Terapia psicológica en línea, una gran opción para apegarse al tratamiento
Sanamente.mx.- Tras la pandemia, el uso de las tecnologías de la información y comunicación se apuntaló de manera exponencial, esto mejoró algunos servicios, pero también presentó otros obstáculos. Ante ellos, Beatriz Sora, investigadora de la Universitat Rovira i Virgili, indica que “es importante conocer cuáles son las limitaciones que podemos encontrarnos como profesionales de la psicología a la hora de hacer terapia psicológica en línea, con el objetivo de poder adaptar la psicoterapia a las necesidades y preferencias de cada paciente”.
La experta, junto con Rubén Nieto, Adrián Montesano y Manuel Armayones, investigadores de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación y del eHealth Center de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), realizaron el artículo “Usage patterns of telepsychology and face-to-face psychotherapy: clients’ profiles and perceptions”, que se basó en 514 encuestas realizadas a personas mayores de dieciocho años reclutadas a través de publicidad en internet.
Para Beatriz Sora la situación creada por la pandemia de la COVID-19, que ha supuesto una importante aceleración de la digitalización en todos los ámbitos, incluido el de la terapia psicológica, ha permitido a muchas personas descubrir las posibilidades que ofrece el tratamiento psicológico en línea y, de este modo, considerar la opción como válida, además de la psicoterapia presencial habitual. De hecho, la base de ambos tipos de tratamiento es la misma, explica la investigadora: “La psicología dispone de una serie de herramientas, aproximaciones y técnicas validadas científicamente para abordar los diferentes problemas de las personas, y estas pueden aplicarse independientemente de si la terapia se hace en línea o de forma presencial”.
Según los resultados del estudio, la telepsicología es percibida con una serie de ventajas en comparación con la psicoterapia presencial, como son el menor coste económico, la posibilidad de hacer la terapia desde casa y el acceso a tratamiento especializado no disponible en la ubicación geográfica de la persona.
Sin embargo, también depara algunos obstáculos, como “la dificultad de expresar emociones o sentimientos, la dificultad de captar correctamente el lenguaje no verbal, el hecho de no tener un contacto próximo con el psicoterapeuta o las dificultades técnicas son factores que pueden hacer que el paciente rechace las sesiones en línea, según hemos visto en el estudio”, explica Sora.
Además, el estudio ha mostrado que hay un perfil de persona más predispuesta a aceptar sesiones de psicoterapia en línea. Según Rubén Nieto, “la experiencia previa en salud digital (e-health) y las competencias o habilidades en este ámbito son determinantes a la hora de aceptar la telepsicología“.
Por su parte, Adrián Montesano apunta que “también influyen factores como el género, la edad, la educación y el estatus económico. Concretamente, se ha visto que las mujeres mayores con un nivel educativo inferior y menos recursos económicos tienden a utilizar más servicios de psicoterapia presencial, en comparación con hombres más jóvenes, con más educación y recursos económicos, que tienden a asistir a sesiones de tratamiento psicológico con menos frecuencia”.
También influye la percepción de gravedad del problema psicológico, dado que las personas consideran eficaz la psicoterapia en línea siempre que sea para una patología menor, mientras que para trastornos graves prefieren el tratamiento presencial. De acuerdo con Manuel Armayones, “es probable que para cada colectivo sea necesario un abordaje diferente y, dado el nivel de personalización que permite la terapia psicológica, profesional y paciente pueden hacer los ajustes necesarios para fijar la intervención que se adapte más a las necesidades del paciente”.
Asimismo, según las y los investigadores para que la tecnología contribuya al sistema sanitario debe utilizarse de manera adecuada en el diagnóstico e intervención. Para ello, se requieren de cambios organizativos, además de contratar a más personal de psicología clínica y sanitaria con la finalidad de dar respuesta a las crecientes necesidades de la población.
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