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Desayunar ayuda a prevenir la diabetes

Dr. Joel Rodríguez Saldaña, Director del Centro Multidisciplinario de Diabetes de la Ciudad de México

LaSalud.mx.- Sin duda, comer es uno de los mayores placeres que hay en la vida y muchas personas que reciben el diagnóstico de que padecen diabetes piensan que nunca volverán a disfrutar de los alimentos debido al problema metabólico que les han detectado. Esto es un prejuicio y también una equivocación por parte de algunos médicos.

El paciente diabético que tiene un control adecuado de su padecimiento por medio de una alimentación equilibrada, actividad física y, si se requiere, tratamiento farmacológico, puede disfrutar perfectamente de los placeres del paladar sin poner en peligro su salud.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) propuso que el Día Mundial de la Diabetes, que se conmemora el 14 de noviembre, sirviera para llevar a la población tres mensajes centrales: 1) Hagamos que los alimentos saludables sean una opción fácil, 2) Infórmate y decide sobre tu alimentación, y 3) Una alimentación saludable comienza con el desayuno.

Estos tres mensajes se eligieron después de analizar datos médicos muy sólidos, entre ellos que la mitad de la insulina que requiere el cuerpo humano durante el día se produce con los nutrientes que llegan con el desayuno.

Hoy sabemos que, cuando abrimos los ojos después de dormir, el hipotálamo (una importante región de nuestro cerebro) recibe un estímulo con la luz y se pone en marcha el trabajo de diferentes órganos, entre ellos el páncreas, el responsable de producir la  insulina, una molécula que facilita el transporte de los azúcares al interior de las células.

Imaginen lo que ocurre, entonces, en el organismo de la población que no desayuna o que consume su primer alimento seis o siete horas después de despertar. Por esto la campaña del Día Mundial de la Diabetes de este año se enfoca en pedirle  a la gente que ponga más atención a su desayuno y no se salte esa comida.

También se ha comprendido que una de las causas por las que las personas con diabetes abandonan sus tratamientos es por las limitaciones alimenticias, que algunas veces son verdaderas y otras son sólo un temor sin fundamento.

Rechazo a las dietas

Desde hace 20 años se ha observado que una de las causas más comunes de depresión, frustración y enojo entre quienes viven con este  problema de salud es la creencia de que van a vivir a dieta el resto de su vida. Por desgracia, la palabra “dieta” hace que los pacientes piensen en un modelo de atención vertical, autoritario, en el que el médico ordena a la gente qué es lo que debe de comer y qué no.

Cada persona tiene gustos singulares sobre los alimentos, horarios e incluso hay quienes no pueden comer si no están acompañados, por eso el tratamiento y esquema de alimentación de la persona debe ser individual y plantear metas específicas para cada caso en particular. El médico debe preguntarle al paciente tres cosas: ¿Cuáles son sus alimentos favoritos? ¿Qué cosas no le gusta comer? y ¿A qué hora come?

Al conocer bien los gustos del paciente, el nutriólogo tiene un marco de referencia y comprende cuáles son los retos de nutrición y las metas que se le pueden proponer al paciente. El papel del médico debe ser de facilitador y reconocer que no es fácil pedirle a una persona que realice cambios radicales en el estilo de vida.

Control de la diabetes

Cada paciente requiere de una estrategia de atención individualizada. Entre aquellos que necesitan tomar fármacos para reforzar el control de su enfermedad, hay diferentes alternativas que deberán ser prescritas por su médico.

Para tratar la diabetes tipo I es necesario usar insulina como un apoyo al organismo, mientras que para la diabetes tipo 2 se pueden utilizar medicinas orales que se toman por separado o combinadas.

En México se desarrolló una opción farmacéutica, la cual reúne en una sola tableta dos principios activos que antes se tomaban por separado: la metformina, que es uno de los antidiabéticos más populares del mundo desde hace tres décadas porque ayuda a que el hígado produzca menos glucosa, y la glimepirida, que está especializada en estimular a las células Beta del páncreas para que produzcan más insulina.

La combinación de estos principios activos en las dosis correctas presentes en medicamentos fabricados en el país, le ayudan al paciente a tener un apego al tratamiento, mantienen la glucosa dentro de los límites correctos y retrasan la aparición de las complicaciones de la enfermedad en apoyo a su alimentación.

En resumen podemos decir que el paciente con diabetes puede aumentar el control de su enfermedad a través de la información que recibe de parte de su médico tratante y nutriólogo, para conocer el efecto en su organismo de los alimentos que ingiere, incluyendo aquellos que son de su predilección. De esta manera podrá tomar sus propias decisiones de nutrición de manera responsable.

 

 

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