El Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste), a través de diversas acciones y programas para toda persona, sea o no derechohabiente, busca visibilizar, prevenir e informar sobre el cuidado de la salud mental, con el objetivo de evitar el suicidio que ocurre cada 40 segundos en el mundo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En el marco del Día Mundial de la Prevención del Suicidio, que se conmemora el 10 de septiembre, la coordinadora del Programa Integral de Salud Mental en la Dirección Médica del Issste, Cecilia Flores Mendieta, destacó que hablar de este problema permite prevenirlo, al dar voz a quienes expresan algún signo de alerta.
“Hay que quitar ese estigma que existe alrededor de la palabra o erradicar esa creencia de que, si no hablamos de lo que nos duele, desaparece, no es así. Debemos empezar por identificar los factores que nos están afectando.”
En México, de cada diez personas que cometen suicidio, ocho son hombres y dos mujeres; la edad promedio de quienes con más frecuencia lo realizan es de 20 a 34 años, de acuerdo con el último reporte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Estas cifras muestran que, en algunas ocasiones, a los hombres les cuesta más trabajo hablar de sus sentimientos, sea porque se considera tabú o por la falsa creencia de que ellos son quienes deben tener un rol de proveedor en la casa, y esto puede ser una carga que deriva en problemas de salud mental, puntualizó.
Detalló que las causas más comunes de suicidio son: depresión y ansiedad; abuso sexual, físico o emocional; violencia familiar, pérdida de trabajo, problemas económicos, consumo de sustancias nocivas, entre otras.
“Existen señales de alerta que debemos identificar, como las verbales, que es cuando alguien comparte que tiene un pensamiento de ‘me quiero morir’ o ‘ya no quiero estar en este mundo’; no todas las personas lo dicen, pero es un factor importante.”
La especialista agregó que otros signos son los cambios en el comportamiento como el aislamiento social, descuido personal, conductas autodestructivas; incluso —en algunas ocasiones— empiezan a regalar sus cosas; irritabilidad, enojo, tristeza, alteraciones del sueño, pérdida o aumento notable de peso.
Para dar atención a este tema, el Issste cuenta con el Programa Integral de Salud Mental, en el cual se fortalecieron acciones en todas las clínicas y hospitales del país; además, cuenta con la Guía operativa 32 para el funcionamiento de los servicios de salud mental en los tres niveles de atención, y Guía operativa 20 para el manejo integral de urgencias en salud mental: Código Morado. Cada una incluye pautas para el personal de salud sobre cómo abordar diferentes problemáticas en la materia.
Cecilia Flores indicó que los servicios de urgencias en salud mental del instituto están disponibles para toda la población. Con el Código Morado, los pacientes tienen la opción de recibir tratamiento inicial rápido y eficaz; en su caso, serán canalizados a la red hospitalaria especializada, o referidos al control ambulatorio en consulta externa de psicología, psiquiatría y rehabilitación.
También se implementan programas para la salud mental del personal médico, ya que, a raíz de la pandemia, este sector registró alta incidencia de depresión y/o ansiedad, por lo que el instituto brinda orientación y consejería, añadió.
Exhortó a la población a acercarse a quienes presenten algún factor de riesgo para cometer suicidio. “Es importante visibilizar síntomas, que la persona se sienta escuchada; también cuidar los juicios que hagamos mediante comentarios que pueden minimizar sus pensamientos; en su defecto, podemos acompañarlos a buscar ayuda”.