Expertos analizan su historia y la necesidad de monitorear otros volcanes en el país.
MundoDeHoy.com .- El Popocatépetl, un volcán inmenso, activo y peligroso, ha sido objeto de estudio intensivo durante las últimas tres décadas. Carlos Valdés González, investigador del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica (IGEF) de la UNAM, destacó que, actualmente, la población en un radio de 100 kilómetros ha aumentado de 18 a 20 millones a al menos 28 millones de habitantes.
Durante la sesión titulada El pasado del volcán: elementos para evaluar los peligros, parte del Simposio 30 años de la Reactivación del Popocatépetl: Estado del conocimiento sobre el volcán, Valdés enfatizó la importancia del monitoreo sísmico para comprender los procesos que podrían generar sismos en la estructura volcánica.
“Si hace tres décadas hubiéramos contado con las estaciones de monitoreo que hoy tenemos, probablemente habríamos podido observar cambios más sutiles y eventos pequeños”, señaló Valdés. Reiteró la necesidad de instrumentar otros volcanes en México, ya que la próxima actividad eruptiva no necesariamente ocurrirá en el Popocatépetl.
El Centro Nacional de Prevención de Desastres ha identificado 43 volcanes activos o potencialmente activos en el país, pero pocos tienen un monitoreo comparable al del Popocatépetl. “La protección a la población debe ser la tarea hacia adelante”, resaltó.
Hugo Delgado Granados, investigador del Departamento de Vulcanología del IGEF, presentó un proyecto del Fondo de Prevención de Desastres que incluye análisis de dataciones de argón-argón. Recordó la historia y evolución del Popocatépetl, desde el Tlamacas hasta el actual volcán, que ha experimentado múltiples colapsos y erupciones.
Claus Siebe Grabach, también del IGEF, analizó la historia eruptiva del Popocatépetl, mencionando que, tras décadas de reposo, se reactivó el 21 de diciembre de 1994, con emisiones periódicas de cenizas y la formación de 80 domos en su cráter.
Por último, Giovanni Sosa Ceballos, investigador del IGEF, habló sobre la profundidad de los reservorios magmáticos del volcán, encontrando al menos dos reservorios capaces de albergar volúmenes de magma mayores a un kilómetro cúbico. Esto sugiere que debajo del Popocatépetl hay zonas donde ocurre fusión parcial del basamento, generando material volcánico.