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6 de noviembre, Día del Paludismo en las Américas

LaSalud.mx.- El paludismo o malaria es causado por parásitos del género plasmodium, cinco de ellos provocan esta enfermedad en el ser humano; el p. falciparum y p. viva son los más peligrosos . La transmisión se da por medio de la picadura de mosquitos hembra del género anopheles infectados.

Este padecimiento es endémico en África, India y otras áreas del sur y el sudeste de Asia, Corea del Norte y Corea del Sur, México, América Central, Haití, la República Dominicana, Medio Oriente y la región central de Asia.

La transmisión comienza cuando el mosquito anopheles hembra se alimenta de sangre contaminada con gametocitos (célula germinal). Durante las siguientes 1 a 2 semanas, los gametocitos se reproducen en forma sexual dentro del mosquito y producen esporozoítos infecciosos. Cuando el mosquito pica a otro ser humano, inocula esporozoítos, que alcanzan el hígado rápidamente.

La intensidad de la transmisión depende de factores relacionados con el parásito, el vector, el huésped humano y el medio ambiente. Cada especie muestra preferencias con respecto a su hábitat acuático; por ejemplo, algunos prefieren las acumulaciones de agua dulce superficial que se encuentran en abundancia durante la temporada de lluvias en los países tropicales.

La transmisión es más intensa en lugares donde los mosquitos tienen una vida relativamente larga que permite que el parásito tenga tiempo para completar su desarrollo en el interior de su organismo.

La inmunidad se desarrolla a lo largo de años de exposición y, a pesar de que nunca proporciona una protección completa, reduce el riesgo de que la infección cause enfermedad grave. Es por ello que la mayoría de las muertes registradas en África corresponden a niños pequeños, mientras que en zonas con menos transmisión y menor inmunidad se encuentran en riesgo todos los grupos de edad.

En individuos no inmunes, los síntomas pueden aparecer entre 10 y 15 después de la picadura. Al inicio, la sintomatología puede ser difícil de identificar, pues suele presentarse fiebre, dolor de cabeza y escalofríos leves. De no tratarse en las primeras 24 horas, el paludismo por p. falciparum puede agravarse y derivar en la muerte de quien lo padece.

En la población infantil, el paludismo grave se presenta con anemia grave, sufrimiento respiratorio relacionado con la acidosis metabólica o paludismo cerebral. En el adulto también es frecuente la afectación multiorgánica. Además de los síntomas mencionados, se puede presentar ictericia (coloración amarilla en la piel, las membranas mucosas o los ojos), esplenomegalia (agrandamiento del bazo) y hepatomegalia (agrandamiento del hígado).

La complicación más importante de la malaria es el paludismo cerebral, producido casi exclusivamente por Plasmodium falciparum. Surge como una complicación que puede evolucionar al coma.

Entre las medidas contra esta enfermedad, se encuentran: la profilaxis, la cual contempla uso de insecticidas en aerosol que contengan permetrina o piretrinas con efecto residual, colocación de pantallas en puertas y ventanas, uso de mosquiteros, aplicación de repelentes para mosquitos y uso de camisas y pantalones de manga larga. La mejor opción terapéutica disponible, especialmente para el paludismo por p. falciparum, es el tratamiento combinado basado en la artemisinina (TCA).

La vacuna RTS,S/AS01 (RTS,S) es la primera, y hasta la fecha la única, que permite reducir significativamente la incidencia de la enfermedad, así como el paludismo potencialmente mortal, en niños africanos pequeños. Actúa contra P. falciparum, el parásito palúdico más mortal a nivel mundial y el más frecuente en África.

Este 6 de noviembre, se conmemora el Día del Paludismo en las Américas, con la finalidad de reforzar el compromiso de la región con la eliminación de la malaria y la prevención de su restablecimiento.

RGP

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