Pekín hace historia: robots humanoides compiten en una media maratón junto a corredores humanos

Reportaje Especial Mundo de Hoy
Por: Lucy Lumen
Lo que hace unos años solo existía en los animes y novelas futuristas, ahora es una realidad con piernas articuladas. El pasado fin de semana, Pekín fue escenario de un acontecimiento sin precedentes: la primera media maratón del mundo en la que participaron robots humanoides corriendo junto a humanos, con cronómetro, chip y todo. ¿La meta? No solo era llegar a la línea final, sino mostrar cuánto ha avanzado la robótica en la locomoción bípeda, la inteligencia artificial y, por qué no, el sentido del ritmo.
Un circuito para humanos… y para placas base
La carrera tuvo lugar en Yizhuang, un distrito de alta tecnología en Pekín, convertido temporalmente en un circuito mixto de maratón para atletas de carne y hueso y circuitos de silicio. En total participaron más de 9,000 corredores humanos y 21 robots humanoides, estos últimos desarrollados por empresas líderes como Droid Venture Partners, Noetix Robotics, y centros de innovación como el Beijing Humanoid Robot Innovation Center.
Los robots fueron colocados en un carril exclusivo, separados del flujo humano para evitar confusiones (y tropiezos que terminaran con tornillos por el suelo). Cada robot contaba con sensores de orientación, cámaras para navegación y algoritmos que ajustaban la zancada en tiempo real, a pesar de que algunos… todavía están aprendiendo a no tropezar con sus propios pies.
Tiangong Ultra, el corredor de titanio
El protagonista de la jornada fue sin duda Tiangong Ultra, un robot de 1.80 metros de altura y 55 kilogramos de peso. A pesar de su aspecto aún rígido, logró completar los 21 kilómetros en 2 horas, 40 minutos y 42 segundos. Para ponerlo en perspectiva: aunque lejos del récord humano, dejó atrás a más de un runner dominguero con selfie stick y camiseta fluorescente.
Tiangong Ultra cuenta con una estructura de aleaciones ligeras, actuadores eléctricos en las articulaciones y una unidad central que simula una “mente” capaz de procesar en tiempo real datos del entorno: inclinación, ritmo cardíaco (suyo no, claro), ubicación por GPS y patrones de pisada. A lo largo del trayecto, mantuvo una velocidad promedio de casi 8 km/h, y solo hizo una pausa para recalibrar el equilibrio tras una ligera pendiente… algo que cualquiera haría después de 15 km, ¿no?

Tecnología en movimiento
Los robots estuvieron equipados con múltiples tecnologías de punta:
• Giroscopios y acelerómetros para mantener el equilibrio en movimiento continuo.
• LIDAR y visión computacional para detectar obstáculos o corredores “alegres”.
• Baterías de litio de alto rendimiento, que les otorgaban autonomía para al menos 3 horas de actividad intensa.
• Algoritmos de locomoción bioinspirada, que imitan el caminar humano (aunque algunos todavía caminan como si tuvieran los zapatos cambiados).
No todo fue perfecto, pero sí histórico
Varios robots sufrieron percances menores. Uno se desvió de la ruta y terminó animando al público (bueno, en realidad fue una falla en la navegación), y otro tuvo que ser retirado tras colisionar contra una valla blanda de protección. Sin embargo, 17 de los 21 robots completaron el recorrido, y algunos incluso interactuaron con el público con gestos programados de saludo. Un pequeño paso para los robots, pero un gran salto para la ingeniería bípeda.
¿Y el ganador humano?
Mientras tanto, el etíope Elias Desta cruzó la meta como ganador humano con un impresionante tiempo de 1 hora y 2 minutos. Es decir, mientras Tiangong aún iba por el kilómetro 14, Elias ya se estaba tomando su batido recuperador. Eso sí, el robot no sudó ni una gota.
Reflexión desde la línea de meta
Este evento no es solo un espectáculo curioso, sino un experimento social y tecnológico. ¿Podrán los robots algún día igualar el rendimiento físico y emocional de los humanos? ¿Deberán tener su propia categoría olímpica? ¿Qué haremos cuando nos rebasen en la pista y en la oficina?
Lo cierto es que la media maratón de Pekín ha marcado un antes y un después. La presencia de robots humanoides en un evento deportivo oficial abre un abanico de posibilidades para su integración en la vida cotidiana, desde el acompañamiento deportivo y fisioterapia personalizada hasta la movilidad urbana y la asistencia en desastres naturales.
Por ahora, siguen entrenando. Y quizás la próxima vez, Tiangong Ultra no solo cruce la meta… ¡sino que lo haga con una sonrisa LED y una playlist motivacional integrada!