Salud

Tartamudez, un trastorno estigmatizado

LaSalud.mx .-El Día Internacional de la Tartamudez se celebra cada 22 de octubre, fecha promovida por la Asociación Internacional de Tartamudos (ISAD) con el objetivo de concientizar y detectar de forma oportuna esta característica del habla.

También llamada disfemia, espasmofemia o disfluencia, es considerada un trastorno del lenguaje que se caracteriza por interrupciones involuntarias del habla acompañadas de tensión muscular en cara y cuello, así como sensaciones de miedo y estrés.

Existen varios tipos:

  • En desarrollo: es la forma de tartamudez más común en niños y se produce entre los 2 a 5 años. Se produce cuando el desarrollo del habla y del lenguaje de un niño se retrasa respecto de lo que necesita o quiere decir.
  • Neurogénica: se puede producir después de un ACV o una lesión cerebral debido a problemas de señales entre el cerebro, los nervios y músculos involucrados en el habla.
  • Psicogénica: aunque se produce después de un trauma emocional, es muy poco común.

Se trata de una afección estigmatizada, pues continuamente se cuestiona la inteligencia y habilidad emocional de quien la padece. Comienza a manifestarse entre el segundo y cuarto año de vida, aunque se suele confundir con las dificultades propias de esa edad al comenzar a hablar.

Aunque todos pueden padecerla, es cuatro veces más común en hombres que en mujeres. Tampoco se ha encontrado una causa específica de este desorden, pero en 2010 científicos anunciaron el descubrimiento de tres genes asociados con la prevalencia de la tartamudez.

Los síntomas pueden variar durante el día y en diferentes situaciones, pero incluyen repetición de sonidos, sílabas, o palabras; prolongación de sonidos; uso de interjecciones; hablar con muchas pausas; habla bloqueada o detenida; mostrarse sin aliento o nervioso mientras se habla; parpadeo rápido o temblor en los labios; tener miedo de hablar.

Si estas situaciones se prolongan por más de seis meses, se considera un problema de tartamudez y es necesario acudir con un especialista. No hay una cura para este trastorno, pero el tratamiento depende de los síntomas, edad y salud general del paciente; además de la gravedad de la afección.

De esta manera, se utilizan diversas técnicas para enseñar al paciente habilidades que lo ayuden hablar fluido como hacerlo más lento o respirar mientras se emiten los sonidos.

DZ

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