
- En entrevista con el Dr. Enrique Alexander Berrios, destaca la necesidad de mayor conciencia y diagnóstico oportuno para combatir esta afección poco conocida.
La Amiloidosis: Un Desafío Silencioso en la Cardiología
Por: Carlos Henze / Imágenes: Lourdes Hurtado
LaSaludMx .- En el ámbito de la cardiología, pocas enfermedades son tan complejas y desafiantes como la amiloidosis. Esta afección, que se caracteriza por el depósito de proteínas anómalas en los tejidos, se ha convertido en un tema de creciente preocupación para los especialistas, especialmente para aquellos como el Dr. Enrique Alexander Berrios,cardiólogo especialista en imagen cardiovascular y miocardiopatías, quien coordina la Clínica de Miocardiopatías y Enfermedades de Aorta del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez y es Jefe de Investigación del Hospital Español de la Ciudad de México. Por lo que, en una reciente entrevista para LaSalud.mx, el Dr. Berrios compartió su visión sobre esta enfermedad poco conocida.
La amiloidosis, y en particular la amiloidosis cardíaca, representa un fenómeno donde las proteínas que deberían desempeñar funciones vitales en el organismo sufren alteraciones en su estructura, lo que provoca que se acumulen en diversos órganos, incluyendo el corazón. “Cuando estas proteínas se depositan en el corazón, pueden generar una rigidez que compromete su funcionamiento normal“, explica el Dr. Berrios. “Esto no solo afecta la capacidad del corazón para bombear sangre, sino que también puede tener repercusiones en otros órganos como la piel, los riñones y el sistema nervioso”.
Amiloidosis por Transtiretina: Un Enfoque Específico
Dentro de las múltiples variantes de amiloidosis, la amiloidosis por transtiretina (ATTR) ha cobrado especial relevancia en los últimos años. Esta forma se produce debido a la acumulación de la proteína transtiretina, que se genera principalmente en el hígado. “Estamos viendo un aumento en la identificación de casos de amiloidosis por transtiretina, tanto en su forma genética como en la variante senil“, comenta el Dr. Berrios. La variante genética se asocia a mutaciones en el gen de la transtiretina, mientras que la forma senil, también conocida como tipo salvaje o wild type, afecta principalmente a personas mayores de 70 años.
A pesar de ser una enfermedad de baja prevalencia, el Dr. Berrios señala que algunas poblaciones, como los descendientes de portugueses y afroamericanos, presentan tasas más elevadas de mutaciones relacionadas con la amiloidosis. “En México, la prevalencia es incierta, pero investigaciones recientes sugieren que podría haber un efecto fundador en nuestra población, lo que significa que podríamos tener una genética distinta que contribuye a la aparición de casos”, agrega.
Manifestaciones Clínicas y Diagnóstico
Los síntomas de la amiloidosis son variados y pueden confundirse fácilmente con otras condiciones. En la forma genética, los pacientes suelen experimentar polineuropatía, que se manifiesta como hormigueo, ardor y dolor en las extremidades. “Conforme avanza la enfermedad, estos síntomas pueden llevar a la discapacidad”, advierte el Dr. Berrios. En la variante senil, los síntomas cardíacos predominan, incluyendo dificultad para respirar, hinchazón en las extremidades y episodios de desmayos.
La naturaleza multisistémica de la amiloidosis complica aún más su diagnóstico. “Es común que los pacientes sean mal diagnosticados, confundiendo sus síntomas con problemas articulares o digestivos“, explica el especialista. Este retraso en el diagnóstico puede ser de hasta siete años en algunos casos, lo que representa un gran desafío para los pacientes y sus familias.

La Necesidad de Mayor Conciencia
Para mejorar la situación, el Dr. Berrios aboga por una mayor educación médica y pública sobre la amiloidosis. “Es fundamental que tanto los médicos como los pacientes conozcan los síntomas y cómo se relacionan entre sí”, dice. Además, menciona el desarrollo de un registro latinoamericano de amiloidosis transtiretina, que busca recopilar datos sobre la prevalencia y características de la enfermedad en varios países de la región. “Este tipo de iniciativas son cruciales para entender mejor la enfermedad y mejorar los diagnósticos”, añade.
Uno de los avances más prometedores en el diagnóstico de la amiloidosis es la centriografía cardíaca (13.30), un estudio no invasivo que puede sustituir a la biopsia en muchos casos. “Esto facilita el diagnóstico y reduce el sufrimiento del paciente”, explica el Dr. Berrios. Sin embargo, enfatiza que esta herramienta no debe ser utilizada como un tamizaje inicial; la clínica y los estudios básicos deben ser el primer paso.
Tratamientos y Avances en la Investigación
En cuanto al tratamiento, el Dr. Berrios señala que, aunque históricamente ha sido limitado, la situación está cambiando. “Hoy en día, ya contamos con medicamentos que pueden modificar la progresión de la enfermedad“, afirma. Estos avances son alentadores, pero el camino hacia una atención adecuada y accesible para todos los pacientes con amiloidosis sigue siendo largo.
“En el pasado, el trasplante de hígado era una opción para tratar la amiloidosis transtiretina, pero no es una solución sencilla“, explica. “Hoy en día, tenemos en investigación medicamentos que silencian o disminuyen la producción de la proteína, lo que puede cambiar el panorama para muchos pacientes”.
El Dr. Berrios también destaca la importancia de la innovación tecnológica en el tratamiento de la amiloidosis. “El avance en terapias genómicas y otros tipos de moléculas nos ha llevado a tener herramientas disponibles que deben ser probadas éticamente en pacientes con la enfermedad“, dice. “Esto no solo genera mayor conocimiento, sino que también proporciona la posibilidad de contar con tratamientos que pueden modificar la calidad de vida y la esperanza de vida de los pacientes”.
El Impacto Social de la Amiloidosis
Finalmente, el Dr. Berrios subraya la importancia de considerar el impacto social, emocional y económico de la enfermedad. “La amiloidosis no solo afecta al paciente, sino también a sus cuidadores y seres queridos”, reflexiona. “Es esencial que se desarrollen políticas de apoyo adecuadas para ayudar a quienes cuidan de estos pacientes”.
La carga que enfrentan los cuidadores es significativa. “No se trata solo de apoyar a alguien que está enfermo; también se trata de lidiar con sus propias limitaciones y necesidades”, explica. “Los cuidadores a menudo carecen de recursos, tanto económicos como emocionales, lo que agrava la situación”.
La enfermedad no solo afecta al paciente, sino también a su entorno social, lo que requiere políticas adecuadas para brindar apoyo a los cuidadores.
Visión a Futuro

En pro de una oportuna detección y registro, el Dr. Berrios menciona que actualmente un grupo de médicos latinoamericanos están liderando una iniciativa para crear un registro de amiloidosis transtiretina en la región, con participación de México, Colombia, Brasil, Argentina y probablemente Chile. Este esfuerzo busca mejorar el conocimiento sobre la epidemiología de la enfermedad, considerando las diferencias étnicas, culturales y de sistemas de salud.
El registro del cuál el Dr. Berrios es participe, está en fase de desarrollo, enfrentando desafíos logísticos y de financiamiento. Por lo que se espera iniciar a principios del próximo año, con protocolos y patrocinadores ya definidos. “La intención es avanzar en el diagnóstico y tratamiento, ya que actualmente hay medicamentos en proceso de inclusión en los sistemas de salud latinoamericanos”, puntualizó.
Por lo que se ha creado una iniciativa global llamada Collaborate, que reúne a médicos, pacientes y administradores de salud para abordar problemas relacionados con enfermedades de baja prevalencia, como la amiloidosis.
La amiloidosis puede ser una enfermedad silenciosa y devastadora, pero con esfuerzos coordinados en educación, diagnóstico y tratamiento, el Dr. Berrios y los especialistas afines están decididos a cambiar el rumbo de esta afección poco conocida. “Estamos en un punto de inflexión”, concluye. “Con mayor conciencia y recursos, podemos brindar esperanza a aquellos que padecen esta enfermedad”.
COLUMNA
Amiloidosis
La amiloidosis es una enfermedad crónica poco frecuente y subdiagnosticada, que se define por el depósito de proteínas mal plegadas que forman fibrillas de amiloide, las cuales se acumulan en diversos tejidos en el espacio extracelular. Actualmente, se han identificado más de 36 proteínas que pueden causar amiloidosis en humanos. Para la identificación de la proteína amiloidogénica, existen técnicas específicas como la espectrometría de masas y la inmunohistoquímica con microscopía electrónica. Es fundamental caracterizar la proteína para definir el tratamiento y el pronóstico. Las cuatro formas más comunes de amiloidosis sistémica son la amiloidosis AL (por cadenas ligeras de Ig), AA (por amiloide sérico A), ATTRwt (por transtiretina de tipo salvaje) y ATTRv (por transtiretina mutada o variante) (Martínez-Posadas, 2021).
La amiloidosis hereditaria por ATTR (ATTRv) es una enfermedad sistémica genética poco frecuente, caracterizada por neuropatía sensorial, motora y autonómica, progresiva, con inicio en la edad adulta. Puede presentar miocardiopatía infiltrativa y es causada por el mal plegamiento de la proteína mutada transtiretina (TTR) (ORPHANET).
La afectación neurológica suele comenzar con la pérdida sensorial en las extremidades y progresa con la neuropatía motora. Los signos iniciales incluyen dolor, hipersensibilidad, entumecimiento u hormigueo en las extremidades inferiores. La polineuropatía se desarrolla progresivamente, causando inestabilidad al caminar, incapacidad para caminar sin ayuda y, en última instancia, la necesidad de una silla de ruedas. Los síntomas autonómicos pueden incluir anomalías intestinales, saciedad temprana, hipotensión ortostática y disfunción eréctil (ORPHANET).
La miocardiopatía se inicia con anomalías del ritmo. En la mayoría de los pacientes, se desarrolla afectación cardíaca, con signos de miocardiopatía infiltrativa que conducen a insuficiencia cardíaca. Por lo tanto, la mayoría de los pacientes se clasifican como de fenotipo mixto (tanto neurológico como cardíaco). La enfermedad también se manifiesta con frecuencia a través de una serie de signos y síntomas adicionales, debido a la probable afectación ocular, renal, del sistema nervioso central y gastrointestinal asociada (ORPHANET).
Se estima que la ATTRv afecta a más de 10,000 personas en todo el mundo. El inicio de la enfermedad suele ocurrir en la vida adulta, y la edad y los síntomas que se presentan dependen en gran medida del genotipo. Más de 140 mutaciones en el gen TTR están actualmente asociadas con ATTRv. Estas mutaciones provocan inestabilidad del tetrámero TTR, remodelación proteolítica y disociación en monómeros, lo que conduce a un mal plegamiento, agregación y deposición de amiloide en tejidos y órganos (ORPHANET).
Para un diagnóstico completo, se requieren pruebas genéticas que revelen una TTR patógena heterocigota, así como una biopsia de tejido (preferiblemente no invasiva, como glándula salival labial menor, tejido graso subcutáneo o mucosa rectal). La birrefringencia verde en la microscopía de luz polarizada, después de la tinción con rojo Congo, revela depósitos de amiloide. En ausencia de gammapatía monoclonal sérica y/o urinaria, la gammagrafía con trazador óseo, con una puntuación de Perugini ≥2, representa una evidencia indirecta de depósito de amiloide TTR. Los depósitos de amiloide deben ser tipificados mediante inmunohistoquímica o espectrometría de masas para obtener un diagnóstico definitivo, especialmente cuando un paciente presenta gammapatía monoclonal sérica y/o urinaria (ORPHANET).
El diagnóstico diferencial incluye neuropatía diabética, polineuropatía desmielinizante inflamatoria crónica y amiloidosis AL, AGel y AApoAI. El aumento del grosor de la pared ventricular izquierda debe diferenciarse de la cardiopatía hipertensiva, la hipertrofia concéntrica de la estenosis aórtica, la miocardiopatía hipertrófica y otras miocardiopatías infiltrativas, como la enfermedad de Fabry (ORPHANET).
Existen dos clases diferentes de terapias modificadoras de la enfermedad para la ATTRv: estabilizadores de la TTR, que evitan el mal plegamiento y la agregación al estabilizar la estructura de la proteína nativa, y agentes silenciadores de genes, que suprimen la síntesis de la proteína mutada. Además, se puede considerar el trasplante hepático o cardíaco en ciertos casos. El pronóstico depende de la etapa de la enfermedad al inicio del tratamiento. La afectación cardíaca avanzada se asocia con un peor pronóstico (ORPHANET).
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