La partería profesional tiene un importante papel para avanzar en las metas en materia de salud reproductiva, entre las que destacan el impulso de la atención de partos de bajo riesgo en unidades de salud del primer nivel, con la activa participación de este tipo de profesionales, y contribuir a evitar la saturación de hospitales de segundo nivel.
La partería profesional también es crucial para reducir el índice de cesáreas, erradicar la violencia obstétrica que perciben las usuarias y disminuir la mortalidad materna, aseguró la directora general del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva (CNEGSR) de la Secretaría de Salud, Yolanda Varela Chávez
Al inaugurar el Segundo Congreso Internacional de Partería Profesional: “Formación académica para una atención centrada en las personas, familias y comunidades”, que se realizó de forma virtual el 6 de septiembre, reconoció que existe un elevado índice de cesáreas, que en algunas instituciones privadas alcanza 85 por ciento.
En cuanto a los decesos maternos, en el 2022, la razón de mortalidad materna fue de 38.2 defunciones por 100 mil nacidos vivos, lo que representó un descenso de 55 por ciento en comparación con lo registrado en 1990, cuando ocurrieron 85.2 muertes maternas por cada 100 mil nacidos vivos.
En este contexto, resaltó que este encuentro es un espacio para la reflexión sobre la importancia de la partería profesional en los sistemas de salud, ya que contribuye a otorgar atención con calidad, calidez y respeto de los derechos sexuales y reproductivos de mujeres y de las personas con capacidad de gestar.
La directora general del CNEGSR subrayó que México está comprometido en implementar acciones contundentes para mejorar el acceso a servicios que garanticen y salvaguarden la vida de las mujeres y sus bebés.
Reconoció que falta camino por recorrer para lograr la equidad en el acceso a servicios de salud de calidad y reducir las brechas de atención que influyen en la razón de mortalidad materna.
Yolanda Varela puntualizó que el enfoque de atención centrado en las personas, familias y comunidades, aplicado en la salud materna y perinatal, coadyuva a que cada experiencia de embarazo, parto y puerperio sea positiva y se otorgue con el máximo respeto a la autonomía y decisiones de las mujeres y las personas con capacidad de gestar.
