Salud

Mesón y su búsqueda del bien morir al bien vivir

LaSalud.mx.- Mesón A.C. es un espacio de confianza, privacidad y acompañamiento fundado en 1996 en la zona centro de Guadalajara para atender a personas que viven con VIH en el área física, espiritual, social y psicológica. Cuentan con varios premios como el Primer Lugar Fray Antonio Alcalde 2015 emitido por el Gobierno de Guadalajara, Premio Razón de Ser Innovación Social de 2014 por la Fundación Merced, la Presea al Servicio Social Irene Robledo 2014, el Tercer Lugar Fray Antonio Alcalde 2014, Mejor Institución de Jalisco 2005, Reconocimiento a la Labor Institucional 2004, Primer Lugar Estatal Unidos para Ayudar 2017, Tercer Lugar al Premio Nacional al Altruismo 2017 y el Segundo Lugar Fray Antonio Alcalde 2021.

La misión de esta organización es disminuir la transmisión de VIH y los fallecimientos a causa del sida. Su modelo de atención sigue la estrategia del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) que involucra una detección oportuna con la aplicación de pruebas rápidas de VIH, PrEP, PEP, atención psicológica, prevención de la transmisión vertical y apego al tratamiento para lograr calidad de vida. Así mismo, brindan atención con base en el Modelo SOGAS (Soporte, Guía, Acompañamiento, Supervisión y seguimiento) el cual es un proceso de acompañamiento para las personas con VIH para que logren autonomía, autogestión, cuidados y conocimiento.

En ese sentido, cuentan con varios programas como el de Prevención Combinada que busca detectar oportunamente y brindar tratamiento temprano gracias a la aplicación de pruebas rápidas de VIH, sífilis, hepatitis B y C, estudios de laboratorio, PrEP y PEP previo y posterior a una práctica de riesgo, también realizan evaluación y seguimiento médico, así como servicio de coloproctología para la salud ano-rectal.

Otro programa es Atención Integral, el cual brinda tratamiento médico y diferentes apoyos socioeconómicos para estudios clínicos, medicamentos, despensas, transporte, gestión de trámites y acompañamiento hospitalario. Y Salva a tu bebé del sida que busca detectar el virus durante el embarazo para prevenir la transmisión vertical.

La historia de Mesón

José Manuel Salcedo Alfaro, Director General de Mesón, platicó en exclusiva con LaSalud.mx sobre los inicios de esta importante Asociación Civil. “Cuando empezamos con el Mesón, la realidad del VIH era otra porque, en aquel entonces, las personas se diagnosticaban en un estado más avanzado; por lo que se fundó para tratar a personas con sida”.

https://youtu.be/KNObv6kEbuI

Por ello, la Asociación “brindaba servicio de asistencia con alojamiento, áreas de internamiento, albergue y cuidados a pacientes en fases terminales (prácticamente paliativos porque no había nada que hacer y no había un tratamiento para enfrentar el proceso de la enfermedad)”.

Además, en ese contexto, el “sida era algo temido socialmente y las personas eran expulsadas de sus círculos íntimos, esas personas terminaban en situación de abandono, marginación y rechazo. Eso agraviaba más las tareas de acompañamiento y asistencia porque muchas de estas personas murieron solas y se sepultaron solas, era algo muy dramático y era un tema del que no se podía hablar abiertamente”.

Era este el grupo de personas al que Mesón brindaba apoyos médicos, alojamiento, cuidado psicológico, paliativos y “Intentábamos de remediar con tratamientos alternativos porque no había la posibilidad de atenderlos de otra manera, el objetivo no era curarlos sino paliar”, dijo Salcedo Alfaro.

Esta situación comenzó a cambiar durante el 2002 – 2003 cuando el entonces Presidente de la República, Vicente Fox, junto a organismos de la sociedad civil y activistas, creó un decreto para establecer el derecho al tratamiento para las personas que viven con VIH.  En ese momento el costo del tratamiento oscilaba entre los 40 mil y 60 mil pesos mensuales “y eran tóxicos, pues una persona tomaba hasta 60 pastillas en un día. Era una locura”.

Pero, a partir de esta política, “empezamos a pelear, denunciar y exigir derechos humanos. Esa primera pelea fue el acceso al medicamento, después fue el abasto que se logró en el 2013. Desde mi punto de vista y experiencia, hasta entonces pudimos regularizar el acceso a la atención y garantizar que las personas pudieran tener acceso a su medicamento”.

“En el caso de Mesón cambiamos nuestro esquema de atención y el espacio de cuidados paliativos lo cerramos hace algunos años. Ahora estamos centrados en que las personas no se infecten y que las personas infectadas se atiendan lo más pronto posible y controlen el avance del virus. Con esto logramos que una persona no evolucione a la fase del sida, reduzca sus exposiciones de riesgo y no trasmita el virus, porque indetectable es igual a intransmisible”, explicó.

Asimismo, “ahora la lucha es mantener la regularidad del medicamento, lograr el apego al mismo y tomar tratamiento profiláctico antes y después de las exposiciones de riesgo. Particularmente, en Mesón somos pioneros en el tema de la transmisión vertical al atender a mujeres embarazadas con VIH para que no trasmitan el virus a sus bebés, y ahora las personas ya no mueren por VIH, por lo que ampliamos el espectro para prolongar la vida”. 

Antes trabajábamos para el bien morir y ahora trabajamos para el bien vivir. Estos objetivos van alineados a los de Onusida, para los cuales, el diagnóstico oportuno se ha vuelto relevante, pues ayuda a reducir cada vez más los tiempos y el número de personas infectadas. Se trata de un cambio de paradigma y la forma de abordaje”, añadió.

“Estamos viviendo la tercera revolución en el tema del VIH, es decir, es el tercer cambio de paradigma; el primero fue el acceso a los medicamentos, el segundo fue la prueba rápida que, en el caso de Jalisco, inició en 2008 y aceleró el diagnóstico que era de uno a dos meses, ahora es un minuto. Eso cambió radicalmente el escenario porque el 95% de los diagnósticos era en fase sida y con las pruebas rápidas el 95% estaban en fase VIH, y hoy es el 100%”.

Finalmente, “el tercer cambio de paradigma refiere la necesidad de atender a las personas positivas y negativas, para que estas últimas no se infecten. Es un paso enorme para evitar nuevas infecciones y que las personas padezcan menos los efectos del VIH con el diagnóstico oportuno y tratamiento temprano, así como la incorporación al tratamiento el mismo día. Anteriormente, este proceso tardaba seis meses”.

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