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“Las Mujeres en la Obra de García Márquez”, en la FUL 2014

Tranquilina Iguarán Cotes —la abuela—, es la principal responsable de darle a conocer al pequeño “Gabito” el mundo de los prodigios, las señales y las revelaciones contenidas en las tradiciones ancestrales de la Colombia profunda, de modo tal que la fantasía y las leyendas, “el ir y venir de los muertos y los espíritus es la región en que dominan las mujeres de García Márquez”.

Durante poco más de una hora, Juan Camilo Rincón y Teresa Dey llevaron de la mano a los asistentes de la FUL 2014,  a través de las poderosas y mágicas influencias de la abuela y madre de Gabriel García Márquez en la literatura del Premio Nobel colombiano que se avecindó y murió en nuestro país.

Teresa Dey relató anécdotas de “Cien años de soledad” y las múltiples premoniciones y adivinaciones de que era capaz el personaje Úrsula Iguarán, homenaje del escritor a su abuela. Pero también Luisa Santiaga Márquez, la madre, acabó encarnándose en Fermina Daza en “El amor en los tiempos del cólera” y toda la novela en la recreación literaria de la historia del amor permanente que su padre, el telegrafista Gabriel Eligio García le tenía.

“Esa historia de amor, es el reflejo de lo que Gabo comprendía de cómo debía ser el amor, capaz de salvar todas las dificultades para, al fin y al cabo, llegar a consumarse porque ese es su destino”, subrayó Dey.

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Por su parte, Juan Camilo Rincón se ocupó de relatar las peripecias de los colombianos y el mundo en que se revuelven los poderes seductores, angelicales, adivinatorios, brujeriles y dominantes en que residen los personajes femeninos del único premio Nobel colombiano. “Las mujeres de García Márquez van desde la virtud intocada de Remedios la Bella de “Cien años de soledad”, las poseedoras del don de la adivinación y de las riendas de la familia como la matrona Úrsula, pasando por la víctima de una moral asfixiante como Ángela Vicario de “Crónica de una muerte anunciada”, o la amargura tiesa producto del despecho de Amaranta Buendía.

 

 

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