Salud

De acuerdo con datos de la ONU, el número de refugiados y desplazados en el mundo superó los 80 millones de personas a mediados del 2020

Sanamente.mx .-Voz Pro Salud Mental CDMX advierte sobre los problemas emocionales y mentales que desarrollan los migrantes al dejar forzosamente su lugar de origen, particularmente las reacciones que presentan las niñas y niños al no estar cerca de su familia en especial en esta Navidad. Algunos de los síntomas son ansiedad, depresión y shock postraumático, señala la organización.

De acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el número de refugiados y desplazados en el mundo superó los 80 millones de personas a mediados del 2020.

Aunque no hay registro de afectación en la salud mental de los niños migrantes que llegan a México y Estados Unidos, existen casos particulares como en Suecia, toda vez que fue el primer país en reportar un extraño cuadro neuropsiquiátrico en los menores, denominado por los médicos como “síndrome de resignación”; Australia también ya ha dado cuenta de este tipo de afectaciones.

El detonante de este síndrome suele ser la negación de una solicitud de asilo presentando un estado de depresión aguda, que avanza hasta caer en coma, perdiendo la consciencia, la actividad y la insensibilidad al dolor, al grado de ser alimentados vía nasal y presentar un estado catatónico y de desesperanza.

Al negarles esta ayuda, como la visa humanitaria, ocasiona en las familias desesperanza, lo que conlleva a la depresión, condiciones traumáticas para las personas, sobre todo en los menores.

Nos falta mucho por ahondar en cómo ha impactado mental y emocionalmente a los niños refugiados al estar sometidos a tantos cambios. Mucho se habla de las condiciones y situaciones a las que se enfrentan ellos y sus familias en la búsqueda de tener una mejor calidad de vida, pero muy poco o casi nada se habla de su salud mental”, menciona la doctora Graciella Cámara, miembro fundador de Voz Pro Salud Mental CDMX.

En la actualidad, el número de personas que viven en un país distinto a su lugar de nacimiento es mayor que nunca. Si bien, muchas de ellas emigran por elección, otras lo hacen por necesidad, en la búsqueda de mejorar su situación económica, oportunidades laborales o por situaciones de pobreza, violencia, violación de derechos humanos, entre otros factores.

Independientemente de cómo celebre cada país, en este cierre de año y fiestas decembrinas es necesario reflexionar, colocando como centro de atención el apoyo humanitario a gente de otras naciones, dado que no es fácil adaptarse de la noche a la mañana a otras culturas, dejando atrás una vida, familiares y amigos”, concluyó Graciella Cámara. 

DZ

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