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¿Qué tanto sabes sobre el glaucoma?

“Glaucoma” hace referencia a un conjunto de trastornos del ojo que provocan daño al nervio óptico, el cual lleva la información del ojo hasta el cerebro. Usualmente el glaucoma presenta escasos o nulos síntomas iniciales.

En la mayoría de los casos, el glaucoma se asocia a una presión dentro del ojo más alta de lo normal, una condición que se conoce como hipertensión intraocular. Sin embargo también puede darse cuando la presión intraocular (PIO) se encuentra en niveles normales. De no ser tratado o controlado, el glaucoma provoca, en primera instancia, una pérdida de la visión periférica y finalmente puede conducir a ceguera.

Como la mayoría de los casos de glaucoma tienen mínimos o nulos síntomas tempranos, aproximadamente la mitad de los estadounidenses con glaucoma no saben que lo padecen.

Tipos de glaucoma

Las dos categorías principales de glaucoma son glaucoma de ángulo abierto (OAG por open-angle glaucoma) y glaucoma de ángulo cerrado. El “ángulo” en ambos casos hace referencia al ángulo de drenaje interno del ojo que controla la salida del fluido continuamente producido dentro del ojo.

Si el fluido logra acceder al ángulo de drenaje, estamos frente a un glaucoma de tipo ángulo abierto. Si el ángulo de drenaje se encuentra bloqueado y el fluido no lo alcanza, se trata de un glaucoma de ángulo cerrado.

Las variaciones del OAG incluyen: glaucoma de ángulo abierto primario (POAG), glaucoma de tensión normal (NTG), glaucoma pigmentario, glaucoma de pseudoexfoliación, glaucoma secundario y glaucoma congénito.

En cuanto a las variaciones del glaucoma de ángulo cerrado estas incluyen glaucoma de ángulo cerrado agudo, glaucoma de ángulo cerrado crónico y glaucoma neovascular.

Glaucoma de ángulo abierto primario (POAG). Este frecuente tipo de glaucoma reduce de forma gradual la visión periférica sin síntomas acompañantes. Para cuando se aprecian los síntomas, ya habrá ocurrido daño permanente.

Si su PIO se mantiene en valores altos, la destrucción causada por la POAG puede progresar hasta desarrollar la llamada “visión de túnel”, lo que significa que solamente podrá ver objetos que se encuentren directamente delante de usted. Es posible la pérdida total de visión, causando una ceguera.

Glaucoma de ángulo cerrado. También conocido como glaucoma de ángulo estrecho, produce síntomas repentinos como dolor en el ojo, cefaleas, halos rodeando las luces, dilatación de las pupilas, pérdida de visión, ojos rojos, náuseas y vómitos.

Dichos síntomas constituyen una emergencia médica. El ataque de glaucoma de ángulo cerrado puede durar algunas horas, y luego volver a suceder; o puede ser continuo y no dar descanso. Cada ataque puede provocar de forma progresiva mayor pérdida de visión.

Glaucoma de tensión normal. Como el POAG, el glaucoma de tensión normal (también llamado de baja presión) es un tipo de glaucoma de ángulo abierto que puede provocar pérdida de visión de campo por daño en el nervio óptico. Sin embargo, en este tipo de glaucoma, la presión intraocular se mantiene en los rangos normales.

El dolor es un síntoma muy poco frecuente en este caso, donde el daño permanente al nervio óptico puede no ser notado hasta la aparición de síntomas como la visión de túnel.

Las causas del glaucoma de tensión normal se desconocen. Varios médicos coinciden que se relaciona a una mala irrigación sanguínea del nervio óptico. Este tipo de glaucoma tiene mayor frecuencia en japoneses, mujeres y/o personas con enfermedades vasculares.

Glaucoma pigmentario. Esta forma poco usual de glaucoma es provocada por la obstrucción del ángulo de drenaje del ojo, a causa de la liberación de los gránulos de pigmento del epitelio pigmentario del iris, reduciendo la cantidad de fluido que consigue salir del ojo. Al tiempo, se da una respuesta inflamatoria contra el bloqueo del ángulo, lo que perjudica el sistema de drenaje.

Es poco probable que sienta síntomas ante este tipo de glaucoma, sin embargo, no sería extraña la presencia de dolor y visión borrosa posterior al ejercicio. El glaucoma pigmentario ocurre con mayor frecuencia en hombres caucásicos entre los 30 y 40 años de edad.

Glaucoma secundario. Los síntomas de glaucoma crónico posteriores a alguna lesión en el ojo podrían indicar el desarrollo de un glaucoma secundario. También se puede desarrollar ante una infección en el ojo, inflamación, tumor, o un aumento del tamaño del cristalino del ojo por una catarata.

Glaucoma congénito. Esta forma hereditaria de glaucoma se presenta desde el nacimiento; en el 80 % de los casos, diagnosticada en el primer año de edad. Estos niños nacen con ángulos cerrados u otro defecto en el sistema de drenaje del ojo.

La mayor dificultad para el diagnóstico de glaucoma congénito, es que los niños son demasiado pequeños para lograr comprender qué es lo que les está ocurriendo. Si usted nota los ojos de su hijo blancuzcos, brumosos, agrandados o saltones consulte a su profesional de la salud. Este tipo de glaucoma es más frecuente en niños que en niñas.

Tratamientos para el glaucoma

El tratamiento puede incluir cirugía, láser o medicación, dependiendo de la gravedad del glaucoma. Habitualmente, para el control inicial del glaucoma se recurre a gotas para los ojos conjuntamente con medicación para lograr la reducción de la PIO.

Al ser el glaucoma una condición que no genera dolor, muchas veces puede generar un descuido en la seriedad con que el paciente sigue las instrucciones sobre el uso de las gotas de ojos, que ayudan a controlar la presión intraocular y evitar daños permanentes.

De hecho, la principal causa de ceguera por glaucoma, se debe a la falta de adhesión al tratamiento con medicación.

Si usted siente molestias o disconformidad a la hora de utilizar las gotas para el glaucoma, nunca las abandone sin antes consultar a su profesional de la visión por una terapia alternativa.

 

 

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