Los líderes greco-chipriotas atacaron con denuedo a Turquía el viernes por su ocupación de la zona norte de Chipre al iniciar el papa Benedicto XVI una peregrinación a la dividida isla con un mensaje de paz para la región.
El líder de la iglesia ortodoxa chipriota, el arzobispo Crisóstomos II, se dirigió al Papa y dijo que “Turquía ha invadido bárbaramente y conquistado por la fuerza de las armas el 37% de nuestra patria”.
Crisóstomos agregó que Turquía “continúa sigue ejecutando sus oscuros planes que incluyen la anexión de la tierra bajo ocupación militar, y luego la conquista de todo Chipre”.
Sus comentarios fueron formulados al iniciar Benedicto XVI una delicada visita de tres días a Chipre, una isla dividida entre turcos y griegos, considerada por el Vaticano un puente entre Europa y el Medio Oriente.
Crisóstomos dijo que los turcos “saquearon sin piedad” las obras de arte cristianas, y agregó que intentan hacer dessaparecer la cultura griega y cristiana en el norte de la isla. Pidió al Papa que abogue por la protección de los monumentos cristianos y su respaldo en la lucha contra los turcos.
El Papa no respondió a los coomentarios del arzobispo. En lugar de ello, Benedicto XVI habló de la cooperación entre católicos y cristianos ortodoxos, desde el mismo lugar en el que según la tradición el apóstol San Pablo predicó en el siglo I y fue azotado por los soldados romanos.
Previamente, el Papa se negó a culpar a Turquía por el asesinato de un obispo católico la víspera de su viaje a Chipre.
En declaraciones a los periodistas durante el vuelo a la isla, Benedicto XVI dijo sentirse profundamente apenado por el asesinato del obispo Luigdi Padovese ocurrido el jueves, aunque creía que el homicidio no tuvo motivaciones políticas y que no empañaría su recorrido.
Las autoridades turcas dijeron que Padovese fue asesinado por su chófer, al que han acusado de homicidio y al parecer es mentalmente inestable.
