por ellos y por sus familias para protegerse, porque cuando hay tanta confusión es fácil que la gente empiece a desconfiar de todo.

Ahora tenemos desconfianza en las vacunas, antes en las pruebas y en general se ha tenido mucha desconfianza en las instituciones. Hay gobiernos que están en bancarrota porque no supieron cómo manejar este problema tan grande. Nos vamos a tardar años en recuperarnos de las consecuencias que hemos tenido a nivel salud y económico, va a haber lugares que van a tardar una década en poder levantarse otra vez. Nueva York va a tener muchos problemas para levantarse, sé que lo va a lograr, pero va a ser difícil.

Si hay algo que puede aprenderse de la ciudad de Nueva York es tomar responsabilidad propia y encontrar medios de comunicación fidedignos, ya que hay muchas mentiras difundidas, entonces hay que tener cuidado de las fuentes de información.

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