Desde la UNAM: Reflexiones sobre el impacto de Trump en la política internacional
Académicos de la FCPyS discuten las consecuencias del triunfo republicano y su influencia en la relación México-Estados Unidos.
En un análisis profundo sobre las repercusiones del posible retorno de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, los expertos han subrayado la importancia de mantener la calma. Durante una conferencia de prensa titulada “El retorno de Trump”, el profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), Amando Basurto Salazar, enfatizó: “Hay que guardar mesura con respecto a la elección; no es, ni será el fin del mundo”.
A medida que se desenvuelven los resultados electorales, la atención se centra en la composición del Congreso. La incógnita persiste: ¿cuántos republicanos son verdaderamente trumpistas y cuántos moderados? Esta distinción será crucial para evaluar el poder legislativo del próximo presidente. Basurto señaló que el gobierno mexicano enfrentará un espacio limitado para la negociación y requerirá una mayor capacidad de respuesta ante las contingencias.
La administración de Trump es conocida por su imprevisibilidad, lo que plantea desafíos significativos para cualquier gabinete. Sin embargo, Basurto destacó que hay lecciones valiosas que se pueden extraer de la experiencia del actual secretario de Economía, Marcelo Ebrard, durante su gestión como canciller.
En un giro interesante, el académico mencionó que Trump regresa a la Casa Blanca con aproximadamente dos millones de votos menos que en 2020, lo que sugiere una disminución en su popularidad. “No hay que creer que posee un gran poder político; en realidad es moderado”, afirmó.
Paz Consuelo Márquez, investigadora del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN), describió los resultados de las elecciones como “asombrosos”. Sin embargo, advirtió que el “fenómeno Trump” no debe ser considerado de manera aislada, sino como parte de un movimiento más amplio en el que los gobiernos populistas, tanto de derecha en Europa como de izquierda en América Latina, están ganando terreno.
Márquez destacó que Trump ve a México como un adversario, especialmente en el contexto de los problemas relacionados con el fentanilo y la migración. “Es fundamental que el ciudadano estadounidense entienda que él tiene el control de la frontera y de la repatriación de migrantes”, añadió.
Además, hizo hincapié en la importancia de observar quiénes formarán parte del gabinete de Trump. “En los populismos, se prioriza la lealtad sobre la capacidad”, advirtió.
El impacto de las elecciones estadounidenses trasciende fronteras, con implicaciones potenciales para la democracia global. “Trump es proteccionista y eso afectará a la mayoría de los países”, subrayó Márquez, instando al gobierno mexicano a reconocer las oportunidades que presenta la relocalización de empresas.
Recordó que en 1993, Estados Unidos exportaba 42 billones de dólares a México; en 2023, esa cifra se disparó a 322 billones. La relación entre ambos países ha sido compleja, marcada por beneficios y costos, pero ha fortalecido sus economías interdependientes.
El camino no será fácil para el gobierno mexicano, especialmente dado que Trump tiende a operar fuera de las normas diplomáticas tradicionales. “Las relaciones se establecen a nivel personal”, recalcó Basurto.
Por su parte, Jesús Gallegos destacó que el triunfo de Trump no debe ser visto como una buena o mala noticia, sino como un hecho ineludible. “Las implicaciones incluyen cuestionamientos a las instituciones y el valor del ejercicio democrático en Estados Unidos”, señaló.
Gallegos enfatizó que las estrategias deben ser multiescalares y multidimensionales para abordar la complejidad y diversidad del fenómeno. “La interdependencia entre México y Estados Unidos requiere diálogos proactivos en temas migratorios, de seguridad y comerciales”, concluyó.
Sin embargo, advirtió que la falta de comprensión de esta interdependencia podría llevar a un escenario adverso. “Trump ha demostrado que no somos amigos, sino socios comerciales con intereses comunes”, finalizó Gallegos Olvera, recordando que la frontera de más de tres mil kilómetros presenta tanto desafíos como oportunidades.