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Rinde Cineteca homenaje a Carlos Fuentes

La Cineteca Nacional rinde homenaje al recién fallecido escritor Carlos Fuentes con el ciclo de cine que reúne obras del séptimo arte que incluye adaptaciones de sus obras y filmes en los que participó como guionista, arrancará en el mes de julio en el DF para después recorrer el interior de la república.

El primer contacto del literato mexicano fallecido el pasado 15 de mayo, con la cinematografía se produjo en 1964 cuando adaptó, junto con Gabriel García Márquez, una historia de Juan Rulfo, El Gallo de Oro, que llevó al cine Roberto Gavaldón.

Al año siguiente, volvería a repetir mancuerna con García Márquez, pero ahora en el guión de Tiempo de Morir, de Arturo Ripstein. Le seguirían la adaptación de Pedro Páramo, versión cinematográfica de Carlos Velo en 1966 y su participación en la construcción del argumento de Los Caifanes en 1967, de Juan Ibáñez.

Su obra también fue llevada al cine en numerosas ocasiones, tal es el caso de Aura, una de sus novelas más importantes, inmortalizada en celuloide en Italia en 1966 bajo el nombre de La Strega in Amore. Otras conocidas adaptaciones de su trabajo son La Cabeza de la Hiedra, con la dirección de Paul Leduc y Gringo Viejo (1989), de Luis Puenzo.

Su labor como programador de cine en diversos espacios culturales nacionales e internacionales también fue destacada. En 2008, la Cineteca Nacional, para festejar sus 80 años de vida, lo invitó junto con su amigo Carlos Monsiváis a programar un ciclo de sus películas favoritas, mientras que al año siguiente seleccionó una serie de filmes para el ciclo “Cine y Literatura” en París.

Cuando se acerque la fecha de inicio del ciclo se darán mayores detalles de la totalidad de la programación y las sedes.

La obra de Fuentes abarca más de cincuenta novelas, relatos y ensayos, fue ganador de los Premios Cervantes, Rómulo Gallegos y Príncipe de Asturias, entre otros importantes reconocimientos, fue una de las máximas figuras de la literatura y la cultura mexicana.

El autor de clásicos de la literatura nacional como La región más transparente (1958) y La muerte de Artemio Cruz (1962), siempre fue un apasionado del séptimo arte y participó en él de múltiples formas, tanto como guionista –escribió 22 guiones-, como actor e incluso director, mientras que en otras ocasiones fue programador y también crítico. Con información y fotos de Cinteca Nacional.

 

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