Avances

¿Qué pasó con las millones de vacunas que se iban a producir en Argentina y envasar en México?

LaSalud.mx.– Desde finales de febrero se comenzaron a hacer visibles los problemas con el desabasto de material para poder avanzar en la fabricación de la vacuna de AstraZeneca, la cual está siendo fabricada por el laboratorio argentino mAbxience, y envasada en México por el laboratorio Liomont.

Al parecer los problemas de desabasto continúan, así como lo detalla el columnista Raymundo Riva Palacio, en el periódico El Financiero.

Si no es una, es otra: ¿seguramente se han de preguntar qué pasó con las millones de vacunas de AstraZeneca que se iban a producir en Argentina y envasar en México? Pues bien, Raymundo Riva Palacio nos platica que millones de dosis no se han podido terminar en los laboratorios mexicanos Liomont debido a que no hay frascos en donde meter el producto. Esto supone un problema para la campaña de inmunización contra COVID-19 en el país debido a que el gobierno mexicano adquirió 77 millones de dosis de dicha vacuna.

La campaña de vacunación anti-Covid, cuya llegada de cada cargamento al aeropuerto de la Ciudad de México era manejada como recepción a un jefe de Estado y enlaces en vivo a la mañanera, tuvo un gran impacto en la población durante su arranque, pero ha comenzado a desinflarse. La encuesta mensual de aprobación presidencial de EL FINANCIERO publicada este lunes refleja la pérdida de fortaleza al bajar en tres semanas la opinión favorable a cómo estaba manejando el gobierno la vacunación en cinco puntos (de 48 a 43 por ciento), y un incremento de siete (de 23 a 30 por ciento) entre los que mostraron indiferencia. Las vacunas, cuya estrategia de aplicación se montó sobre la maquinaria político-electoral que se maneja desde Palacio Nacional, pierde vapor en el arranque de las campañas electorales.

Limitado Andrés Manuel López Obrador por la ley electoral –reformada por presiones de él para que los presidentes no pudieran hablar en campañas electorales–. Ayer arremetió nuevamente contra los medios de comunicación por lo que consideró una desproporcionada cobertura de una persona a la que le aplicaron una vacuna vacía en la Ciudad de México, y sugirió que incluso podría haber sido un invento de los medios.

El caso fue real, ya que las imágenes fueron colocadas en las redes sociales por una familiar de la persona, quien dijo posteriormente que quienes se la aplicaron cayeron en cuenta de su error y lo inocularon inmediatamente después. Es mentira que sea “desproporcionado” su tratamiento en los medios, como dijo, porque el escándalo surgió en otras plataformas.

Hasta el momento, López Obrador ha logrado mitigar el impacto negativo de una campaña de vacunación que se encuentra muy lejos de sus metas originales, y que sigue teniendo problemas en el suministro –por razones propias y externas– y en el diseño de aplicación, que es un desorden. Pero si las cosas pintan mal, se pueden poner peor por un problema que está completamente fuera de sus manos, y tiene que ver con el envase de la vacuna AstraZeneca.

López Obrador anunció en agosto del año pasado el proyecto donde México, en colaboración con el gobierno de Argentina, el laboratorio AstraZeneca, la Universidad de Oxford y Fundación Slim, participaría en la producción de la vacuna contra el Covid-19.

El acuerdo era, en líneas generales, así: la materia prima de la vacuna diseñada por la Universidad de Oxford y producida por el laboratorio sueco AstraZeneca sería enviada al laboratorio argentino mAbxience, que fabricaría el principio activo de la vacuna, y que envasaría en México el laboratorio Liomont, financiado en su integridad por la Fundación Slim. La vacuna se empezó a fabricar dentro del calendario y comenzó la exportación de 12 millones de dosis a México, que están paralizadas por la increíble razón que la empresa mexicana no tiene viales (frascos) para envasarla. De acuerdo con el periodista argentino Walter Goodbar, que se ha especializado en el tema del coronavirus, esto obligó a México y Argentina a comprar la vacuna Covishield, la versión india de AstraZeneca, para compensar el retraso.

En paralelo, el dueño de mAbxience, Hugo Sigman, declaró al diario El País de Madrid que, ante las fallas del laboratorio Liomont, comenzó a enviar sus vacunas a los laboratorios de AstraZeneca en Ohio, Estados Unidos, que hizo el trabajo de envase que debía haberse realizado en México. Los estragos que causó la falla llevaron a López Obrador a pedirle ayuda al presidente Joe Biden, quien le ofreció 2.5 millones de dosis de AstraZeneca –que serán pagadas con dinero o vacunas posteriormente–, pero también afectó el plan de vacunación, y a quienes les aplicaron la primera dosis de esa marca, pues los han dejado en el limbo sobre la siguiente, por la que esperarán cuando menos tres meses.

Es inexplicable en todos los sentidos. En lo que le importa a él, porque afecta sus planes político-electorales en los que enmarcó el Plan Nacional de Vacunación, y que, como se aprecia en la encuesta de EL FINANCIERO, juega un papel poderoso en su aprobación, y en lo que realmente importa, la salud, donde parece importarle más su relación personal con quienes le fallaron, que reclamarles. Lo que está sucediendo no es culpa de López Obrador, pero la gente, que no ve ramas sino el bosque, se lo empezó a cobrar. Por ejemplo, reveló la encuesta, en su capacidad para dar resultados, que cayó ocho puntos, en sólo un mes.

Fuente El Financiero.

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