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Buscan Claustro de Sor Juana y WWF cambios de comportamiento en favor del ambiente

La Universidad del Claustro de Sor Juana y WWF México firmaron un acuerdo de colaboración con la finalidad de impulsar transformaciones que tengan un impacto positivo en el medio ambiente.

Este convenio incluye programas de educación, conferencias, talleres, campañas de difusión y proyectos editoriales que promuevan medidas para reducir, prevenir y mitigar los impactos negativos en la biodiversidad derivados de las actividades cotidianas humanas.

A través de este acuerdo, se sensibilizará a los universitarios sobre los retos ambientales que enfrenta la humanidad y se impulsarán cambios de comportamiento que contribuyan a reducir la huella ecológica, un indicador del impacto en la naturaleza, resultado de los recursos que utilizamos y los desechos que producimos.

“Nuestra casa de estudios coincide con los principios marco sobre los derechos humanos y el medio ambiente presentados por Naciones Unidas. Es fundamental entender que los seres humanos somos parte de la naturaleza y que ejercer estos derechos depende de los capaces que seamos de crear un ambiente sin riesgos, saludable y sostenible”, puntualizó Carmen López-Portillo Romano, Rectora de la Universidad del Claustro de Sor Juana.

Esta colaboración parte de un enfoque multidisciplinario que busca ser fructífero para los futuros profesionistas y la comunidad académica. “En un contexto en el que vivimos la degradación de los recursos naturales y los efectos del cambio climático es fundamental establecer alianzas con los jóvenes a fin de que tengan las herramientas para impulsar la sustentabilidad en sus profesiones”, subrayó Jorge Rickards, Director de WWF México.

“WWF trabaja con la Universidad del Claustro de Sor Juana el rescate de nuestras tradiciones culinarias y la agrobiodiversidad. Partimos de que una dieta más diversa tiene beneficios en la salud y favorece la agrobiodiversidad”, agregó Rickards.  

WWF y el Colegio de Gastronomía de la Universidad del Claustro de Sor Juana colaboran desde 2019 en la campaña de comunicación “Dale Chamba” que tiene como uno de sus objetivos sensibilizar a los mexicanos sobre la relación que existe entre la biodiversidad y la gastronomía del país.

Asimismo, han organizado talleres para concienzar a los participantes sobre el impacto ambiental del desperdicio de alimentos y para desarrollar capacidades en el uso de protocolos que eviten la generación de residuos alimenticios en restaurantes.  

El primer proyecto que desarrollarán ambas instituciones en el marco del acuerdo de colaboración será el prestigiado concurso gastronómico “La Sazón del Claustro”, que tendrá lugar el 13 de octubre. Esta edición, que lleva por nombre “Las raíces vivas de nuestra cocina”, promueve el rescate de ingredientes endémicos que están amenazados porque se utilizan poco o no se conocen.

Con la firma del convenio se ampliarán la colaboración a más carreras, impulsando un enfoque analítico que incluya disciplinas como comunicación, historia, psicología, ingeniería ambiental y biología. De igual forma, se promoverán estrategias de mercadeo social para concientizar a los universitarios sobre el impacto de las actividades humanas en la naturaleza e impulsar cambios de comportamiento con énfasis particular en el desperdicio de alimentos.

Por otro lado, se planea organizar actividades y foros para promover la relevancia que tiene México como país megadiverso y la importancia de contar con múltipes ingredientes para fomentar una alimentación sostenible y saludable.

“El Claustro asume la responsabilidad de atender y aplicar conocimientos, conductas, protocolos y normas en materia ambiental que propicien condiciones saludables para nuestra comunidad interna y externa, adoptando medidas para reducir, prevenir y mitigar impactos ambientales negativos. Este año comenzamos con la campaña Ambiente Claustro, en la que además de los proyectos con WWF, llevaremos a cabo una campaña de reforestación comunitaria en los parques cercanos a la Universidad, un sistema de captación de agua pluvial, la recolección de basura y el fomento de medios de transporte alternativos”, comentó Carmen López-Portillo.

“Hemos comprobado que el tema de alimentos ayuda a comprender temas complejos como el cambio climático o la pérdida de biodiversidad. Es, además, un tema que está presente en nuestras vidas cotidianas y donde podemos ejecutar cambios significativos con beneficios ambientales, sociales y económicos. Por ejemplo, al evitar el desperdicio de alimentos disminuimos la contaminación, tenemos ahorros en nuestros bolsillos y transitamos a formas de vida sostenibles”, agregó.

Por su parte Rickards explicó que “estudios de WWF estiman que 40% de los alimentos cultivados para consumo humano nunca llegan a los hogares. Este desperdicio genera el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero y el derroche de otros recursos como tierra, agua, energía y el trabajo humano necesarios para cultivarlos. Asimismo, confirman que la producción de alimentos es la principal causa de la pérdida de biodiversidad en América Latina”.

México es centro de origen de más de 100 ingredientes que forman parte de la dieta mundial. Sin embargo, en los últimos años se ha visto una reducción en la variedad de frutos y verduras en las mesas. A lo largo de la historia los humanos se han alimentado con alrededor de 7 mil especies de plantas y otros tantas de animales. Sin embargo, en la actualidad el 90% de nuestra dieta se basa en 15 especies de vegetales y 8 de animales.

DZ

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